‘La tonta del bote’, dirigida por Juan de Orduña y protagonizada por Lina Morgan, Arturo Fernández y María Asquerino es una de mis películas favoritas por siempre jamás. Hace unas semanas los chicos del podcast ‘Deberes con palomitas’ (de No hay cine sin palomitas) me invitaron a elegir una película y comentarla entre todos, y yo elegí ‘La tonta del bote’, la cual analizamos hasta su máximo esplendor en un programa que puedes descargar en Ivoox. Y además, al final del mismo se sortea un ejemplar de ‘No me toques los 90’, por si tu economía está más apurada que la faja de Terelu y no te quieres perder el libro más vendido en la comarca del Guadalhorce y parte de Andalucía Oriental.
Para preparar el programa volví a tragarme varias veces ‘La tonta del bote’ hasta encontrarle detalles y subtextos inesperados. No es ya su mala iluminación, con un objeto proyectando siete sombras sobre la pared o el uso y abuso del zoom. O cómo la señá Engracia golpea un piano para enfatizar que está mosqueada. O cómo se justifica la violencia de género con frases como “me pega porque es mi hombre”. Es que el personaje de La Tonta del Bote en sí está lleno de matices, que aquí te desgloso para que tú también seas como ella. Porque un mundo lleno de Susanas sería un mundo mejor.
Manual para ser La Tonta del Bote
1. Pon la otra mejilla, como Jesucristo. El personaje de Susana, la Tonta del Bote (Lina Morgan), es muy buena y muy casta –aunque ella anda por calles y mercaos y sabe un poco de la realidad y del sexo incluso– y como de pequeña la recogieron de un hospicio su madre adoptiva considera que puede tratarla como una esclava doméstica a la que pegar si algo hace mal. Pero ella se toma con filosofía que la hostien por cosas como que se le caiga la olla de la comida o el haber cosido mal una goma de unas bragas.
2. Que Dios sea tu mejor amigo. Viene entroncado con lo anterior, pero es que realmente hasta que aparece Felipe el Postinero (Arturo Fernández) a Susana (Lina Morgan) solo le conocemos dos amigos: el Señor Sarasate, un ciego que se gana la vida como músico callejero, y propiamente Dios, al que le reza y le da las gracias porque el señor Felipe le compre un traje. Susana es tan bella persona que va a la iglesia a confesarse porque cuando le pegan en casa ella no se siente bien y siente vergüenza por ser maltratada. Y el señor párroco, voz de Dios en la tierra, le dice que aguante el chaparrón y que ofrezca su dolor al señor para ese sacrificio ayude a su madre a ir al cielo. Lo normal. Además si te pasa una tragedia, por ejemplo que te tiren tu bote de Cidacos donde guardas colillas, Dios hará que reaparezca en tu dormitorio (teoría esta última de Tom Clad).
3. Ayuda al prójimo recogiendo colillas del suelo. Susana es una jovencita con mucha empatía que quiere que a los pobres no le falte de nada, y quien dice nada dice tabaco. Porque su mayor preocupación es que al Señor Sarasate, el viejo violinista de la esquina no le falte colillas que fumar, y así, cuando ella ve que alguien tira al suelo un cigarro o un puro al que todavía se le puede dar un par de caladas lo recoge y se lo da a su amigo. Generosidad en estado puro. Por cierto, si tienes el típico amigo que fuma, y que cuando le da el mono y no tiene tabaco le da por dar últimas caladas a las colillas ya sabes que puedes apodarlo Señor Sarasate.
4. Dale dinero a una niña para que compre tabaco. Susana tiene mucha empatía con las compañías tabaqueras, esas que levantaron este país, y cuando su economía va mejor y la vida le sonríe se encuentra con una niña que busca colillas para su abuelo, y le da dinero para que le compre palitos de cáncer a su viejo. Adorable.
5. Alimenta a tus mascotas a base de churros. En una de sus visitas al Señor Sarasate Susana le regala al perro del viejo un churro recién frito que le dieron en el mercado. El can pasa total del churro, porque seguro que prefiere un trozo de carne o unos huesos si me apuras, y Susana toma muy mal el desplante y le dice que no querrá que se lo traiga mojado en chocolate.
6. Vive la Nochebuena como el mejor día del mundo. En cierto momento está toda la familia comiendo en un restaurante poniéndose las botas a asadito, cuando Susana dice “Yo no recuerdo haber comido mejor que aquella Nochebuena que…” a lo que su ama, la Señá Engracia, le dice “tú come y calla”, por lo que jamás sabremos qué pasó aquel 24 de diciembre. Pero a ella la marcó, al menos culinariamente.
7. Chívate como María José Cantudo en ‘El huerto del francés’. Susana es muy religiosa como antes dijimos, y cual testiga de Jehová no puede mentir y tiene que contarlo todo, como que la Señá Engracia alquiló un dormitorio de la casa a sesenta duros mensuales. Claro que el no poder mentir se traduce en que luego Engracia le cruce la cara sin mediar palabra.
8. Pronuncia la F como la C. Es la mayor característica fonética de La Tonta del Bote, llamar a su enamorado “Celipe”.
9. Piensa que tu vida es un musical. Cuando las emisiones en radio daban sus primeros pasos Susana pilla uno de estos cacharros y al ponerse los cascos se traslada a un mundo de fantasía musical en el que ella es la estrella. Venga, canta conmigo: “la tonta del bote es como me llaman todos en el barrio al verme pasar…”.
10. Y baila como una descoyuntada. No quiero hacer spoiler, pero su particular visión de la danza hará a Susana triunfar en la vida y en el arte. Y ello implica movimientos peculiares de rodilla y de cadera, o meterte un clavel en la boca pese a que deje un regusto un tanto raro.
11. Y siempre, siempre, perdona a tus enemigos. La tonta del bote es tan buena que cuando está viviendo el mayor éxito de su vida regresa a sus orígenes para ver a los suyos, y literalmente enseñarle a su madrastra que los besos son más hermosos que las bofetadas. Mi momento favorito es cuando el personaje de Asumpta (Paca Gabaldón) le dice “perdóname, Susana”, y ella le dice “qué tengo que perdonarte, tonta”. Pues por ejemplo la vez que tiró tu bote de colillas por la ventana, o la vez que te dio una guantada como un demonio por no coserle bien la goma de las bragas.
Buenísimo! Me voy a poner un recordatorio en Filmaffinity para que no se me olvide verla antes de morir!