Hace unas semanas hablábamos de las Chicas Chicle y el capítulo en el que Punky Brewster nos enseñaba que ante las drogas «solo di no». ‘Just say no’ fue, como recordábamos, una campaña de Estados Unidos contra el consumo de estupefacientes en el que Nancy Reagan fue la cara más visible -algo que quizá te suene si has visto ‘Narcos’ en Netflix-. Lo que pocos recuerdan es que en España la Reina Sofía, la griega -no la de Disney-, fue la Nancy Reagan española en lo que drogas se refiere.
El 17 de octubre de 1992, a las tres y media de la tarde, la suegra de Urdangarín aparecía a la vez en La Primera, Antena 3 y las cadenas autonómicas para hablarnos de lo malas que son las drogas. A lo mensaje navideño de su marido, Sofía nos presentó la película ‘Estrellas de los dibujos animados al rescate’ en la que personajes de dibujitos de todas las productoras se aliaban en «una lucha generosa y altruista para salvar a un joven del peligro de las drogas». Así, Sofía hacía un canto hacia la prevención, el ocio sano y el diálogo familiar, y claro, luego tú piensas que ya podía haber tomado nota ella misma y no tener un nieto tan díscolo como Froilán, o que hubiese dialogado más con su hija Cristina para que Iñaki no robase tanto, pero bueno. Sigamos con las drogas.
‘Estrellas de los dibujos animados al rescate’ fue una película estadounidense de 1990 en la que las principales productoras de animación cedían alguno de sus personajes para luchar contra el consumo de marihuana o de crack, que son los que se citan en la peliculita, de media hora de duración. Si te lo perdiste el citado sábado 17 de octubre, Telecinco lo repuso al día siguiente, y uno más tarde Canal+, para que el mensaje calase.
Corey es una niña de 9 años que un día descubre que le han robado su hucha. El ladrón es su hermano adolescente Michael, que fuma porros de marihuana y necesita dinero para colocarse, y ella lo descubre. Un mal rato para la niña, claro.
No se sabe si es fruto del colocón o qué, pero de buenas a primeras por allí aparecen Alf, una tortuga Ninja, los Pitufos, Gardfiel, Gustavo y Peggy de los Pequeñecos, Bug Bunny, Moquete de ‘Cazafantasmas’, Winnie The Pooh, los sobrinos del Pato Donald, Alvin y las Ardillas… Y no sé por qué no está Ronald McDonald, que es el que falta, pues la cadena hamburguesera puso dinero para su producción. Total, que se reunen todos para decirle a Michael «malo, mala persona», a lo María José Cantudo, para que se aleje de las drogas.
Entonces Michael se ve envuelto en una especie de ‘Cuento de Navidad yonki’ donde ve su pasado -la primera vez que se drogó en el colegio para no parecer pardillo de primera con la chusma que fuman porros y crack-, su presente -con los daños que sufre su cerebro por la droga- y su futuro -viéndose en el espejo demacrado-. Cuando regresa a su casa ve a su hermana olisqueando en su caja de las drogas, se da cuenta de lo malas que son esas sustancias y la pequeña le dice que hable con sus padres para contarles el problema. Fin.
El guion no fue cosa de otro mundo, pero allí lo que mola es que todos los personajes de las series del momento van apareciendo por aquí y por allí. Que si Winnie es un peluche que habla, que si los Pitufos salen de un cómic, que si pasas por una alcantarilla y aparece una Tortuga Ninja… Y como villano tenemos un fantasma de humo de porro que incita todo el rato al chiquillo a drogarse, a robar y a probar cosas nuevas, aunque los dibujitos se lo pondrán difícil.
La película tiene momentos célebres como cuando el padre dice que le faltan cervezas (faltó decir «hoy solo es fumar porros, pero mañana podría empezar a beber») o cuando todos cantan una canción contra la droga y la cerdita Peggy dice que son malas para el cutis.
Si te ha dado morriña, aquí tienes el vídeo completo en Youtube, con la reina y todo. Pero no te molestes en buscarlo en Todocolección, pues al parecer el creador de Gardfiel dijo que no le habían pedido permiso para usar el personaje y la película nunca más volvió a emitirse.
Y sin ver el vídeo, aún recuerdo lo de (más o menos) «eso paresía el ruido de una alcansia al romperse»
Yo recuerdo al humo del crack y su voz maligna.