El pasado viernes 3 de julio, con los últimos coletazos de la semana del Orgullo LGTBIQ+, Blas Cantó compartía un enlace en sus redes sociales con un bonito mensaje: «Gracias Apple Music por la lista de #OrgulloImprescindibles y tenerme en portada con el mensaje tan importante de Universo. Que nunca te hagan sentir culpable por amar a quien sea”. Junto al texto había un link con la citada lista Orgullo: imprescindibles, y la frase “El sonido de la resistencia queer a través de las décadas”.
Gracias @AppleMusicES por la lista de #OrgulloImprescindibles y tenerme en portada con el mensaje tan importante de #Universo.
— Blas Cantó (@BlasCanto) July 3, 2020
Que nunca te hagan sentir culpable por amar a quien sea https://t.co/NIQcqCg7j5 pic.twitter.com/mqLfHDjkUT
La pregunta del millón es: ¿trata ‘Universo’ de Blas Cantó sobre algún aspecto queer, de amar a quien sea?
Si viajamos al mes de febrero, cuando la escuchamos por primera vez, el artista murciano definía así la historia tras la letra: “Escribí esta canción en un momento de mi vida en el que probablemente, en un acto de cobardía, no alcé mi voz. No dije lo que sentía pensando que así sería todo más fácil. Y me equivoqué. Cerré mis ojos y, con todas mis fuerzas, le pedí perdón al Universo. Es una deuda que tenía conmigo mismo”.
“Cuando la escribí pensaba en las veces que miro hacia otro lado y no afronto la realidad, cuando ves una injusticia y sigues tu vida. También en las veces en que no decimos lo que pensamos. Para cambiar en el mundo hay que cambiarse a uno mismo primero”, añadía, sin mojarse mucho al respecto y dejando tod abierto a la ambigüedad.
Ese mismo febrero, en una entrevista con Adolfo Rodríguez para Divinity contaba que mucha gente no entendía exactamente de qué trataba el hit con el que acudiría a Eurovisión 2020, que todavía no se había cancelado. “Sería un aburrimiento si tuviera que estar explicando de qué hablan todas mis canciones. Me gusta que la gente las interprete y las haga suyas. Dentro de 20 años explicaré qué significa ‘Universo’ explícitamente”, aseguraba.
Este julio, sin embargo, parece estar muy contento por el hecho de que se considere el tema como un imprescindible del Orgullo, porque parece ser que tiene un “tema tan importante” relacionado con la identidad de género y la sexualidad de las personas.
Si desglosamos la letra, podríamos interpretar que la canción bien podía ser un cántico contra la homofobia interiorizada, esto es, la repulsa de un individuo hacia su propia homosexualidad. Cuando intenta disimular “para que no se le note”. Para que la vecina del quinto no diga que eres mariquita, para que en el colegio te dejen en paz por “ser más sensible”.
Frases como “Todo lo que escondo cuando tengo miedo se hace realidad dentro de este silencio” bien podría interpretarse como el miedo a salir del armario, a ser señalado. Que prefiere “ser como el viento y desaparecer”, para pasar desapercibido dentro de la heteronormatividad.
Una idea que se amplía en el estribillo: “perdóname, universo, por apagar mi voz para evitar ser el culpable de lo que soy”. Es decir, el chico se sentía incómodo con su propia homosexualidad, reprimía sus deseos y su forma de ver el mundo porque se sentía culpable de su condición (o quizá, le hacían sentir culpable).
En el segundo párrafo hay además una frase que, puestos a sacarle tres pies al gato, resulta jugosa: “Tuve que escucharme cuando había tiempo y no entiendo cómo me he perdido en un solo momento”. Niega entender, que es la forma en la que muchas personas hacen (hacemos) referencia al hecho de ser homosexual. “Dime dónde irán los sueños que me quedan si no queda más espacio en mi cabeza” sentencia la última frase antes del estribillo final, dando a entender que su cabeza no puede más, pues con tantas mentiras está renunciando a sus sueños.
¿Y tú, qué opinas, habla ‘Universo’ de Blas Cantó sobre la homofobia interiorizada? Y lo más importante, ¿qué coño nos querrá contar Blas dentro de 20 años sobre esta canción?