Ayer estaba paseando por los mejores pasillos de Carrefour, y tras comprobar que entre los libros más vendidos estaba el de autoayuda de Edurne ‘El cóctel de la felicidad’ junto a ‘No me toques los 90‘, llegué a la sección de juguetes, donde una caja me sorprendió.
¡El Alfanova de Mediterráneo, juguetes para compartir, había vuelto! De hecho, he googleado y parece ser que en 2014 este juego para emular a ser Demi Moore en ‘Ghost’ regresó a las tiendas las navidades pasadas, y se puede comprar también en tiendas tipo Amazon. Y junto a él, en ese mismo Carrefour, encontré otros productos de la misma gama, como el Micronova y el Pulseranova.
Como cuento en ‘No me toques los 90‘, durante años, especialmente finales de los 80 y principio de los 90, Mediterráneo fue el rey de los juguetes educativos con su saga de juegos –nova, que se caracterizaba por tener en la caja a dos niños jugando y tener el nombre del juguete escrito en amarillo sobre un fondo azul.
En mi más tierna infancia tuve el Alfanova, y fue una decepción. Más que nada porque el juego en sí era un trozo de arcilla y unos palitos y rodillos muy básicos, y que solo permitían hacer ceniceros que ni siquiera se podían lavar ya que con el agua el barro de deshacía, por mucho que lo intentases secar en el horno. El torno que trae ahora el Alfanova no apareció hasta la secuela, el Alfanova 2, y también en el 3.
Como ya conté en el post ‘Y la obesidad llegó a los juegos de mesa‘, también tuve el Choconova, que no fue mucho mejor. Traía un cacharro de plástico al que se llenaba de agua caliente, y en él se derretía el sucedáneo de chocolate que luego se vertiría en los moldes. Por supuesto, jamás en la vida podrías decorar tus chocolatinas como las que se veían en la caja, porque no había chocolate rosa, ni virutitas verdes, ni ná. Además, los moldes no eran tan bonitos como los de la muestra.
Si la memoria no me falla, yo juraría que antaño no existía ese Pulseranova, pero sí que hubo Micronova que presumía de tener tecnología japonesa, y que estaba en las estanterías junto a un Plantanova para iniciarte en el arte de la jardinería, un Astronova para contemplar las estrellas, un Solarnova para aprender la importancia de las energías renovables, un Arquitecnova para construir una maqueta de una catedral, y un Arqueologicnova para desenterrar un jarrón de un cajón con cenizas y creerte Indiana Jones o Alan de ‘Parque Jurásico’, un ceranova para hacer velas (¡acerquemos el fuego a los niños!).
También existió un Astronova para observar las estrellas, un Filactelicnova para coleccionar sellos (¡qué diversión!), el Cheminova y el Fisionova para temas de química y física -yo tuve el Quimicefa, de la competencia-, el Volcanova para construir en medida de lo posible tu propio volcán, y el Serigraficnova para customizarte la ropa antes de que el verbo customizar se empezase a usar, el Masternova para construir objeto en madera, el Mineranova para apreciar los minerales y el Cristalnova para ver crecer más minerales todavía.
¡Pero no hemos acabado! Existió el Tejenova (cuyo spot en televisión me lo pusieron como ejemplo de publicidad machista en una jornada sobre publicidad a la que fui mientras cursaba la carrera), el Naturanova para apreciar mejor las flores y los insectos, el Mosaiconova para hacer mosaicos y el Multinova para montar objetos variopintos con circuitos eléctricos.
Mediterráneo no siempre explotó la marca -Nova, ni tampoco los colores identificativos azul y amarillo. Por ejemplo, el Tejenova también se vendió como Mi Tejedora, existió un Pasta Pasta para que los niños hiciesen espaguetis en casa, y un Hormiguero sin nombre rocambolesco para criar hormiguitas.
También existió un Reciclado de papel de Mediterráneo (con secuela), y un Globo Terrestre que debías construir tú mismo. Hasta existió el juguete Torso Humano, para pintar el cuerpo de un hombre y colocarle cual puzle los intestinos, y un Kit de Anatomía en la misma línea. Incluso exisitieron los Nova Kits, para construir cosas como un motor eléctrico.
Y si lo tuyo era coser y con el Tejenova tenías poco, podías elegir entre el Centro de moda…
… y el Cose tu moda.
De Mediterráneo era llamativo que en muchas ocasiones se necesitase sí o sí la supervisión de un adulto, ya que a veces se requería fuego, como sucedía con el Ceranova o el Cheminova. Además, muchos de estos juguetes educativos, además, tenían cierta “obsolescencia programada”, esto es, que una vez que se te acabase el material que venía dentro de la caja no podías comprar recambios. Otros, sencillamente, eran frustrantes, como el de la serigrafía, que no solía quedar bien ni de lejos.
Se supone que los juguetes -Nova de Mediterráneo desaparecieron al final de los 90, poco después de que Hasbro comprase Mediterráneo. Pero oye, igual, echando la vista atrás, quizá es que no había tanta oferta en el mercado para tantísimo juguete educativo con cajas gigantes y precio elevado (más de 30 variedades he recopilado en este post, y las que me habré dejado fuera). Ahora que la nostalgia es mainstream no es de extrañar que por eso Mediterráneo y sus juguetes para compartir hayan vuelto a las tiendas de cara a la Navidad.
¿Y tú, qué juguete para compartir tenías en tu más tierna infancia?
Yo tuve el alfanova, el choconova y el arqueologicnova, aunque también jugué (a escondidas xD) con el cose tu moda.
Se te olvida el «Detectinova», que te traía un kit para hacer retratos robots y tomar huellas dactilares y un montón de botes con líquidos extraños que nunca supe para qué coño servían, aparte de para llenar la caja de cosas. Me fue mejor con el «Astronova», estrellas veías más bien pocas (el telescopio no daba para mucho, la verdad) pero eso era lo de menos cuando podías espiar a los vecinos de enfrente.
yo quería el choconova pero. al ser un niño gordito los reyes decidieron traerme el. ceranova….
José Carlos, debo decir que compartimos angustias y frustraciones intantiles…. Pues me pasó exactamente lo mismo! Increíble, me cayó el ceranova por ser gordita 😂😂
Yo lo tuve,y era demasiado simple. Aquel año yo había pedido el de marquetería pero en mi pueblo se agoto enseguida y me trajeron el choconova. Hice muchas cosas pero el otro me habría gustado mucho más
Yo con el cheminova (más viejo que los que ponéis) casi le pego fuego a un sofá con el mechero a alcohol que traía. Menudo peligro, y qué buenos ratos con los tubos, los potingues y… EL FUEGO!!!
Como se llamaba el de carpinteria?
Ése era el que yo quería!
yo tuve dos ceranova…y uno lo conservo intacto, pero tambien había kits de escayola que vendian la marca mediterraneo…
Yo tuve el Ceranova, con el que aprendí a hacer velas de maravilla y, gracias al cual, hoy en día sigo haciéndolas (ejem, ahora las hago en otros moldes y con otras mezclas, pero no distan mucho de lo que hacía en aquella época), y el Meteoronova, que no mencionas, y que también resultó ser divertido.
En hiper Toys Motril (Granada), aún disponen para la venta de esos juegos de Mediterráneo, así como otros juguetes de los años 90….