Chispita y sus Gorilas, la película que encumbró a Tito y Piraña

Por Mike Medianoche

Llega final de mes, así que tenemos cita con el Cine de Barrio. Hoy hablaremos de una película infantil, en concreto de Chispita y Sus Gorilas. El largometraje fue dirigido en 1982 por Luis María Delgado, quien poco antes había realizado Loca por el circo, la película infantil de nuestra exidolatrada Teresa Rabal, y muchos años atrás el filme Diferente, la primera película patria de temática sodomita. Como productor de la cinta nos encontramos a Luis Sanz, cineasta experto en niñas prodigio y descubridor de Rocío Dúrcal. Y efectivamente, con Chispita nos encontramos las andanzas de una niña prodigio cantante barra actriz en una línea de lo más Marisolera o Durcaliana, aunque la estética esperpéntica de la cinta la hace más cercana a Las Aventuras de Enrique y Ana que a Tómbola o Rocío de la Mancha.

Aviso: Como seguramente nunca te vas a molestar en conseguir esta peli, y más ahora que han cerrado el Megaupload, aquí te la cuento casi al completo. Aunque quizás al ver las imágenes que he puesto te entren muchas ganas, en ese caso NO SIGAS LEYENDO!!

Chispita, interpretada por la niña prodigio Macarena Camacho, es una niña sevillana pizpireta y dicharachera que de golpe y porrazo se vuelve más desgraciada que María de la O. A los cinco minutos de empezar la película, su vecina Loles (la genial Rafaela Aparicio, sobreactuadísima y entrañable) le dice a Chispita que su madre acaba de morirse, como quien le dice que hay lentejas para comer.  Poco a poco la vida de la pequeña se desmorona, y un día cuando el padre la manda a comprar tabaco (¿se puede ser más políticamente incorrecto?) ella escucha una conversación tras la puerta, descubriendo no sólo que el padre tiene una amante en la recámara, sino que ella es adoptada y que él no la quiere, porque la adoptaron por antojo de su difunta esposa.

Maruja, la amante del padre, es una maravillosamente esperpéntica Eva León, quien se comporta con la niña como la mismísima madrastra de Cenicienta, obligándola a hacer las labores domésticas mientras ella está tirada en el sofá empinando el codo. Y la niña, que se ha visto obligada a mudarse a Madrid para que el padre esté más cerca de la otra, un día se harta y huye de casa a lo Eva Nasarre, cosa que a su padre parece no importarle. En la calle, Chispita conoce a Puñez y Tazo, otros dos niños de familia desestructurada (interpretados por  Los Pirañas de Verano Azul) que viven con un científico loco, Einstein, y una vieja excéntrica, Renata. Todos sobreviven de la limosna que da un cura friki y de explotar a los niños, quienes revenden tickets de metro en Chueca. Billetes que, por cierto, no sabemos de dónde sacan para revender. ¿Si hacen un remake, venderían entradas para saunas? Total, que los dos niños, Puñez y Tazo, que hablan y se comportan de un modo muy chuleta, se convertirán en inseparables de la cría el resto de la cinta. Los tres amigos un día montan un show en un parque, para ganar dinero con la música, bautizando la banda como Chispita y sus Gorilas, y un señor que los ve les dice literalmente que si quieren ir con él para “grabar un disco, salir en la televisión y hacer películas”, una proposición que a priori parece un poco pedófila.

Como era de esperar, los niños salen al poco tiempo en un programa de la tele cantando, y como sólo había dos cadenas de televisión, el padre de Chispita la ve actuar, tomándola por la gallina de los huevos de oro. Así, el tipo intenta recuperar a su hija para así forrarse con el talento que parecía desconocer, pese a que la niña se pasa toda la película cantando. ¿Cómo no sabías que tu hija tenía talento, si no calla ni un momento?

Paralelamente a esto aparece una mejicana adinerada y moribunda, Ana, que resulta que es la madre biológica de Chispita y que quiere rencontrar a su hija antes de irse para el otro barrio. Y como la vida es un plató de Sorpresa Sorpresa, ambas acaban conociéndose de un modo muy sencillo. Como para la salud mental de Chispita no es bastante la muerte de su madre adoptiva, Chispita flipa en colores cuando también su progenitora biológica sufre un revés de salud, pudiendo ser la segunda madre que se le muere, como le ocurrió a los niños de Los Serrano.

Chispita entonces cantará una canción a la Virgen María, diciendo literalmente que si salva a su madre le dará su lapicero y su goma de borrar; una ofrenda de lo más mediocre, la verdad sea dicha. ¿Para qué quiere la Virgen una goma Milán? Aunque al fin y al cabo, la escena no hace más que copiar el final de las exitosas películas La Guerra de los Niños y La Segunda Guerra de los Niños, protagonizadas por Parchís, ya que en ambas hay alguien a punto de morir (el perro Supermán y el profe Don Matías, respectivamente) y que sobreviven tras una canción religiosa.  Y es que si alguien encuentra alguna diferencia notoria entre el Dios mío ayúdale de Parchís y el Ave María de Chispita que lo diga en una firma.

Finalmente, Ana se pone bien, recuperará el cariño de su hija, Rafaela Aparicio aparece un segundo más y la película acaba con madre e hija rumbo a México. Por cierto, que al final de la película la adinerada madre biológica hace unos regalos a Puñez y Tazo por portarse bien con su hija. Al delgado, Puñe, una moto de motocros; al niño rollizo, Tazo, nosecuántos jamones con la condición de que los huesos sean para el perro, JR. ¡Fomentemos el humor sobre niños gordos! Sí, lo digo con el resquemor del niño de la infancia con sobrepeso que fui.

Como era de esperar, la cinta está llena de canciones y que en pocas ocasiones tienen algo que ver con la trama. Tenemos canciones deprimentes, como la de Mi osito pelón y el citado Ave María; otras inclasificables, como Para Méjico voy; pero sin duda, si hay algo que tiene Chispita son hitazos. Desde Comer Comer (canción original de Los Pirañas) hasta Qué divertido, pasando por la también citada Chispita y sus gorilas y La vuelta al mundo en góndola, grabada en el mejor decorado de cartón piedra del mercado.

Después de la película, la niña prodigio Chispita comienzan su declive. Ella sacaría un nuevo discos llamado Duendes con dibujos de David el Gnomo, (¿el diseñador no sabía la diferencia entre duende y gnomo?), y que incluía la canción de Belfy y Lillibit, así como algunas versiones y otros temas propios. Hay quien afirma que Macarena da el salto a Estados Unidos y trabaja en Vacaciones en el mar, pero resulta que no, que allí trabajó otra chica llamada Macarena Camacho que nada tiene que ver con Chispita, y que según investigó Robie Darko, actualmente esta Macarena Camacho II tiene una academia de baile en Nueva York cuya web es esta. Y después, nada más se supo de ella, hasta que a mediado de los noventa, Consuelo Berlanga la rescata en Qué pasó con, y nos encontramos conque la chiquilla dejó la farándula para hacerse cajera de supermercado porque no le gustaba del todo el mundo del artisteo. Una pena.

Cerramos el post, como nos suele gustar, con un llamamiento. Macarena, Chispita, si nos lees, nos encantaría entrevistarte y que nos contases si fuiste a América, cómo era Rafaela Aparicio y todo lo que se te ocurra. ¡Nos encantaría!