Con Halloween a la vuelta de la esquina toca volverse locos a reivindicar cintas de monstruos y asesinos de artistas castizos, como Máximo Valverde o las Hermanas Hurtado. Y como ahora Carmen Sevilla pasa por unos momentos muy delicados, qué mejor que poner en valor una rareza de la cinematografía española protagonizada por ella como es ‘El techo de cristal’, coescrita y dirigida por Eloy de la Iglesia. Una película de 1971 en la que la estrella absoluta es una joven Carmen que, como dice mi amiga Belén, tiene cierto aire a La Prohibida de peluca castaña del ‘Señor Kubrik, ¿qué haría usted?’.
La dueña de las ovejitas más famosas de los 90 en España interpreta aquí a Marta, una mujer cuyo marido viaja más que Willy Fog, y ella, una mujer de bien de recta moral, se aburre como el último invitado del ‘Sálvame Deluxe’ al que le hacen esperar cuatro horas para hablar cinco minutos. Tanto hastío tiene que la pobre se dedica a hablar con su gato como si este fuese su colega; tiene una amiga, conste, encarnada por Encarna Paso, pero se ven poquísimo, tanto, que se tienen decir eso de «eres mi mejor amiga», así, sin venir a cuento, para que el espectador se de cuenta de que se tienen cariño y eso. Amiga, que, por cierto, es un poco guarrona y le dice a Marta que se tire a Ricardo, y que si no lo quiere que se lo pide ella; tan descarada es que normal que luego la niña sea tan repelente y lengüetona que cuando Julia baje salte diciendo «mamá, ¿esta es la mujer que decís que tienen un amante?».
Total, que Marta se aburre, y en lugar de hacer calceta, se dedica a analizar todos y cada uno de los ruidos que hace su vecina de arriba, Julia -Patty Shepard-, y en una de estas ella llega a la conclusión de que la muchacha ha matado a su marido y se está deshaciendo de él por partes, cual descuartizadora profesional. Así, Carmen Sevilla se convierte en una Jessica Fletcher ibérica que se dedica a investigar si ese zapato que ha visto en un montón de leña era del marido de Julia, o si el hombre que llama a su vecina por teléfono es su marido o su amante.
En la historia también tiene relevancia Ricardo -Dean Selmier-, el casero de Julia y Marta, que además es escultor, y Rosa, una chica que reparte la compra del supermercado y al que Ricardo le hace dar palmitas con la parte del cuerpo a la que cantaba Danza Invisible en ‘Sabor de amor’. Como anécdota, Rosa está interpretada por Emma Cohen, quien fuese esposa de Fernán Gómez y a quien siempre adoraremos por haber encarnado a la Gallina Caponata de Barrio Sésamo.
Marta, es decir, Carmen Sevilla, se pasa de cotilla, como era de esperar, pero mientras interroga a un chófer para saber si el marido de su vecina cogió el autobús la otra tarde o no, saca tiene tiempo para darse el filete con el escultor, al que pone al tanto de sus pesquisas. Y es que es tan aprendiz de Miss Marple que ella ya ha bautizado el caso como «el techo de cristal», porque eso es lo que ella ve mientras su vecina camina con tacones en el piso de arriba.
Y a todo esto, le sumamos que una persona misteriosa está obsesionada con Marta y no para de hacerle fotos todo el rato. ¿Será el asesino? ¿O allí no ha muerto nadie y Marta hacer tan poco el amor con su marido ausente y hablar tanto con el gato se está volviendo loquita?
La película tiene una dirección muy peculiar -esos créditos asfixiantes plagados de planos detalle, los insertos de las fotos, ese final acelerado para resolver el pifostio de si allí hay muerto o no-, pero no deja de ser interesante por malsana, como la presencia de esos cerdos todo el rato gruñiendo, o el inquietante horno de alfarero en el que, según Ricardo, cualquier persona podría quedar reducida a cenizas en escasos minutos. Además, sirvió para romper la imagen de una Carmen Sevilla virginal, y precisamente por este revulsivo fue el primer gran éxito en taquilla de Eloy de la Iglesia. De hecho, en 1996 Carmen Sevilla afirmó en un homenaje al cineasta que ‘El techo de cristal’ fue «la película más hermosa que he hecho nunca». De hecho, Eloy y Carmen se entendieron tan bien que repitieron en otro thriller, ‘Nadie oyó gritar’. Pero esa es una historia que dejaremos reposar para otra ocasión. Para otro Halloween.
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El final un tanto dudoso ¿ matan a Mart
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Quisiera saber si tambien mstan a Marta
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Quisiera saber si también muere Marta
Todo parece indicar que también la matan.
Película un tanto desconcertante, el marido de la protagonista le hace el salto, pero a la vez la asaltada parece que no le importa que lo mate un tío que hace escultura, con aficiones fotográficas. ¿para que?, pregunto yo, porque al final se la carga también.
En la trayectoria de la película aparecen otros tíos que no se que pintan en ella, el único que parece que está justificado es el chófer.
En fín una pérdida de tiempo verla, se parece a la nueva cocina que te crees que te comes algo y realmente sólo es espuma de ésto y aroma de lo otro, pero realmente la tajada no existe. Y ya has pagado por el menú.