Los Monster, la familia que celebraba la Navidad cuando le daba la gana

En estos días navideños he devorado el libro ‘Los Munsters. Historia de nuestra familia monstruosa favorita‘, de Juan Antonio Olías y María del Carmen Olivero. Editado por Diábolo Ediciones, se trata del primer libro dedicado a Herman, Lili y compañía, una serie que servidor descubrió en su infancia gracias a las reposiciones de ‘La bola de cristal’. Tanto me marcó que incluso durante años tuve enmarcada una foto de la familia en el dormitorio de casa de mis padres.

El libro recoge los orígenes de la serie ya desde sus antecedentes, como el cine de terror de la Universal o la existencia de ‘La Familia Addams’, una serie de televisión basada en cómics que se estrenó solo una semana antes que ‘Los Monsters’, incluyendo, claro, una pequeña reseña de vampiros, hombres lobo o el monstruo de Frankenstein que inspiraron los personajes de la familia. Que, por cierto, cómo una vampira y monstruo hecho de trozos de cadáveres robados pudieron concebir un licántropo es tan desconcertante como la ‘Robin Hood’ de Disney, en la que una zorra es sobrina de un león.

Aunque hay algunas cucadas (como el episodio piloto, con elenco y personajes ligeramente diferentes a lo que luego conocimos) mi parte favorita ha sido la extensa recopilación de capítulos, con título, sinopsis y fecha de emisión, porque algunos levemente los recordaba. Sin embargo, lo más fascinante ha sido ponerme a hacer cálculos y ver cómo ‘Los Monsters’ celebraban la familia como le daban la real gana.

Y es que en la primera temporada el capítulo 14, ‘El abuelo se va de casa’, se emitió el 24 de diciembre de 1964, pero allí no había ambiente navideño. De hecho, tal como el nombre promete, el episodio cuenta cómo el abuelo se enfada porque pasan de él y se va sin decir ni ahí os quedáis. Tras días sin saber de él, descubrirán que se ha reinventado como mago en un club nocturno. Y una semana después se emitió ‘El rival de Herman’, pero aunque se emitiese el 31 de diciembre no trataba sobre la Nochevieja. Conste que tampoco hubo capítulos navideños en la segunda temporada de la serie, emitida en fechas similares en 1965.

Tuvo que pasar la friolera de 29 años para que ‘Los Monsters’ pudieran celebrar la Navidad, que se dice pronto. Y es que, una vez finalizan con la familia original, el libro habla de la serie que en España se conoce como ‘La familia Monster hoy’, así como de los diversas películas para cine o televisión que contaron las andanzas de Herman y compañía.  Y así descubrí ‘The Munster’s Scary Little Christmas’, un telefilme estrenado en Fox en diciembre de 1996 en la que el niño Eddie se emperra el regresar a Transilvania por Navidad, y al final se lía parda con un invento del abuelo, que acaba llevando a Mickbird Lane a Papá Noel y a los elfos. Igual, como son monstruos, deciden celebrar las Navidades un año sí y otros no, porque para qué quiere un vampiro celebrar el cumpleaños del niño Jesús, si supuestamente no pueden ver las cruces.

Y despido este post contando cinco curiosidades que se revelan en el libro, y que admito que no tenía ni idea (o que no recordaba):

–Las velas de la casa se encienden con un interruptor eléctrico. Ni Ikea encuentra esas soluciones tan prácticas.

–Al Lewis (el abuelo) e Ivonne de Carlo (Lily) se llevaban un año pese a hacer de padre e hija. Me ha recordado la vez que fui al teatro a ver ‘My Fair Lady’ con Paloma San Basilio y el actor que hacía de su padre solo tenía tres años más que ella.

–El piloto se grabó parcialmente en el decorado de la película ‘Psicosis’. Y como amante de Norman, necesito verlo.

–Herman y Lily fueron los primeros personajes de una serie que compartían cama sin que los actores estuviesen casados en la vida real. Qué modernos estos monstruos.

–Hasbro sacó un juego llamado ‘The Munsters Drag Race’, pero no tiene nada que ver con RuPaul, ni había que travestir a Eddie con objetos de Hello Kitty. Pero debe ser una delicia echarse una partida.