Desde hace eones, Caritina Goyanes es una diva de este blog, sobre todo, desde que incluimos la expresión «estar Caritina» cuando uno no tiene apetito, pero no por anorexia, sino porque ya se ha comido lo que ha deseado. Y no solo por eso: como ya se ha comentado otras veces, Caritina es un ejemplo de que se puede tener kilos de más y estar guapa, vestir de manera elegante y sofisticada, tener una importante vida empresarial que se pueda combinar con la familiar, y encima tener un marido guapetón al lado y más majo que las pesetas.
Esta semana, la hermana de Carla daba un titular maravilloso a La Otra Crónica: «Ni a mi marido le digo lo que peso», declaraciones que ha hecho mientras servía de imagen de una gama de ropa de tallas grandes. Esta frase ha provocado que uno piense por un momento «¿cuánto pesa Caritina Goyanes?». Posiblemente no haya una respuesta certera nunca, esté a dieta o no, pues esta rubia es una de esas mujeres acordeón que coge y suelta kilos como quien se pone o se quita una chaquetita de punto mientras da un paseo con las amigas. Así pues, si Caritina Goyanes pesa 120 kilos o si está en 75, jamás lo sabremos.
Y es que, recordemos, que lo de Caritina, el sobrepeso y las dietas es de traca. Ella siempre afirma que hace una dieta y que pierde rapidísimo, pero que luego la deja y lo recupera todo. Unos lo llaman el efecto rebote; otros, el no cerrar el pico en el momento adecuado. Si abandonas un régimen alimenticio y te vas al Foster’s Hollywood hasta que la máquina del refill no echa una gota no es igual que si te das un atracón de otros alimentos. Pero claro, el costillar de barbacoa no es tan divertido como el brócoli cocido y salpimentado, la verdad sea dicha.
Caritina fue una de las precursoras de la dieta Dukan en España, esa que fue tan criticada y que consitía en comer proteínas hasta que te saliesen por las orejas. Por la economía de Caritina, es de imaginar que ella comía pescados y mariscos a voluntad, incluyendo centollo, bogavantes o salmón fresco, y que cuando se decantaba por la carne, elegía la mejor ternera o incluso carne de caballo, que en libro la recomendaban como apta. Yo hice la dieta Dukan y es verdad que se pierde fácil, pero si no tienes un duro consiste en comer pollo, panga y palitos de cangrejo hasta que te de asco alguno de estos alimentos. Cuando estaba con la Dukan, un día le dije a mi madre «qué rico el atún a la plancha» y mi santa progenitora comenzó a comprar kilos y kilos de este pescado cada vez que estaba en oferta; tanto atún comí que un día acabé vomitando en plan rechazo total.
Y es que la autora de ‘Las mejores recetas de Caritina‘ lo ha probado hasta con la hipnosis, como si de ¡Hola Raffaella! se tratase. Ya lo contó hace un año en La Otra Crónica, que empezaría un tratamiento a través de una banda gástrica virtual a través de hipnosis, y doce meses después afirma que con este método poco habitual ha perdido ya 22 kilos. ¿Tendremos que llamar nosotros también a Tony Kamo para que nos ayude a no comer guarrerías?
De todos modos, de casta le viene al galgo, como ya contamos en SEC: Cari madre, Lapique, ya le contó a Cristina Tárrega en su libro ‘Diez años mas jovenque “casi siempre he estado a dieta y la mejor siempre ha sido la última que estaba haciendo. Recomiendo la del doctor Ortiz, aunque siempre termino en la Clínica Francesa, y hago la que ellos tienen”. Sin hipnosis y a la francesa, chica.