Además de a vinilos, discos, libros, colonias… en Sufridores en Casa también estamos enganchados a los juegos de mesa de los programas de la tele, y en ese sentido, el Un,Dos,Tres se lleva la palma. Cada temporada del programa tenía el suyo, e incluso más de uno en una sola etapa, como La Carrera del Chollo y El País del Antichollo.
Hace casi una década, nuestro show favorito volvía en forma de biblioteca. TVE y Chicho Ibañez Serrador lanzaron Un,Dos,Tres…a leer esta vez, con el objetivo de promover la lectura. El programa arrasó en su debut con más de un 46% de share, algo impensable hoy en día, sin embargo, la audiencia fue cayendo en picado hasta su cancelación definitiva. A pesar de haber contado solo con 19 programas, el merchandising no fue ajeno a la productora que, una vez más, lanzaba su correspondiente juego de mesa. Hoy recordamos: «Un, Dos, Tres…a leer esta vez. El Juego».
Si eres lectora habitual del blog, sabrás que los anteriores juegos del programa llevaban generalmente el sello de Dalmau Carles, reyes del cartoncillo cutre de las cajas. Sin embargo esta vez era Falomir el que firmaba la adaptación del programa al tablero. Comprometidos con la calidad, más que Taurus con el cortapelo de Migue, los amigos de Falomir te garantizaban que el juego venía completo y en perfecto estado, o podías contactar con ellos vía apartado de correos adjuntando a una prueba de compra de Okey. No, todavía no existía el Twitter.
Luego ya es cuestión de días que se te vayan perdiendo las fichas, el dado o el reloj…¿A quién no se le ha perdido una ficha en su juego de mesa y lo acaba sustituyendo por una ficha del parchís o el reloj de arena por el cronómetro del móvil? Tampoco perdías mucho, las fichas eran genéricas, sin ninguna representación al programa, muy marca blanca. Junto a ellas, un dado, el mencionado reloj de arena (tú también lo has movido mientras jugaba el otro equipo para que pasara el tiempo más rápido, confiésalo, querida lectora) y una innovación… ¡silbatos! Sí, el juego traía silbatos de colores para que jugaras a ser una supertacañona el coronel McPhanthom y molestaras a los concursantes mientras respondían. El juego fomentaba la confianza y la amistad, como cuando en un grupo de amigos se han liado todos con todos… al final acababas también compartiendo babas con los silbatos.
El elemento diferenciador que respiraba «espíritu Un,Dos,Tres» eran las fichas «rupertita». Eran blancas y negras, como las Baccara. Según las instrucciones se llaman «Ruperta Listilla» y «Ruperta Quemada». Si respondías correctamente, sin pasar el turno o fallar, te llevabas tu ficha listilla. Por el contrario, cada error te hacía poseedor de una Pilar Rubio ficha quemada. Lo de las «Rupertas quemadas» explica que en las instrucciones del juego en lugar de decir «campana y se acabó o tocar el silbato si fallaban tenías que gritar «te has quemao, pringao«. La estructura del juego simulaba las tres rondas de preguntas del programa, a resolver en pareja (un beso, Chenoa!) Hagamos un repaso…
Ronda 1: Tarjetas rojas. En los juegos anteriores del programa, te venía un librito (siempre el mismo) en el que podías emular la fórmula del «Por 25pts, dígannos…» con muchísimas preguntas. Algunas clásicas como las banderas de las comunidades autónomos o los pases y suertes del toreo. En esta ocasión, la tarjeta te dice una palabra y tú debes aportar sinónimos o adivinar la palabra partiendo de la definición. Las instrucciones te invitan a tener cerca a Maria Moliner un diccionario para contrastar las respuestas, como hacian en el programa, que paraban las grabaciones cuando había alguna duda.
Ronda 2: Tarjetas azules. Aquí te tocaba poner a prueba tus conocimientos literarios, tocaba responder sobre preguntas relacionadas con los libros que abordaba Un,Dos, Tres…a leer esta vez. No, no preguntaba por «Lo más in» de Jorge Javier Váquez ni por el libro de Coto Matamoros.
Ronda 3: Tarjetas verdes. Momento juego clásico a lo Party: tararear, mímica, adivinar…
Las respuestas acertadas te irán haciendo avanzar por el tablero, cual Gran Juego de la Oca, aunque gana la pareja que no tiene fichas Ruperta-quemada, o tiene menos, y está en la franja de más puntos que las restantes parejas. El juego no es especialmente apasionante. Al incluir tan pocas tarjetas te acababas aprendiendo de memoria las respuestas, por los que los creadores del juego optan por un «búscate la vida». En plan, no importa lo que ponga en la tarjeta, busca otra cosa, como habéis podido ver en los ejemplos de arriba. Las tarjetas venían en formato Ikea…»móntalas tu mismo». Venían en una hoja y te tocaba recortarlas, porque no, no esperes cartón del bueno como las del Trivial Pursuit.
Para evitar el trauma de haberte hecho todas las tarjetitas y saberte las respuestas mejor que los supersingles se saben la letra de las canciones, pedimos desde Sufridores en Casa, un videojuego del Un,Dos,Tres para PlayStation. Poder descargar paquetes de preguntas, y nuevos regalos para jugar a la subasta. ¿Te sumas a la idea?
El chiste de Migue y Taurus es de mu malafollá pero buenísimo, jejeje…
Esto…¿Habeis pensando en alguna ocasión el hacer una exposición con tanta reliquia que teneis? Lo petaría.
Cierto, casi muero con la coña de Taurus, ja ja ja, en plan picador. Y el de Chenoa tb ha estado bien.
En una ocasion, en casa de unos amigosuno cogio un portatil y se curro una formula excell para emular a un dado que nos faltaba.
La buena intencion del programa era grande, pero muy pretenciosa para este país.
Tengo varios juegos de mesa del un dos tres alguien m podria decir su valor