En el mundo de las revistas para adolescentes el uso y abuso de titulares agresivos y más exagerados que el antiojeras de Luján Argüelles es algo muy habitual. O lo era, porque ya casi no quedan revistas de este estilo en los kioskos. Hoy, recordamos cuando según la revista Nuevo Vale, Alejandro Sanz estuvo a punto de morir durante un concierto.
No, no se trató de ninguna fan histérica que se abalanzó contra él con ahínco y lo estrujó tanto entre sus brazos y pechos que el pobre Sanz acabase hecho puré. Tampoco de un novio celoso de una fan que quisiese acabar con su rival.
«Todo ocurrió durante un concierto que estábamos haciendo en Daimiel. Estábamos en pleno concierto cuando de pronto empezó a caer una tormenta terrible. Claro, imagina, con todo el tinglado eléctrico que había montado, la tormenta era peligrosa», cuenta el reportaje en unas declaraciones que se supone que hizo Alejandro Sanz, o en su defecto, un redactor cualquiera. El relato continúa con el exnovio de Alba Molina explicando que los técnicos le dijeron de parar, pero que él no quiso para defraudar a su mojado público.
Pero entonces, «una voz me dijo que el peligro de muerte a causa de cortocircuito que a buen seguro se produciría si seguía lloviendo era inminente. Pero yo, nada de nada. Duro, continué». De este modo, Alejandro se presenta como un artista mártir capaz de morir en directo por no defraudar a su público, que no se coscaba de nada pese a estar hecho una sopa.
El concierto acabó y Alejandro se llevó «una de las mayores broncas de su vida» y que se puso a llorar como Sonia Monroy, pensando en la tragedia tan inmensa que podría haber sucedido. Aunque el reportaje señala de manera sensacionalista que «PODRÍAN ESTAR TODOS MUERTOS», allí lo único que falleció fue la niña de la canción Se le apagó la luz. «Podría parecer un poco macabra, pero creo que la mejor manera de morirme ´que podría desear ahora es en el escenario», decía también en el reportaje. Sin comentarios.
¿1995? Madre mía, tenía 11 años pero lo recuerdo como si fuese ayer :O Para mí que años más tarde volvió a estar «a punto de morir» porque es que tengo este recuerdo demasiado fresco.
Que «triste» perdida…