Por Mike Medianoche
Nuestras lectoras nos están parando estos últimos días en el supermercado, como le ocurría a Mari Trini con sus fans, y siempre nos están reprochando que estamos siendo más monotemáticos que María del Monte con las sevillanas porque desde que entramos en diciembre sólo hablamos de villancicos y especiales de fin de año. Pero chicas, qué queréis que os diga, que cuando se acerca Eurovision y sólo hablamos de preselecciones y de cantantes eurovisivos nadie se nos queja. Así pues, hoy, 24 de diciembre, volveremos a hablar de un villancico que interpretó una niña prodigio.
Situémonos en 1998. Mikel Herzog nos representaba en Eurovision con ¿Qué voy a hacer sin ti?; el programa de cotilleos ¡Qué me dices! emitía sus últimos programas y Alaska era jurado en Lluvia de Estrellas, antes de reinventarse musicalmente y comenzar a trabajar con Carlos Jean. Hablando de Carlos Jean… como diría Mayra, debemos destacar que dos de sus máximas aportaciones al mundillo de los Sufridores las realizó en ese año, cuando aún era un mozalbete de veinticinco años: la primera, el disco de remezclas de Camela que recibió por nombre Camela Dance, y la segunda, la producción el disco de la niña prodigio María. Trabajos que, por cierto, nos parece fatal que no estén incluidos en su página de la Wikipedia.
¿Quién es María, Mike? ¿Salía en Menudas Estrellas? ¿Era la hija del Fary en Menudo es mi padre? No, nada más lejos que la Coruña de la realidad. María no era ni más ni menos que la sobrina de Carlos Jean (creo recordar, igual me equivoco cual Lydia Lozano), y su tío le produjo un disco que lanzó Emi. Pero Carlos no quería darle ese toque infantil ñoño tan maravilloso que suelen tener los niños prodigio, sino que decidió hacerla rapera-hiphopera, con una imagen macarra y ambigua, como Josmar, sólo que María parecía que de mayor se abriría un perfil en la red social de úrsulas, o incluso el bakala, según invita a pensar Y como base tenemos la letra de alguna de sus canciones.
Como podemos ver, el disco en cuestión se llama No me da la gana, y tenía temas como La mujer policía, donde narra cómo cuida de la gente de su barrio; He tirado mis muñecas, que narra el paso trascendental del vodevil a la astracanada de niña a niñata, contándote que va a montar una discoteca en su dormitorio cuando sus padres se vayan de viaje; o Por fin es Navidad, el tema que nos ocupa hoy.
Los que recuerden el villancico de Bom Bom Chip al que dedicamos una entrada hace poco verán que el tema de María (quien por cierto promocionó su disco en los espacios infantiles de las cadenas autonómicas, teniendo gran difusión en La Banda de Canal Sur y parte de la programación de TeleMadrid) tiene poco o nada que ver con los niños que nos invitaban a multiplicarnos por cero. María, lejos de desear bonitos sentimientos de paz y amor, o recordar al Niño Jesús, apuesta por un villancico en el que habla de consumismo y de regalos a troche y moche.
Pero lo mejor es que la chica ya tenía todo claro desde pequeña, dejando ver que ella es diferente y rarita desde pequeña, (como ya dejaba entrever en su hit He tirado mis muñecas) ya que lo que pide que le regalen son unas buenas zapas, una raqueta y una pelota de fútbol, muy bakala todo. Por otro lado, también podemos deducir de la letra que María vendría de una familia pudiente, ya que la zagala pedía cosas carísimas, como una videoconsola y un ordenador, amparándose en que sacará buenas notas. Yo de pequeño jamás tuve un ordenador, y videoconsola sólo tuve la MegaDrive y porque me la regaló un tío mío que siempre hacía buenos regalos para mi primera comunión.
La canción suponemos fue pinchada en alguna que otra radio, ya que tanto JoniPod como yo tenemos el single promocional de este temazo, en el cual viene la letra por la parte de atrás así como una reseña en la que dice que está extraído de su CD/MC No me da la gana, que nos descubre que el trabajo salió también en cinta de casette.
Poco más que añadir, queridas lectoras. Que paséis una feliz Nochebuena, y por si queréis una alternativa SEC al mensaje del Rey, sabed que en la MTV Mario Vaquerizo dará un discurso navideño paralelo. Como decía la gran Aramís, háganme el favor de ser felices.
PD: No lo dije, pero como no podía ser de otra manera, el ganador de la foto de Millán Salcedo lo publicaremos el próximo día 31
Ja Mike que bueno, el pie de foto es bestial y lo que me he reido con el comentario del paso del vodevil a la astracanada. Curioso que la niña pida un transistor, seguro que no sabia que era eso, cuando leyo la letra de la cancion, la niñ@ dijo»y eso que es?». Pero vamos materialista es un rato.
No sabia lo del discurso de Mario Vaquerizo, pero dudo que mi padre en casa me deje ponerlo tiene que ser un puntazo
Feliz Navidad para todos los seguidores SEC!!!
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Y que Aramís les bendiga a todos!
jajaja, qué fuerte, había olvidado esta canción!! pero ciertamente me sonaba, no sé dónde la pondrían. ¿Seguro que no patrocinaba ningún programa de la tele, tipo Megatrix o algo así?
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Hasta donde yo recuerdo, la chica sólo salía en programas de autonómicas. Aquí fue en La Banda de Canal Sur, y una vez en un zapping en una tele con satélite la vi en TeleMadrid. Del resto de España no sé qué fue de ella y su difusión!
Mike Medianoche
A mi esta muchacha no me suena de nada, pero me parece fascinante el mensaje navideño, no se lo pondré a mis sobrinos que aprenden muy rápido… Feliz Navidad a todos los sufridores!
¡Cuanto materialismo!… por cierto, señores, felices fiestas… aunque llego tarde para variar.
Pues la portada del disco me suena un montón, igual la he visto más d euna vez revolviendo en tiendas de segunda mano. Pero la canción no me suena de nada, a mí todas estas niñas que juegan a ser viejas me dan muchísimo repelús, aunque la verdad es que cualquier niño me da, todo hay que decirlo. Fascinantes estos reportajes sobre discos que cuesta creer que existieron de verdad.
Yo acababa con la frase de Aramis Fuster cuando mi blog no existía y el MMdM se enviaba por mail (en el plesitoceno). Tremendo documento, por cierto, el de Carlos Jean y su sobrina. Voy a editar la wikipedia ya mismo ¡faltaría más!