Literatura de Cuarto Milenio: Aramís Fuster, la bruja. El libro.

Por Mike Medianoche

En diversas ocasiones hemos hablado de literatura en este blog (besos para Jorge Javier y Marisa Medina). Sin embargo, por primera vez me enfrento a un post sobre un libro en el que me veo obligado a prometer que todo lo que van a leer a continuación, por increible que parezca, está sacado del libro del que hoy hablaremos, titulado Aramís Fuster, La Bruja.

Aramís Fuster, la Bruja, salió al mercado en 1998 y no está firmado por ningún autor, si bien el copyright pertenece a Aramís, por lo que ella misma debió escribirlo. El estilo de escritura es peculiar, ya que nos encontramos con un narrador omnisciente que sabe todo de Aramís, e intercala declaraciones de ella misma dando más detalles sobre lo citado. Pero eso es lo de menos, dado todo lo que uno descubre de la bruja más mediática de España en todos los ámbitos de su vida.

Vidas Anteriores.
El karma de Aramís se ha encarnado en seis veces, siendo la actual la séptima y última vida que vivirá antes de convertirse en un ángel. En vidas anteriores recuerda haber sido una bruja que murió quemada en la hoguera en dos ocasiones y en otra fue un puma negro. De las otras tres no se acuerda, una pena.

Infancia.
Aramís, nacida María Isabel y rebautizada a sí misma con este nombre de mosquetero y de una montaña griega, descubre desde pequeña que es una niña diferente. Su madre la tuvo a los 17 y fue un parto complicado, ya que al bebé le costaba salir, por ello en la actualidad aún sufre al pasar por lugares estrellos recordando aquella experiencia. Hasta los cuatro años asegura que no sabe caminar, y que en lugar de comer la comida física que su mamá le preparaba, ella se alimentaba de aire y de sol. Actualmente su dieta ha cambiado  y principalmente come carne de buey cruda o muy poco hecha; huevos completamente crudos, marisco crudo, agua, chocolante, menta y tomillo. Las flores también son parte de su menú e “ingiere claveles de colores naturales, tulipanes, rosas y orquídeas”. También declara que le gusta el vino y el whisky.

Trabajos anteriores.
Antes de ser la primera bruja cristiana profesional, Aramís tuvo otros trabajos. Por ejemplo, fue modelo de lencería en pases privados, ya que “tenía un cuerpo muy proporcionado y muy bonito”, y asegura que “sigue utilizando la misma talla que entonces, la 38”. Otro trabajo que tuvo fue en una perfumería que ella misma montó, y para decorarla compró en un anticuario una escultura de un  puma negro.“Aquel animal era yo misma, porque reconozco que aquel feroz felino de cerámica negra era el que yo había sido en vidas anteriores”. Cuenta que un día se enfadó con la escultura y que esa noche ésta cobró vida y recorrió la tienda, y que a la mañana siguiente cuando ella regresó estaba todo el suelo lleno de pisadas de puma, el cual era nuevamente de piedra.

Vida Familiar.
Aramís se casó con Josep y su matrimonio duró muchos años aunque nunca habla bien de él. Para la boda, a la que llegó tres horas tarde por despecho, ella misma se diseñó el traje la mar de sencillo. “Me hice un bañador, un short, con un corpiño especial muy bonito, de color rojo. Para que no llamara tanto la atención y me dejaran entrar en la iglesia, me hice una falda larga con botones, como la de los curas. Encima llevaba una capa blanca de flores de hilo y gasa con una capucha. Todavía conservo el vestido y me vale”. En su matrimonio tuvo dos hijos, Karim y Aramís (que es un chico). A Aramís lo bautizó ella misma en el altar que tiene en su casa, estando “ambos desnudos, porque cuando trabajo tengo que estar desnuda, si no, la ropa me imediría hacer lo que debo”. Su hijo Aramís, según ella, es su heredero en las artes de la brujería y desde pequeño hacía cosas extrañas. “Un día quería la lámpara, y claro, yo no se la daba. Él estiraba los brazos, se le alargaban cuanto fuera necesario y la agarraba sin moverse del suelo siendo tan sólo un mocoso”.  Como la madre de Los Increíbles, oiga.

Apariciones.
A lo largo de su vida ha recibido la aparición de notorios personajes. Como Jesucristo, a quien conoció en su adolescencia (“un hombre bajito, robusto, de cabellos y piel morenos. (…) Venía acompañado de lisiados, de cojos, de ciegos, cmo una comitiva de gente pobre. Había una paz increible a su alrededor, y un aroma confortable, el olor del amor, de la bondad”) y le contó que “aquello que había venido a hacer, lo estaba haciendo bien”. También conoció a Satán, estando embarazada de su segundo hijo, y era “muy alto y de un color extraño. De cuerpo para abajo era un animal, con cola y pezuñas, como un macho cabrío. Despedía un insorportable hedor a no sé qué”. La visita del maligno era para “comprarle el hijo que todavía estaba creciendo en sus entrañas”. La mismísima Muerte también visitó a Aramís, y “tenía cara de estar enfadada” y era “una señora morena, fornida, alta, grande, corpulenta” que “podría ser que tuviera cierto parecido con Bernarda Alba”. Incluso ha visto al Conde Drácula, una noche de Reyes junto a sus dos hijos, y “estaba muy delgado y llevaba unos zapatos muy limpios”, y su rostro despedía “admiración hacia mi persona”. ¿Quién iba a pensar que Drácula era fan de esta concursante de Hotel Glam?

Magias y exorcismos.
La que fuese jurado del Castillo de las Mentes Prodigiosas cuenta que es experta en magia blanca, romper magia negra e incluso en hacer exorcismos, ya que “lo han realizado siempre los sacerdotes, pero mal hechos”. Para ello, Aramís tiene su propia técnica que “declina explicar”. Para la magia blanca no utiliza “dientes de león, ni no se qué de serpiente, ni ancas de rana, ni ojos de gato. (…) Uso cosas que todo el mundo tiene en su casa, como por ejemplo tomates, hierbas, huevos y otros elementos que no estoy autorizada a decir. También utilizo cabellos de las personas, sus fluidos, sudor, semen, mocos, en fin, lo que convenga según el trabajo”. Para la ruptura de magia negra utiliza “cuchillos especiales y mágicos, maderas, figuras, también utilizo cera y mucha miel, y otras cosas que no puedo contar”. Su primer caso de ruptura de magia negra fue a “un brujo de una tribu africana que vivía en la jungla” (así, en general) y cuenta que esta clase de rituales son tan duros que incluso podría morir realizando uno. Además de bruja, Aramís diseña sus propios elementos de videncia, como las cartas mágicas, una de las cuales lleva una foto de sí misma. Para diseñarlas estuvo “una semana encerrada en una habitación, sólo a pan y agua”. Y también vende su talismán mágico, creado por un artesano y cargado de energía por ella misma.  Destacamos por último que la bruja asegura haber trabajado tanto con políticos como consejera y aliada con detectives privados para buscar a personas desaparecidas. Porque Aramís es tan buena bruja que cuenta que en alguna ocasión ella misma ha llamado a su línea telefónica de videncia para pedirse ayuda y le ha funcionado.

Fama
“Un día me acosté y por la mañana era famosa” cuenta Aramís. Su fama vino de su tarot telefónico y sus microespacios en Antena 3 y Telecinco, que hicieron que poco a poco se convirtiese en tertuliana esencial de muchos programas. Debido a esto ha perdido amistades, como al Padre Apeles, a quien consideraba un amigo. También habla de su club de fans y admite estar encantada con él. Rematando este apartado y el post de hoy, me metí en la página de Aramís Fuster, donde puedes recibir más información de muchas de las cosas citadas en la entrada, como las cartas de la felicidad u otro libro suyo titulado El secreto de Afrodita. Pero lo que más nos ha llamado la atención es que por cincuenta euros de nada, Aramís te firma y envía una foto de ella dedicada, que incluso puede ser “traviesa e insinuante” de su “galería Premium”, aunque estas valen 150 euros. Por último, destaca un sistema de pujas en el cual el ganador podrá asistir a una cena con Aramís Fuster, habiendo sido la última en noviembre de 2009 y con un valor de 372 euros la puja ganadora.

Y tras este extenso post, sólo puedo citar a la gran Aramís y decir a todos nuestros lectores «háganme el favor de ser felices».

PD: Gracias a Jesús por regalarme este incunable de la literatura, adquirido en las mejores librerías de ocasión de Málaga capital.