Por Mike Medianoche
Hubo un tiempo en el que el abiertamente homosexual Jesúz Vázquez era hetero y ponía la quinta marcha, al menos de cara al público. Una vez había finalizado «su romance» con Marlene Morreau (quien entonces «seguía los pasos de Cicciolina«), encontrábamos en prensa que el jovencito no estaba enamorado ni de una ni de dos, sino de tres mujeres a la vez.
Así pues, nos encontrábamos con un Jesús que no sabía si decantarse por:
–Natalia, su novia de cuando era pequeño. Juntos tuvieron «sus primeros juegos», que posiblemente se refiera al Monopoly y al Trivial, y Jesús ya apuntaría maneras y sería quien leyese las preguntas, allá en su Galicia natal.
–Soledad, su exnovia alicantina. Porque nos vendían que Jesús era un pichabrava que además de Marlene tuvo otra novia conocida llamada Sole, como la del mechero, y con la que rompió porque se veían poco y porque ella tenía montada su vida en Alicante, y suponemos que él estaría todo el día España arriba, España abajo, sin tiempo para verla. Además, es posible que lo más parecido a hacerla una mujer que le hizo Jesús Vázquez fue dejarle un montón de ropa para que la lavase y la planchase (¿se me llenará esto de firmas por hacer un chiste machista?).
–Bea, su representante. Jesús la quería «como a su madre o a su hermana», por lo que descartamos que juntos tuviesen sexo, ya que sería desagradable fornicar con alguien a quien quieres como a tu madre. Además, si leemos entre líneas Bea ya sería confidente de la sodomía de Jesús, ya que ella «es la mujer que mejor sabe aguantar mis ratos de crisis y mis nervios», que igual eran consecuencia de estar tan metido en el armario como lo tenían al pobre. «Sí, me casaré con ella, porque es la mujer que más me conviene», sentenció, como si de elegir un colchón para dormir se tratase y hubiese que elegir entre uno de látex y uno de muelles.
El desenlace ya lo sabemos: Jesús a los pocos años afirmó que a él lo que le gustaban eran los chicos, y pasó página de toda aquella época en la que la prensa le adjudicaba novias, y acabó casándose con el atractivo Roberto y ha manifestado su intención de tener hijos, los cuales hasta el momento no han llegado. ¿O nos sorprenderá la parejita de un día para otro presentando una pareja de gemelos, a lo Ricky Martin o Miguel Bosé?
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Prometo que, cuando he llegado al párrafo ese de «aunque quiera disimular su amor bajo un alud de nombres», he leído «aunque quiera disimular su amor por los hombres». Lo de que Bea se riera cuando le decía que estaba enamorado de ella no creo que fuera solo porque es una chica encantadora…
En fin, malo que la prensa lo tuviera armarizado, pero también culpa suya por colaborar con tanto cuento que no se creía ni él… ¿No podía limitarse al tópico ese de «estoy casado con mi trabajo»? Porque anda y que no debió recibir cartas amenazantes de fans despechadas, la pobre Bea.
Pues tenía 30 tacos el muchacho en esa época. ¿Hay alguna frase del artículo de la revista que sea cierta?
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Quizá lo de que Natalia fuese una gran amiga, o lo de que Bea «es la mujer que mejor sabe aguantar mis ratos de crisis y mis nervios” 😀
Hay que entender que trabajar en la tele siendo gay hace unos años – por desgracia hace muy pocos- era….ni nos lo imagenemos. Hay profesiones a día de hoy, – y se escucha cada cosa en el deporte que me cuentan conocidos – y veo- que pasan auténticos infiernos. Puedo hasta cierto punto – cierto, no nos pasemos- entender que se haga pasar por hetero, pero de ahí a supuestas novias, los montajes con la Morreau y luego forzando a sacar a gente del armario sin su consentimiento, reconocedme que no tiene término medio este chico. Opino lo mismo que he leído en un comentario de esta web. ¿No podría haber dicho que está casado con su trabajo? ¿Cuántos sabíamos desde adolescentes y/o jóvenes lo que pasaba por dentro, vivimos un auténtico calvario hasta aceptarnos y nunca tuvimos novias de pega a la que luego dañábamos? A éstas no las tendrían engañadas porque se prestaban o les interesaba…pero los que luego las tienen más que engañadas si que es chungo. Nunca me ha caído bien este hombre.