Toda buena folclórica alguna que otra vez ha cantado a España, o ha hablado sobre lo bonito que es ser español por el hecho de serlo, algo con lo que en la actualidad muchos catalanes no están de acuerdo.
“En nueva York lloré mucho por lo que lloramos todos los españoles cuando estamos lejos de España, y más en aquella época, en la que yo estaba muy sola, aunque estaba con muchos españoles. Y Valencia, mi Valencia, estaba tan lejos, me parecí que estaba en el fin del mundo… Ahora no, ahora alargas el brazo y tienes Time Square en la mano. Lloramos todos los españoles por lo que lloramos todos lo españoles cuando estábamos lejos de nuestra patria, de nuestro pueblo. Por España”, contaba una soberbia Concha Piquer a Lauren Postigo en ‘Cantares’ allá por 1978. Un mítico espacio dedicado a la canción española en el que Estrellita Castro afirmó que aquel era un “programa todamente español, que es lo que somos en España, españoles de los pies a la cabeza”.
Solo hay que ponerse algún disco clásico de copla para oír expresiones como “Yo soy la Lola de España y que se mueran los feos”, como cantaba Lola Flores en ‘Torbellino de colores’, o eso de “Carmen de España, manola. Carmen de España, valiente. Carmen con bata de cola, pero cristiana y decente”, que entre otras cantó Carmen Sevilla.
Y en una escucha más profunda de la canción española he llegado a la conclusión: que si Marifé de Triana viviese no existiría ningún conflicto catalán. Al menos, así lo aseguraba ella, más o menos, en su canción ‘Embajadora de España’.
Allí, la actriz de la copla en su hit nos aseguraba que es “de España embajadora y mi fina mi fina diplomacia es del mundo mediadora con el arte y con la gracia”. Y es que, por desgracia, sospechamos que a día de hoy los políticos no tienen arte, ni gracia, ni median ni ná de ná.
Pero es que aún así Marifé nos decía que con la copla se limaba todo tipo de asperezas. Pues para ella “no hay frontera ni rencilla que a mi paso se levante, pues los duendes de Sevilla, Señor que maravilla, alborotan en mi cante”. Osea, que ella se hubiese puesto a cantar en las puertas de la Generalitat y todos habrían acabado abrazándose y eructando un arco iris folclórico.
Y es que la nariz más respingona de Triana nos decía que “soy copla errante, andaluza y castellana, levantina y catalana, de Galicia y Aragón”. Además también era de Madrid, de las vascongadas y de casi cada comunidad autónoma, siempre que rimase.
Una pena que Marifé muriese en 2013 a los 76 años, pues de seguir viva seguro que con un meneo de bata de cola calmaba las aguas. Pero ya no puede, claro.
No sé cuántos catalanes quieren la independencia, cuántos no, ni si algún día Cataluña será un estado independiente. Pero si hay algo que me enseñó Martes y Trece a través de Paca Carmona es que “España no se acaba donde viene el mar, qué va. Hay barcas pa’ seguir”.
Totally real. Sofocaría fuegos, desarmaría corruptos, uniría todos los pueblos en una gran nación… una lástima que se fuera nuestra única oportunidad de llegar a la paz mundial, por que la Pantoja, me parece, no está por la labor….