Cosas que no tienen sentido en 2009: Los libros de adivinanzas.

Adivina Adivinanza: ¿Quién es el padre de Mencía, la hija de Isabel Sartorius?
Adivina Adivinanza: ¿Quién es el padre de Mencía, la hija de Isabel Sartorius?

Adivina Adivinanza: ¿Quién es el padre de Mencía, la hija de Isabel Sartorius?

En la infancia de los niños pre-Bandido, si uno quería ser el hijo que toda madre querría tener, había que currárselo mucho y muy duro. Y la prueba de fuego eran los cumpleaños. Tras bailar los últimos éxitos de Bom Bom Chip, tocaba jugar a las adivinanzas, y, en ese momento, uno tenía que ejercitar su pequeña masa gris y decir las adivinanzas más divertidas y difíciles que se supiese, para dejar boquiabiertos a los amigos, e intentar lograr que sus respectivas madres dijesen eso de “qué niño tan salao”. Porque aprender adivinanzas nuevas no era tarea fácil en aquella era en la que uno no podía descargarse acertijos por la red de redes. La única opción era pedir por tu cumple, para tu santo o por Reyes (porque Papá Noel se importó más tarde) un libro de adivinanzas.

Estas guías del pequeño cómico ayudaban a que uno pudiese memorizar breves textos y así ser el alma de todos los saraos. Los libros solían recoger las adivinanzas por categorías, tal que Las Personas, Las Plantas, Los números, para que así uno no andase desubicado.

Entre Príncipes y reinas,

Si me buscas me hallarás.
Siempre estoy en la mentira
Pero nunca en la verdad.

Porque claro, si te dicen una adivinanza así de escueta, un pequeño futuro delincuente podría decir “ni idea”. Sin embargo, si previamente sabes que el acertijo pertenece a la categoría Abecedario, el pequeño futuro delincuente dirá “Cáscaras, la letra i!”. Por si no quedaba del todo claro, cada adivina-adivinanza venía acompañada de una ilustración, en este caso, podría ser una gran “i” cuyo punto fuese una carita de un principe, para dar alguna pista, como cuando en la Ruleta de la Suerte (ex Ruleta de la Fortuna) se compra una vocal. De esta manera, se favorecía la integración de los niños con menos intelectualidad.

 “A España parte en dos y también a Portugal,

es el río que más agua lleva de la tierra al mar”.

¿Quién carajo sabe qué es el Río Tajo (rima, y juega feliz) con ocho años? Yo creo que a esa tierna edad, la mayoría de la humanidad española sólo conoce el Río Guadalquivir y porque Pinocho fue a pescar en él, pero resultó que aquel día olvidó la caña, y en fin, ya sabéis cómo acaba la historia.

La verdad, es triste pensar que cuando uno metamorfosea de niño a adulto, deja de jugar a las adivinanzas. Aunque lo bueno de los adultos es que pueden jugar a otras muchas cosas.

Si te apetece volver durante un par de minutos a la infancia, ahí van algunas adivinanzas con su correspondiente pista ilustrativa. Dejad vuestras soluciones en el blog. En mi próxima entrada, veremos quién acertó.

Esbelta, orgullosa, con humo... ¡Soraya Arnelas en llamas!
Esbelta, orgullosa, con humo… ¡Soraya Arnelas en llamas!
¡Una clementina!

 

Algo blanquinegro… ¡Las Baccara!

Redactor freelance. Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Publicidad y Márketing.

5 thoughts on “Cosas que no tienen sentido en 2009: Los libros de adivinanzas.

  1. Ese libro de la foto aún anda por mi casa. Peor eran los libros de chistes.

    Por cierto, lo del Guadalquivir y Pinocho…. creo que te estás quedando en tu libro de cuentos. Yo era más del Ebro y doy fe de que lo más parecido a Pinocho que había por ahí eran los chopos de la ribera.

  2. Pinocho fue a pescarr, al rio Guadalquivir, se le escapo la caña y pescó con la nariz! jajaja

    Para cuando un post con las «Canciones infantiles de nuestra vida» donde aparezcan grandes hitazos infantiles como son el «estaba el señor don gato» (marramamiau), » a mi burro, a mi burro» y como no el «una, dole, tena, catolee» para ver quien se la quedaba en el pilla-pillaa

    Yo reconozco que las cantee todas

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