No, no es que sea la primera vez que veo el Festival, o claramente estaría incumpliendo uno de los mndamientos de cualquier Sufridor en Casa que se precie, pero sí que ha sido la primera vez que tenía el placer de estar en vivo en el Eurovisión. Recién llegado de Dusseldorf lo menos que podía hacer era dedicarle un post a la edición 2011 del Festival. Pero me apetece hacer un post diferente. Si quieres conocer análisis, detalles de canciones y demás tienes páginas de expertos y asociaciones que acuden todos los años a la cita eurovisiva que hacen fabulosas crónicas con todo lujo de detalles.
Me vais a permitir que esta vez use Sufridores para contar una de las mejores experiencias que he vivido y aunque suene más cursi que un disco de Luis Miguel, uno de los sueños que tenía desde pequeño. Porque los que somos seguidores del Festival, cuando vemos esas puestas en escena en televisión decimos «tiene que ser genial verlo en vivo». Y este año decidí que era el momento, Alemania pillaba cerca, un amigo se animaba también y nos pusimos manos a la obra. Compra de entradas, vuelos, hoteles… Preparación «manual» del viaje y la ilusión que iba creciendo con el paso de los meses. El aumento de tu emoción por la llegada del día en cuestión es directamente proporcional a los comentarios de tus amigos y compañeros de trabajo que se enteran de que te vas a Eurovisión: «Alaa, qué frikiii», «¿Pero Eurovisión todavia existe?», «¡Estás loco!», «¿Qué se te ha perdido en Dusseldorf», «¿Quién va este año»?…y así hasta el infinito.
Un Sufridor en Casa se caracteriza por sentirse orgulloso de sus gustos y defenderlos en cualquier situación, y mi respuesta siempre fue la misma: Desde que era un niño veía el Festival en casa y siempre soñé que estaría allí, este es el año, y me encanta Eurovisión. Dependiendo de a quién le respondas puedes acompañar la respuesta con un movimiento de melena y un agitar de perlas en plan «ahí te quedas» o un sonido de perlas de «hummm». No deja de ser una experiencia similar a aquellos que viajaron a Sudáfrica para ver partidos del Mundial, o irte en autobús por Europa al más puro estilo Paco Martinez Soria para ver la final de la Champions. Y lo de que «pero si España nunca gana», «pero si se votan entre ellos», pues ya lo tiene uno asumido, pero por esa regla de tres, ningún colchonero iría al Vicente Calderón. En cierta forma los eurofans somos tan sufridores como los seguidores del Atleti.
Lo de que es como el fútbol lo nota en el ambientazo de la ciudad, en las dos calles de Dusseldorf te encuentras a muchisima gente con banderas de sus respectivos países, la cara pintada, disfrazados… todo un show. Nunca pensé que llegaría a decir esto, pero servidor se puso una bandera de España a modo de capa, y la iba luciendo con orgullo, como si acabara de salir de la calle Genova y Esperanza Aguirre me hubiera dicho «JoniPod, levántate y anda».
La gente que veía la bandera de España, además de gritarnos topicazos de ayer y hoy como «hola», «viva Españaaa», «olé»… nos cantaba la canción que nos defendía este año. Todos se sabían el «uououououo», vamos que hemos llegado a la conclusión de que hay más guiris que españoles que conocían a Lucía Pérez y la canción que tocaba este año: «Que me quiten lo bailao». Para los que seáis bilingües, como Jose María Aznar o Carlos Lozano, el programa oficial del Festival tradujo la canción por «They can’t take the fun away from me«. ¿Cómo te quedas, amiga alumna de Opening y Radio Ecca?
Lo cierto es que no solo había eurofans que conocían nuestra canción, sino que mientras comprábamos un billete de tranvía fuimos abordados por dos franceses, que ven la bandera de España y nos empiezan a cantar: «no insiiiistaaaas máaaas, la fiestaaa terminóooooo». Y tú en ese momento te quedas más en shock que Soraya con la puntuación eurovisiva, escuchar con acento francés la canción que en 1985 defendió en el Festival Paloma San Basilio no es para menos. Los chicos nos acompañaron en el tranvía y nos deleitaron con fragmentos de «Gwendoline» (de Julio Iglesias, que sabemos que estás pensando en Omaita), Betty Misiego y «Su Canción» o «Bandido» con coreo sobaquera incluida. Supongo que es como si a los italianos les dices que si el máximo exponente musical es Ambra y Laura Pausini y te miran con cara de odio.
La experiencia de estar dentro del Esprit Arena es indescriptible, aparte de que con la frase me ahorro unas cuantas líneas y que suena a topicazo, es una verdad como un templo. Este año los alemanes tiraron la casa por la borda la ventana y montaron un escenario espectacular en el que destacaba la pantalla gigante del fondo, que riete tú del videowall de Isabel Gemio en Sorpresa, Sorpres. Los fondos de la pantalla, los juegos de luces, la base y el escenario satélite conformaban uno de los mejores escenarios que hayamos visto en el Festival. A eso debemos sumarle el despliegue técnico y humano (esto suena a agradecimiento de programa de sobremesa) que hacía posible la retransmisión, con cámaras colgando en todos lados, gente corriendo de un lado para otro…
Media hora antes de que empezara el show salió un animador para calentar el ambiente del púbico que ya estaba en sus butacas. La entrada nos obligaba a estar sentados a las 20,15. Muchos aplausos, gritos, ambientazo y salieron los presentadores. Cabe destacar que este año los presentadores se soltaron más de lo habitual, acostumbrados a bustos parlantes tipo Marisa Naranjo o Anne Igartiburu, tenemos a la superestrella de la televisión alemana que además canta y toca, y a las chicas que se implicaron. Ellos y el animador nos contaron que el objetivo era ofrecer uno de los mejores Festivales de Eurovisión de la historia y tuvimos que ensayar el «I cant go» que nos tocaba gritar durante la actuación inicial que homeneaba la canción ganadora de Lena.
Mi momento favorito, además de la actuación de España, fue cuando en el Esprit Arena, con más de 30.000 personas empezó a sonar el himno de Eurovisión. Sí, como en la tele, en directo también suena el himno para anunciar que arranca la señal para todas las televisiones, y todo el mundo tarareaba a la vez, como en los estadios de fútbol. Y también era genial cuando sonaban los latidos del corazón (un beso Alazán!) antes de cada canción.
Entre canción y canción, cuando salían los videos introductorios de cada país aparecían de la nada como 20 personas que se encargaban de desmontar y montar el escenario de nuevo, y en la base circular se proyectaba un reloj que les indicaba los segundos que faltaban para que empezara la actuación. Y era genia En las pantallas superiores podías ver la actuación «realizada», tal y como salía en televisión, salvo algunas en las que salía el artista en primer plano como España o Alemania.
Hablando de Alemania, Lena, la cantante local que intentó revalidar el título es una estrella mediática en su país: anunciando teléfonos, coches, posters suyos en todos lados, merchandising… y el Arena se vino abajo cuando salió a cantar su canción. En general todo el mundo animaba a todas las canciones, pero hubo muchas en las que el público se implicaba. Lo que comentaba Jose María Iñigo en las semifinales, de que por los aplausos puedes tantear qué canciones han tenido mejor acogida, aunque cambia mucho la opinión del público asistente, de los eurofans, a la de los jurados y los que luego votan.
Ni Esperanza Gracia fue capaz de predecir el triunfo de Azerbaiyan, y grandes favoritas como Francia o el Reino Unido se quedaron descolgadísimas. O canciones como Hungría, con esa diva doméstica eurovisiva que cumple tópicos (solo le faltó el ventilador) con las que el público se vino arriba y que tampoco obtuvo el favor de las votaciones. Lo más destacable de las votaciones fue el momento pantalla partida para los votos cuando se vio la «Green Room» detrás, en vivo impresionaba, y la aparición de la Carrá dando las votaciones de Italia. ¿Hay algo más gay que Raffaella Carrá y Eurovisión a la vez? Los italianos pueden estar contentos, reentré al Festival, y medalla de plata.
Nosotros, pues seguiremos aplicando los consejos de Mayra de que «a veces se gana y a veces se pierde», pero a ver cuando nos toca ganar un poco, ¿no? Seguramente estéis cansados de que todos los años los medios nos transmitan lo de «tenemos posibilidades, la canción de España ha tenido muy buena acogida», pero este año que hemos estado allí hemos podido constatar la realidad del asunto. Como os contaba antes la gente nos paraba por la calle y nos cantaba la canción de España, nos encontramos con unos alemanes que habían estado en la final que se hace el día anterior para los jurados y nos insistían que la canción de España había tenido muy buena acogida, que la gente bailaba y se había sorprendido respecto a los ensayos. Otros nos decían que en las fiestas del EuroClub el personal hasta se sabía las coreografías, y detrás de nosotros teníamos a eurofans de otros países que nos comentaban que les había gustado la actuación de España». Pero de eurofans no se alimenta solo el Festival y los votos nos dejaron una vez más en la cola, y es que si de eurofans de alimentara Eurovisión, Coral o Mirela ya serían las nuevas Carola.
El domingo por la mañana nos despertamos con que los carteles del Festival que había por la carretera ya tenían una pegatina encima que ponía «Enhorabuena Azerbaiyan», ¡qué velocidad!. A mi ver tantos carteles de Eurovisión en tiendas, tranvía, vallas,etc… me recordaba a la visita del Papa a Madrid, que había más anuncios que para el concierto de Lady Gaga, pero es un subidón ver Eurovisión en todas partes, sobre todo para tener energías volver a España y volver a escuchar esos topicazos de antes de irte.
En ese momento a ti solo te queda enseñar las fotos y volver a contar la batallita que os he dejado por escrito. E insistir en que si de verdad tenéis oportunidad, no dejéis de ir al Festival una vez en la vida, puede que os siga pareciendo una horterada, pero dudo mucho que haya otros shows en los que os podáis encontrar semejante despliegue de medios, audio e imágenes,
Y si aún te insisten con que «pero si España ha quedado fatal», tú les dices: «que me quiten, que me quiten lo bailao» 😉
Si la envidia fuera tiña ahora mismo estaría más calvo que Jose María Iñigo cuando presentó «supervivientes»
El código IATA del aeropuerto de Baku es GYD por si quieres repetir el año que viene 😛
QUE BUENO!!! TU SI QUE SABES!!! ESTABAS ALLI !!! Jo que bueno, la verdad es que me alegro mucho por tí. Es una cosa que nos encantaría vivir a muchos. Yo lo ví con amigos y lo disfruté como cada año. Me revienta que la gente lo crítique tanto y luego te pregunte quien ha ganado. Buenisimo el post y horrorosa la canción ganadora.
Genial crónica, además de las que mola leer, la experiencia personal y no un análisis de la gala y los resultados. Yo no sigo mucho el festival, pero creo que no sólo musicalmente sino también desde el punto de vista de la realización televisiva, debe ser una pasada verlo o incluso trabajar en él. Por no hablar de la escenografía, etc… Bueno, toda la parafernalia. Saludos!
Ains! Qué envidia y qué guay todo!!! Yo sólo quiero que gane España algún año por aquello de que me salga barato ir a verlo. Soñar es gratis, xD
¡Qué envidia (de la sana)!
Yo llevo planteándome un par de años ir al festival. De hecho, hace dos estuvimos buscando vuelos a Oslo (y no eran caros con Ryanair) pero el alojamiento se nos iba de las manos. Este año prometimos que si ganaba algún país desarrollado iríamos, pero a Azerbaiyán va a ir su p*** madre.
Por mi trabajo no me puedo pedir una semana de vacaciones en mayo pero me encantaría pasar allí toda la semana yendo a esas fiestas eurovisivas que se celebran por todos los sitios. Además, ligar allí con tanto gay debe ser algo más sencillo que en el puto pueblo donde vivo.
Un saludo.
Pues sí, también era mi primera vez y esta crónica describe perfectamente estos días en Düsseldorf para mí. Eurovisión es un show increible, un reto de técnica, medios y creatividad. Y para los eurofans (de libro o sin él) vivirlo en directo es el mejor regalo. Una pena no habernos visto, pero aquello parecía Galerias Preciados cuando ponían los visones al 50%. Un abrazo Jon!
Jonipod: estabas sentado en la misma zona que yo!!! Tambien ha sido mi primera vez en un Eurovisión (la verdad es que tus primeros parrafos son como si los hubiera escrito yo mismo!).
No me digas que no fue superemocionante todo!!! Todo el publico superloco con el subidón que hubo desde la actuación de Hungría, con Irlanda, Suecia, Estonia… todos los hits seguidos!!!!
Eso sí: yo, en Azerbaijan, no me veo…
Enhorabuena Jonipod!!!!
Divertidisimo el post, me ha encantado, sólo me han quedado un par de dudas, ¿ a quien votaste?, ¿cómo viviste que se fueran distanciando tus canciones favoritas?.
Un besazo y espero que no sea tu última visita y retrasmisión Eurovisión, aunque la próxima queda un pelín peor, porque….¿donde #@¬@ queda Azerbayán?
Brutal! Si señor yo estuve allí, contigo un buen rato y no hubiera podido explicar mejor lo que sentí, lo has clavao y desde luego que nos quiten, que nos quiten los bailao.
Oscar
Caballero Joni,
Has hecho una de esas entradas donde uno se mete de lleno en ella, que parece que estás allí por las calles, en el Estadio, viendo como cambían todo en el escenario -genial lo del tiempo en pantallas para que sepan cuanto les quedaba-, y el ambiente que tiene que ser aquello.
Me has hecho reflexionar sobre lo de la bandera de España, porque sospecho que yo que tampoco me la pondría nunca si que lo haría en un evento así y entonces he entendido a la gente con el futbol y el Mundial el año pasado. Esa sensación… Ays.
Genial entrada y envidia de la sana que lo hayas disfrutado, que poca gente como tú -y algunos otros que nos apasiona- podríamos disfrutar igual, ¡Es como un día de Disneyland!
(Aplausos)
¡Un abrazo!
¡¡Bravo!! Ke emoción, cojona!
En realidad, todos los ke no estuvimos estuvimos allí un poco gracias a usted; yo cada vez ke la cámara se iba al público, buscaba una bandera españiiiiola, por si acá lo veía.
Dudo muchísimo ke ningún grupo o artista de todo el mundo pueda hacer el grandísimo espectáculo ke fue lo del sábado; yo había momentos en ke se me caía la baba. Y pa colmo este año había un nivel musical del recopetín; hay al menos cinco temazos ke no me kito de mi Jonipop; Irlanda, Eslovenia, Alemania, Hungria, Serbia e Italia…Anda, si me han salido seis…Es ke había un nivel musical del recopetín…
Deberíamos hacer un grupo de facebook en contra de los topicos españoles con Eurovision, por cier, ke a mí me tienen FRITO; tos los añicos con la misma historia, de verdad, ke soporrrrr.
Muy buena. ¿Habrá ganas de repetirla en Bakú? XD
El problema de España es que no vota solo la gente del Euroclub. De hecho, el eurofan es la pequeña parte de los que votan en la final. Pero yo estoy seguro de que España tiene el potencial para quedar Top 10 cada año a lo Grecia. Simplemente basta con enviar un buen cantante y buena canción. Este año sólo teníamos una buena, excepcional cantante.
Mi momento favorito de tu post es el de Esperanza Aguirre y su levantate y anda. Yo no soy un «Eurofan Clásico» como tú, pero al ver lo que ví en la tele y al leer lo que escribes aquí, estoy seguro de que me habría encantado estar en directo 🙂 Enhorabuena por otro sueño hecho realidad!