Entrevista a Beatriz Rico: «Yo no quería ser Xuxa, había dejado Asturias para ser actriz»

Como te contamos en Lo que inTerelu, la semana pasada se presentaba Adelante, la segunda novela de Kay Nández. La presentación contó con una madrina de lujo: Beatriz Rico, a la que teníamos muchas ganas desde hace tiempo en Sufridores en Casa. No quisimos perder la oportunidad de charlar con ella. Encantadora, amable y sencilla, con un café delante, Bea nos dedica unos minutos para recordar algunos momentos de su carraera. Una trayectoria muy SEC, con mucho recorrido en el mundillo artístico. Así que como diría su primer gran maestro… ¡A jugaaaar!

Entrevista a Beatriz Rico

Por JoniPod

Bea, es inevitable empezar la entrevista por el gran concurso que sustituyó en antena al Un, Dos, Tres, y que supuso tu inicio profesional. ¿Qué recuerdo te queda de tu época en El Precio Justo como azafata?

Yo siempre rompo una lanza a favor de los concursos. Imagínate, para mi que venía de Asturias donde estudiaba arte dramático, El Precio Justo supuso entrar por la puerta más grande por la que se podía acceder. El programa lo veía toda España y perdí el miedo a las cámaras, cogí mucha soltura. Hice amistades que me duran aún, pero lo más importante fue la maestría de Joaquín Prat.  Con solo ver cómo trabajaba, ya te enseñaba, fue la mejor escuela.

Nosotros reivindicamos en el blog esos grandes concursos, con grandes premios… y las cartas con códigos de barras para participar, ¿te llegaste a aprender lo de “enviénos la prueba de compra”?

Yo era la que hacía La llamada en directo y no me quedaba más remedio que saber decir todo eso del detergente, el lavavajillas o lo que tocara… Como anécdota recuerdo que como tenía acento asturiano, me pusieron una profesora de dicción para poder decir correctamente lo de los sponsors. Imagínate los nervios, estuve dos años siendo azafata «sin hablar», y de repente te toca hacer una sección en directo en la que tenías que llamar a alguien, y esa persona te podía salir por peteneras. Ahí aprendí muchísimo y me daba mucha satisfacción dar premios como 30 millones de pesetas de los de entonces, y otros muy gordos… Eso sí, tengo que decir que los que ganaron nunca me mandaron ni un ramo de flores.

Tú también tuviste tu premio gordo cuando, de repente, saltas a Telecinco, ¿cómo surgió ese cambio de cadena?

Porque tengo mucho morro y me di cuenta que quería volar en solitario. Hice un “videomix” de mis intervenciones en El Precio Justo y lo mandé a Telecinco,  que era la cadena privada en auge en aquel momento, junto con una carta solicitando una prueba. Les debió hacer gracia y me llamaron. La prueba la hice para Telecinco, dígame, el programa que finalmente presentarían Laura Valenzuela y Paloma Lago. El veredicto fue: “ha estado bien, pero tú nos pegas más para programas infantiles porque estás un poco loca”. Fue todo muy rápido, en un par de meses, ya estaba en infantiles.

Aunque estuvieras dedicada “a los niños”, recuerdo que en aquella época eras reconocida como uno de los rostros sexys de la cadena. ¿Te llegaban más cartas de los padres o de los pequeños?

Me llegaban más cartas de los niños. Yo estaba en manos de Sebastian Junyet (director también de Telecupón) y él nunca permitía que yo fuera exuberante. Por ejemplo, si llevaba un pantalón corto, iba con un jersey de cuello cisne. Pero claro, tenía 20 añitos y un “fisico”… No generaba polémica pero sí un poco de caos. Hay que estar muy centrado, porque te llega un subidón de fama de un día para otro. Recibía unas 500 cartas a la semana. Yo lo pasé un poco mal, porque una cosa era la chica que aparecía en la tele, y otra era yo…no entendía esa locura y me asusté un poco. Los niños son maravillosos y es un público muy entregado, así que enseguida pasas a ser “la de los niños”. Se volvían locos y yo me di cuenta de que no quería ser Xuxa. Yo había dejado mi Asturias natal para ser actriz, hablé con la cadena, lo entendieron y lo dejé a mitad de contrato.

Pero antes de romper con toda esa etapa, dejaste hecho un disco que mi compañero Mike Medianoche conserva. Confíesanos, ¿guardas copias del disco?

Sí, entre las muchas cartas que nos llegaban una de las preguntas era dónde encontrar la canción del programa que era muy pegadiza. Había que hacer marketing y como los niños preguntaban, en la cadena me dijeron lo del disco. A mi siempre me había gustado cantar, en mi último espectáculo también canto, y ahí está el disco. No fue gran cd, más bien para los niños, pegadizo, de consumo rápido y ya. Tengo una copia del disco, pero no la enseño. La gente viene a casa, me pregunta y les digo que no lo tengo.

Hablando de programas de niños, ¿cuál veías tú de pequeña?

A mi me encantaba “La mansión de los Plaff”. Lo recuerdo con cariño, era mi época de merienda, bocata y sentarme delante de la tele.

Tu carrera como actriz está llena de películas y series. Por ejemplo, fuiste parte de Ellas y el sexo débil, el proyecto de serie de Ana Obregón. Tengo entendido que os une una buena amistad. La gente que trabaja con ella destaca su profesionalidad, ¿qué nos podrías destacar tú de la Obregón?

Pues sí, coincidimos en el gimnasio y todo. En mi página web  le dedico unas palabras “querida amiga, siempre vas a ser un enigma para mi”. Ana, siempre suscita revuelo y te puede caer bien o mal, pero yo solo puedo decir que ha sido una de las personas más generosas con las que me he encontrado. Como compañera y como persona. Siempre ha estado ahí. Ana no es pose, es un cascabel, es así. Tú puedes llegar con un problema y a los diez minutos te saca una sonrisa, eso es muy de agradecer.

En Semana Santa nos levantamos en los kioskos con tu portada de Interviú. ¿Se lo tiene que pensar uno mucho? ¿Lo consultaste con tu entorno antes de hacer las fotos?

Solo tenía que consultarlo con una persona, mi hijo. Estas cosas no le emocionan, pero ya con 12 años se va haciendo mayor y no se negó. Me preguntó: “¿De verdad no se va a ver nada?” y le prometí: “Yo me tapo con las manos”. Y así lo hice después de haberlo rechazado en ocasiones anteriores. Físicamente me veo en un momento muy bueno, y obviamente es un buen escaparate de promoción, ahora que empiezo una gira. Además, el fotógrafo Gus Geijo es una garantía, las fotos que publica son impecables. Son unas fotos bonitas y cuidadas.

Estás más volcada en el teatro y quizá menos expuesta en la tele, aún así, ¿te siguen parando por la calle?

Cuando voy sin maquillar no, o si me paran es para asegurarse de que soy yo. Pero sí, me reconocen y me gusta porque no me llaman por el nombre de ningún personaje. Me llaman Beatriz y eso es lo que más me gusta, que la actriz pueda estar por encima de cualquiera de sus personajes.

Y si no queremos esperar a cruzarnos contigo y queremos seguirte la pista. ¿Dónde podemos encontrar a Beatriz Rico?

Empiezo gira con Mejor viuda que mal casada y tengo varias películas pendientes de estrenar, sin fecha aún. Ya sabemos cómo está el país… Y puede que pronto en la tele pero no puedo adelantar nada más hasta que lo diga la productora.