Apueste por Una: Abigail vs Topacio

Esta semana damos un giro de 180 grados, que no de 360 como diría alguna famosa, para abordar un género que teníamos en SEC más abandonado que Terelu Campos la dieta. Sí, hoy Sufridores en Casa se tiñe de sabor latino para homenajear a uno de los géneros que en los 80 nos llegaba desde el otro lado del charco, llegaba para quedarse, porque aún en 2011 las tardes de TVE las telenovelas siguen siendo el plato fuerte, con excelentes niveles de audiencia.

Hoy queremos recordar a dos de esas míticas telenovelasde las que todos hemos oido hablar, o hemos visto, aunque nos de vergüenza reconocerlo o digamos que la veíamos «de refilón». ¿Quién no recuerda las aventuras y desventuras de Abigail que sufría y le pasaba de todo por amor? ¿Y el cariño que le cogimos a esa jovencita invidente que vivía en el campo llamada Topacio?

Ahora te toca a ti elegir una de las dos novelas. ¿Topacio o Abigail? Apueste por una. Ah sí, ¡el duelo de videojuegos! SuperMario es vuestro favorito, así que minipunto para JoniPod

Apueste por Topacio

Por Jonipod

1.Por su contribución al leguaje popular como parte del diccionario básico de cualquier Sufridor en Casa. Si recordáis, la protagonista, Topacio, era una joven invidente. A raiz de ese personaje son muchos los que salen de borrachera y se beben hasta el agua de los floreros, y sus amigos les comentan «oye, que vas Topacio»

2.Por la historia de la telenovela que tenía más líos que los romances en la familia Pajares. En una hacienda de ricos una señora dio a luz una niña, pero como su marido quería que fuera niño, la comadrona cambió a la hija por el hijo de un trabajador de la hacienda. La comadrona, se quedó con la niña y la llamaron Topacio por los pendientes que le entregaron. Topacio nació ciega y se crió en el campo, en plan salvaje como Bea la Legionaria. El niño se crió como heredero de la hacienda. Topacio y él se enamoran, pero tienen que salvar obstáculos malignos: un médico con la cara desfigurada que está obsesionado con Topacio, la prima de él que se ha casado con él por dinero, pero en verdad está liado con un peón… y así mil lios varios. Que como te perdieras un par de capítulos ya no sabías en qué cama dormía cada uno.

3. Por el cambio de registro de Jeannette Rodríguez. A Jeannette la habíamos conocido en España por sus papeles de «buena» protagonizando «Cristal» o «La Dama de Rosa», pero Telecinco se encargó de presentarnos a Jeannette como «la mala» de Topacio. Curiosamente la novela es de 1984, antes de esas otras dos novelas, pero aquí se emitió después. Jeannette se encaprichaba de su primo, por la ambición de su madre y la herencia que atesoraba. Pero Yolanda, que así se llamaba el personaje, se enamoraba de un peón de la hacienda, del que se quedaba embarazada y le hacía creer al prota que el hijo era suyo. Al final fallecía, todo un drama. Este sería un adelanto del papel de mala malísima que Jeannette interpretaría en «La isla de los famosos» en 2003.

4. Por Grecia Colmenares, que vivió el síndrome Rocío Dúrcal. Como sabéis, la Durcal era la española más mexicana, se fue al otro lado del charco y pasaba más tiempo trabajando allí que en su propio país. Pues la protagonista de Topacio vivió algo similar. Porque seguro que muchos pensáis que la mujer con nombre de país donde hacen yogur jroña que jroña es Argentina, país en el que se afincó y desde el que hizo miles de telenovelas como «Manuela» o «Primer Amor». No, Grecia es de Venezuela, país al que volvería desde que hiciera un Eva Nasarre y abandonara el mundo de las novelas. Ahora se dedica a ir a los programas en plan Massiel a recordar cuando era famosa.

5. Por la canción de entrada, interpretada por Carlos Mata, que en aquella época estaba de moda como protagonista de novelas y también como cantante. El «Que por qué te quiero» se hizo muy famoso también en España, y en países como Italia donde la novela fue todo un éxito, batiendo records de audiencia en el país que ha adoptado a Natalia Estrada. Allí, la novela se llamó «Topazio» como podéis comprobar en esta promo.

Apueste por Abigail

1. Por el argumento, que era una especie de Al Salir de Clase en versión culebrón. La acción comienza en un colegio, y vemos cómo Abigail se enamoraba de su profesor, se lo acababa beneficiando e incluso teniendo un hijo con él. El resto de la historia vendría sola: hijos dados en adopción que luego se quieren recuperar, asesinatos, encarcelamientos, monjas enamoradas… Confieso que fue el único culebrón del que estuve completamente enganchado en mi infancia.

2. Porque todo quedaba en familia. En la serie, Abigail  vemos el nacimiento de Cheíto, hijo de Abigail (Catherine Fullop) y Luis Alfredo (Fernando Carrillo).  La serie avanza hasta el punto en el que Cheíto es un atractivo jovencito, y el que lo interpreta es Manuel Carrillo, hermano de Fernando y tan solo unos años menor de él, cosa que se notaba a leguas pero que hacía que todo fuese más domésticamente maravilloso. Además, por otro lado, Catherine y Fernando iniciaron a raiz de la serie un romance que duró varios años, rollo Penélope Cruz y el actor de su película de turno antes de emparejarse con Bardem.

3.  Por el resto de nombres del reparto. Mis favoritos sin duda eran La Malvaloca y El Látigo, los malhechores que intentaban aprovecharse de Mariana, la otra hija de Abigail. Por no hablar del doblete de María Clara y María Begoña, dos gemelas, una buena y una mala, encarnadas por la actriz Hilda Abrahamz. Hablando de Hilda… Hasta aquí puedo leer.

4. Por la canción de los créditos, como en toda telenovela que se precie. Aunque la primera canción de la serie fue De Carne y Hueso, que no tiene nada que ver con el tema homónimo, a mí la que me encantaba fue la que pusieron un poco más adelante, Selva.  Quien quiera hacer un viaje al pasado y recordar a Elisa Rego interpretando este hitazo al final del episodio sobre un fondo tipo «Fotos Mariví» que haga click aquí.

5. Por la popularidad que consiguió Catherine Fulop en España. Uno de los mayores momentazos que nos regaló fue en Inocente Inocente, en la que le hicieron creer que una nave espacial había aterrizado en mitad de una carretera a altas horas de la noche, y ella cayó como una pardilla. Simplemente maravilloso. La broma tuvo tal popularidad que le dieron el premio a una de las mejores inocentadas, sólo superada por aquella en la que hicieron creer a Maribel Verdú que Carlos de Inglaterra iba a dejar a Lady Di por ella.  Catherine lo agradeció extasiada en entrega de galardones, diciendo casi poseída al público lo mucho que los quería.