Gallina Blanca cambia de nombre, pero no en nuestros corazones

Tras casi ochenta años de historia, la mítica marca española Gallina Blanca cambia de nombre. Esto merece un «oooh» muy grande, tanto como cuando Petit Suisse se empezó a llamar Danonino o el Dunkin dejó de ser Donuts para pasar a ser Coffee.

Y es que esta marca siempre ha estado muy ligada al universo de los Sufridores; tanto es así, que en el programa ‘Un, dos, tres’ durante su etapa noventera patrocinaba los premios que se llevaban los sufridores en plató.

Entonces, ¿cómo se llama Gallina Blanca ahora, en 2015? GB Foods. Si eres un poco locuaz, te darás cuenta de que GB no es de Goce y Baganna ni de ningún nombre de imitación.  Es sencillamente las iniciales de Gallina Blanca, que quiere una «nueva identidad corporativa que recoge el espíritu de internacionalización, la esencia multi-local, y el carácter emprendedor e innovador que ha acompañado al Grupo desde su nacimiento en 1937». En otras palabras, que Gallina Blanca suena muy cañí y que ellos quieren ser internacionales, como Dana.

Sin embargo, para los Sufridores, GB Food siempre será Gallina Blanca, pues como decía Rocío Jurado en su anuncio de pinturas, es lo mismo pero no es lo mismo:. Porque con sus sopas prefabricadas podíamos fingir que comíamos potajes caseros. Su publicidad originalmente era un tanto machista, enfocada exclusivamente a la mujer, a la que invitaba a tener productos Gallina Blanca por si se les presenta a comer visitas inesperadas a las que pudiera agasajar a caldito como sinónimo de plato selecto y molón. (Minuto 5,26)

Y es que con por Gallina Blanca todos hemos dicho eso de «quiero una sopa» como en el anuncio.

Algo que incluso parodió Martes y Trece con sus «Sopas Gallinagracias».

También pusieron de moda el «¿cueces o enriqueces?» como una pregunta en habitual entre amigas, y con el único fin de saber si tu amiga echaba un cubito de Avecrem cuando hervía pasta o no. Yo tenía un amigo travesti que, como insulto, te decía «tú te callas, que tú ni cueces ni enriqueces».

Gallina Blanca, que ahora se llama GB Foods, también tiró mucho de famosos a la hora de promocionar sus productos. Jaime Cantizano, Pedro Piqueras, Terelu y Teresa Campos o Loles León, con aquel de ‘Gallina Blanca Sofrito y trabajo que te quito’. Cuando la entrevistamos hace ya unos años, Loles nos contó que era de los anuncios a los que más cariño le tiene.

Incluso aprendimos a tenerle miedo a los bebés por culpa de un spot casi calcado de una escena de ‘La Máscara 2’.

Gallina Blanca también se ha caracterizado siempre por regalar obsequios a sus clientes con la sana intención de convertir sus cocinas en auténticas tómbolas llenas de latas decorativas o cacillos para servir el Avecrem. En casa de mi madre hubo una durante años que versionaba a Becquer diciendo «volverán las oscuras golondrinas y hallarán Gallina Blanca en las cocinas«.

Y no, la marca que regalaba un tenedor que giraba para enrollar la pasta era de Gallo, no de Gallina Blanca.  De hecho, estaba tan ligado a algunos programas de televisión como era el caso de ‘El Precio Justo’ que llegó a regalar discos de Joaquín Prat serigrafiados como si el propio comunicador se lo hubiese dedicado a una ama de casa random.

Por otro lado, lo cierto es que GB (ya me estoy acostumbrando a llamarlo así) siempre cuidó mucho del soltero (que no solterona) y del estudiante, pues se especializó en productos de raciones individuales, como los sobrecitos de Sopistant (mi favorito de pequeño era el de consomé al Jerez) , o esos Yatekomo de ahora, pasta estilo oriental que tiene tanto de asiático como la Semana de la China de El Corte Inglés. Por no hablar de esos caldos estilo casero que vemos ahora en la tele y que se cocinan a fuego lento en la marmita en la que Astérix Obélix se cayó de pequeño.

Y tú, querida lectora, ¿seguirás llamando Gallina Blanca a GB Foods?