Entrevista a Elisa Matilla «Como presentadora me sentía mediocre»

Por Mike Medianoche

Con Elisa Matilla cerramos hoy la ronda de entrevistas a las protagonistas de la obra de teatro Lifting, la cual Elisa coprotagoniza junto a Miren Ibarguren, Pepa Rus y Josele Román bajo las órdenes del tándem Sabroso y Ayaso. Y antes de empezar, resumimos la entrevista en los siguientes titulares.

«Hace falta más actrices con caras normales».

«Juegos sin fronteras es uno de los trabajos más divertidos que he hecho en mi vida».

«Ya no hay un programa como Pero esto qué es, donde vayas a promocionar y hables sólo y exclusivamente de una película o una obra de teatro».

«Telecinco pidió más episodios de Todos los hombres sois iguales y se alargó una temporada». 

«Tras haber trabajado en cinco películas con él, me siento Chica Iborra».

«Estreno en Murcia Ay Carmela, un personaje que me apasiona».

Entrevista a Elisa Matilla

¿Qué se va a encontrar el espectador que acuda al teatro a ver Lifting?

Una crítica con muchísima ironía y frescura, con diálogos chispeantes sobre la tiranía de la belleza y cómo esta sociedad nos hace estar todo el día a punto, guapos, bien vestidos, con buena cara y ropa cara. También se reflexiona sobre cómo se valora la juventud únicamente como algo bello. Hace poco vi unas fotos de Ángela Molina y me emocionó porque es una mujer bellísima como la que más, pero con edad en la cara y quiero reivindicar eso, que se puede estar arreglada y cuidada y que la belleza también parte en reflejar bien la edad, porque no siempre podemos tener veinticinco años porque además eso es muy aburrido. Hay actrices de cuarenta y cuarenta y algo que cuando les ves la cara dices “no me lo creo”, sobre todo para interpretar. Hacen falta más caras normales.

A mí me hace gracia cómo muchas actrices se tiran años encarnando papeles de jóvenes y de buenas a primeras pasan a encarnar directamente de madres de adolescentes.

Y en mi caso es al revés, yo llevo haciendo de madre desde los 30, porque en Todos los hombres sois iguales tenía una hija de dieciocho cuando yo no tenía edad para haberla tenido, por lo cual en la serie me avejentaban, y otras veces me han rejuvenecido, ahora otra vez me ponen más vieja, como en Tierra de lobos, donde salgo sin maquillar y encima me ponen ojeras y arrugas. Cuando eres actriz estás al servicio de los personajes y su caracterización, cosa que sólo no me molesta sino que me encanta, esa parte lúdica cambiar físicamente. No sé si habrá actrices que tengan problemas si no las sacan favorecidas, pero como yo soy una gansa y una gamberra es algo que me divierten. Aunque cuando salgo del plató sí me gusta estar lo más favorecida posible, pero como decía de Ángela Molina, sin desfigurar lo que el paso del tiempo hace en ti.

Repasando tu currículum vemos que has participado en programas míticos que hoy son casi impensables, como era el caso de Pero esto que es.

Sí, porque ya no hay un programa donde vayas a promocionar y hables sólo y exclusivamente de una película o una obra de teatro sin tener que entrar en un show, o hablar de otras cosas que no tienen que ver con el trabajo. Pero esto que es era un programa donde los artistas iban a hablar sólo de su trabajo y yo  entrevistaba a los actores que venían al plató  interpretando a una limpiadora de un canal de una televisión privada, cuando de hecho ni siquiera existían este tipo de cadenas, ni sabíamos lo que eran las audiencias, ni la competencia ni nada. Por allí vino gente muy grande, como Paul McCartney, Liza Minelli…

Otro programa impensable en el que estuviste al frente fue Juegos Sin Fronteras. ¿Cómo lo recuerdas?

Juegos sin fronteras es uno de los trabajos más divertidos que he hecho en mi vida, porque eso de ir por Europa cambiando de localización cada quince días fue maravilloso. Acabé trabajando como presentadora porque un personaje que interpreté se hizo popular y querían un poquito más, y entonces terminé presentando, cosa que a mí no se me da especialmente bien. Como actriz puedo crear un personaje a partir de un guion, pero para presentar tienes que ser periodista y yo no lo era, por lo que creo que mi carrera ha estado desequilibrada en ese sentido. Aunque a la gente le gustaba lo que hacía, yo sabía que era algo que podía mejorarse y que había que hacer de otro modo, porque yo no había estudiado para eso. Después me ofrecieron muchos trabajos como presentadora, y si ya no me lo ofrecen es porque sobre el año noventa y cinco dije que ya no iba a presentar nada más para centrarme en mi carrera como actriz, porque me sentía menos mediocre actuando que presentando.

Un gran éxito que tuviste en los noventa fue en la serie Todos los hombres sois iguales, encarnando a Susana, la mujer de Tito Valverde, otro ejemplo de cuando las series no se estiraban eternamente como ahora en duración de capítulos y temporadas.

Susana era un personaje precioso y los guiones de la serie eran muy buenos, escritos por Yolanda García, Manuel Gómez Pereira, Joaquín Oristrell y Juan Luis Iborra. Nosotros ampliamos una temporada más de lo inicialmente previsto, pero no se alargó más porque la trama estaba hecha para una duración determinada, y eso que entonces ya funcionaban las audiencias y todo eso, pero no con esa lucha que hay ahora.

¿Entonces la última temporada, la de los embarazos que acababais las tres mujeres dando a luz a la vez, no estaba prevista?

Exacto, esa fue. Como la cadena pidió más capítulos, se solucionó con el embarazo de las tres protagonistas.

¿Alguna vez, haciendo zapping, te has visto en las reposiciones Aquí no hay quien viva?

Veo poca televisión, y si lo hago es sobre todo cuando las series se estrenan, porque tengo que estar informada. Pero sí me entero por Twitter y Facebook de las reposiciones, porque la gente dice “estoy viendo tal capítulo de Aquí no hay quien viva” e incluso de Los Ladrones van a la oficina.

¿Eres seguidora del Festival de Eurovision? 

No. Pero es que como te digo, casi no veo televisión y puedo tirarme quince días sin encenderla, aunque sí me entero de lo que pasa gracias a las redes sociales.

De tu filmografía ¿a qué película le tienes más cariño?

En cine he hecho mucha comedia, porque en teatro si he hecho más registros entre el drama, verso, comedia… Y por eso me gustan mucho mis papeles cómicos, como los que he hecho bajo las órdenes de Juan Luis Iborra con el que he hecho con él más de cinco películas y siempre papeles muy cómicos, y puedo decir que yo soy Chica Iborra. De mis papeles favoritos está el de la prostituta Tatiana en KM 0, que es una maravilla. En cine además este año tengo pendiente de estrenar una película llamada Omnívoros, un thriller de Oscar Rojo sobre dos restaurantes clandestinos.

Y para finalizar, ¿algo que te dejes en el tintero?

Que estoy muy contenta de compaginar dos obras de teatro a la vez, ya que antes había compaginado cine y teatro, cine y televisión, pero no teatro con teatro. Ahora voy a compaginar por primera vez teatro con teatro, ya que además de Lifting estoy un personaje que me apasiona en Ay Carmela junto a Daniel Albadalejo y que se estrena en estos días en el Teatro Circo de Murcia.