Esto es «La Pera»… o la vida sin Ruperta

Por JoniPod

Mientras los españoles de 1977 vivían la Transición y la próxima llegada de la Constitución Española, la televisión española seguía su curso y millones de telespectadores veían en TVE (básicamente porque no había otra cosa, niños de la generación 1990, hubo un tiempo en que la tele no tenía mando a distancia y solo había dos canales de televisión, sí, uno, y dos…) el «Un, Dos, Tres… Moulinex Responda Otra Vez.

Si me tengo que poner ahora a explicarte de qué va el programa o eres la Tigresa de Oriente y entonces te diré que es un «chou más grande que el Sábado Gigante de Don Francisco» o no mereces ser un Sufridor en Casa. Para los que hayáis superado el módulo I del famoso concurso de Chicho, recordaréis que en la segunda parte del programa se enfrentaban dos parejas. La ganadora pasaría a la subasta, dejando regalos en busca de un buen premio, y normalmente la pareja perdedora jugaba a un juego para conseguir algo de dinero como consolación.

Hoy queremos que llames a una de tus 50 mejores amigas y la invites a participar como pareja al mismo juego que los participantes del 123 en el año 1977. Jugamos a ¡La Pera! ¡Dentro chicas!

El juego favorito de Ana Botella en su adolescencia
El juego favorito de Ana Botella en su adolescencia

Nuestras azafatas con el uniforme oficial del programa en aquella época cuya premisa máxima era «hay que enseñar pierna», o lo que 15 años después vendría a ser la «táctica mamachicho». Ponerlo en la caja del juego ayudaba a que el niño, en plena pubertad, ansiara tener esa caja por si dentro venía una azafata hinchable o las 150.000 pesetas que podían ganar los jugadores de «La Pera». Nada más lejos de La Coruña la realidad. Los juegos de mesa que se editaron durante los años del 123 tenían un denominador común: eran muy cutres. Sí, el LowCost no lo inventó Ryanair, sino Falomir y Dalmau Carles, la empresa que hacía los juegos del programa que dió la popularida a Mayra Gómez Kemp. Mucho, papel, cartón, y tu mismo tenías que cortar las tarjetas del juego, como ya sucedía en la versión fake de Cifras y Letras de la que nos hablaba Mike el otro día.

La mecánica de La Pera era similar al juego de «La Escalera» o al «Juego de la Oca»  que levante la mano el que diga juego de la oca y no imite a una oquette o diga lo de ¡tira dados!) tanto que si en la Oca tenías que llegar a «La Reoca», aquí el objetivo era alcanzar «La Repera»

El tablero tenía más signos de interrogación que la relación de Isabel Pantoja con María del Monte El tablero tenía más signos de interrogación que la relación de Isabel Pantoja con María del Monte
El tablero tenía más signos de interrogación que la relación de Isabel Pantoja con María del Monte

A medida que avanzabas por el tablero, podías avanzar, retroceder… o caer en las casillas en las cuales te podía tocar responder preguntas de cultura general o superar «curiosas pruebas»…

Todos tenemos una escoba y una caja de cerillas en casa, ¿verdad?
Todos tenemos una escoba y una caja de cerillas en casa, ¿verdad?

Porque más allá de la influencia que Sor Citroen dejó en la España de la época y daban por sentado que sabríamos inventarnos un discurso para monjas, llama la atención el momento «váyase ud. a los periódicos y busque la palabra Gobierno». No sabemos si nos encontramos frente a un documento inédito de la Transición Española a través del cual querían educar a los niños de la época, porque además de con temas como «El Gobierno», el juego fue pionero en «La España de las Autonomías» reconociendo la identidad y riqueza de las distintas regiones, y si no, mirad esta tarjetita de preguntas…

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El juego estaba orientado a los pequeños de la casa (alguien me decía el otro día que odiaba esa expresión pero a mi me encanta por eso la cuelo sin reparos, oiga), Niños que, aunque suene a topicazo, en los 70 salían de la escuela con una base cultural mucho mayor que la que tienen en la actualidad. Ya pudimos comprobarlo en 2004 cuando volvió el 123, convertido en «a leer esta vez Eran frecuentes los patinazos o las respuestas en blanco de los concursantes ante las preguntas que planteaba Luis Roderas (que también pasó por el saloncito de SEC).

Por eso, como te dijimos al principio del post, queremos que juegues con nosotros a «La Pera». Vamos a dejarte una tarjetita de preguntas, y a ver si eres capaz de responder correctamente todas las preguntas… ¿Te atreves?

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16 thoughts on “Esto es «La Pera»… o la vida sin Ruperta

  1. Ay, tienes más signos de interrogación que la relación de María del Monte con Isabel Pantoja, me voy a reirme al balcón, me parto, no puedo con mi alma, estáis sembraos joé jaja 😀

  2. «Niños que, aunque suene a topicazo, en los 70 salían de la escuela con una base cultural mucho mayor que la que tienen en la actualidad. Ya pudimos comprobarlo en 2004 cuando volvió el 123, convertido en “a leer esta vez Eran frecuentes los patinazos o las respuestas en blanco de los concursantes ante las preguntas que planteaba Luis Roderas »
    Los de la generación 1990 no necesitamos saber cosas para salir en televisión,nos presentamos a GH y punto…ay…cuanto teneis que aprender…xD

  3. Ufff!! menos mal que peguntan por Sevilla respecto a Cordoba, porque mi punto debil es Toledo respecto a Madrid

  4. ¡Felicidades por el post! este fue el primer juego de mesa que me compraron y aunque era pequeño y muy cutre,me encantaba
    Me he reido mucho con vuestros ingeniosos comentarios

  5. ¡Qué grande! Me acuerdo vagamente del juego de la Pera y me ha dado un flashback que pa qué. Una amiga del colegio lo tenía.

    Corrección: Evitemos confusiones, al juego de la Pera se jugaba en el Un dos tres de los años 70, en tiempos de Kiko Ledgard. Con Mayra se jugó a otras cosas, que fueron (del de la Ruperta no me acuerdo), el Juego de Botilde, La Carrera del Chollo o El País del Antichollo.

    A mi me inspiraban para organizar gymkanas con dados gigantes. Eran chulísimos.

  6. Madre mía!! la peraaa!! Ese juego lo tengo yo en casa de mi abuela, madre mía, no jugué veces ni nada con mi primo cuando éramos pequeños y nos llevaban ahí, no había otra cosa con la que jugar y no nos quedaba otro remedio, si ya era viejo de aquella! que recuerdos…

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