Como cada otoño, y desde hace ya 21 años, Málaga celebra en estos días una nueva edición del Festival de Cine Francés, que acerca a la capital de la Costa del Sol lo más granado del celuloide del país vecinos y de otros de habla francófona.
En esta XXI edición, la madrina del Festival ha sido la actriz Lola Dueñas, quien actualmente está afincada en Francia, y donde ya ha trabajado en numerosas producciones como ‘Tiens toi droite’, ‘La pièce manquante’, o ‘Les femmes du 6ème ètages’, entre otras. Además, que yo no lo sabía, ‘Mar Adentro’ podría considerarse parte de esa filmografía gala de Lola, pues es una coproducción con Francia.
Y tras la presentación del certamen -que también entregó a Lola el premio Guiño de honor-, charlamos con esta amante de la jardinería y de la cocina sobre Francia, sobre cine y televisión, en un encuentro que te resumimos en titulares.
«En mi adolescencia me llamaban la francesa. Existirá una vida anterior, porque ¿de dónde narices me viene?
«Quiero hacer de sorda en una película»
«¿Qué es ‘Tu cara me suena’?»
«Alguna vez se me ha pasado por la cabeza la locura de dirigir»
«Antes de volver yo ya hacía lo de de fregar la lápida, y en un cementerio manchego además»
Entrevista con Lola Dueñas
¿La crisis te hizo hacer las maletas para probar suerte en el cine francés?
Ese proceso empieza antes, cuando me enamoro del cine francés y empiezo a ver películas del cine francés de manera casi obsesiva, y así me doy cuenta que es un cine que a mí me va bien, por la forma en la que trabajo como actriz, y es así como quiero estar ahí dentro. También me di cuenta que podía pasar hasta poder rodar en España y entonces dije «me voy, porque yo quiero rodar. ¿Dónde lo quiero rodar? Ahí, pues lo voy a intentar». Y allí me fui con 39 años, ¡y al final me ha salido bien!
En lugar de ser una niña que devoraba el cine de Hollywood tú lo hacías con el francés.
Y es que ni mi familia, ni mis amigos, ni nadie que tenga que ver conmigo tiene nada que ver con Francia. Pero a mí de adolescente, en el cole, me llamaban la francesa ¡flipa! Existirá la vida anterior, porque ¿de dónde narices me viene? Yo iba por ejemplo a una tienda, y me gustaba algo, y resultaba que era francés. Cosas raras, te lo prometo.
¿A una actriz con una trayectoria tan reconocida y premiada como tú le cuesta encontrar trabajo en España?
El trabajar y no trabajar en esta profesión va implícito, hemos elegido una profesión que es así, con épocas en las que trabajas y otras en las que no y tienes que aguantar. Pero no todo el mundo aguanta las épocas malas, que hay que aguantarlas.
Salvo que hagas un papel fijo en una serie durante quince temporadas.
Pero lo cambias por hacer quince años el mismo personaje, que a lo mejor a mí en un momento dado no me importaría. Pero si eres actriz está bien el movimiento, el ir aprendiendo y poder rodar en muchas partes del mundo, es ideal.
Eres un poco Willy Fog, trabajando constantemente en España, Francia y Argentina.
Sí, soy un poco de culo inquieto. No aguanto quieta en un sitio, no es mi manera de ser, soy feliz en movimiento.
¿Y has pensado contar alguna historia como directora?
A veces esa locura se me ha pasado por la cabeza, pero no me atrevo, porque hay que saber muy bien lo que quieres contar, y le tengo tanto respeto que, de momento, no voy a hacerlo.
Ramón Salazar, Almodóvar o Javier Rebollo son algunos de los directores con los que has trabajado en más de una ocasión. ¿Qué tienes para que los directores quieran repetir contigo?
Eso no lo sé, pero sí te digo que soy muy obediente. Todo lo no obediente que soy en la vida lo soy en el trabajo.
‘100.000 noches en ninguna parte’, de Ramón Salazar, trabajaste con biografías de personaje en lugar de con un guión.
No había ni un duro, ni guión, ni claqueta, ¡si dábamos una palmada para coordinar el sonido! Había ganas, amor hacia nuestro director y una cosa que es muy importante, dejar de pensar en uno y pensar en que lo que tienes que hacer es que ese director ruede, y si hay que cocinar para ese rodaje pues cocino, y hay que ayudar para que eso pase. Me encantó esa película. Además, yo las partes de Madrid y Berlín no lo viví, y los demás no vivieron París, y era descubrir todo una vez la película estaba montada, para ver qué habían hecho esos personajes para estar ahí.
¿Lo mejor de haber trabajado con Almodóvar es que aunque cumplas años siempre seguirás siendo una ‘chica Almodóvar’?
¡Pues no lo había pensado, pero está muy bien ahora que lo dices, me gusta! Pero también te digo que me encanta cumplir años.
¿Y cómo vives el cumplir años y buscar papeles que se amolden a tu edad?
Yo no busco nada, yo voy viviendo lo que me va dando la vida, y lo veo muy bien. Y creo que cada día estoy más buena, ¡te lo juro! O me estoy volviendo loca, o yo, al menos, lo veo así.
Hace unos días fue el día de los difuntos. ¿Lo vives diferente desde que hiciste ‘Volver’, donde te veíamos fregar tumbas?
Lo de fregar la lápida yo ya lo hacía, la de mi tía abuela Eloísa, en un cementerio manchego además. Pero hace mucho que no voy, y está muy feo, pero ella sabe que me pilla un poco más lejos ahora.
¿Qué personaje querrías hacer en cine y que todavía no hayas podido interpretar?
De sorda, me ha llamado siempre la atención. Aunque es una pregunta un poco rara, porque antes de hacer ‘Mar adentro’ me preguntas ¿te gustaría hacer de una señora de una aldea gallega? y yo te respondería ¡yo que sé, tío! O si me dices ¿te gustaría ser una peluquera con flequillo, hermana de Penélope Cruz? Pero el de sorda es algo en lo que metí un pie por ‘Los abrazos rotos’, que me reuní con las personas que leen los labios, y dije ¡jo, cómo me gustaría hacer eso, debe ser un universo flipante! No oír nada debe ser muy fuerte, y no oír tu propia voz, ¡me encantaría!
En televisión te vimos en ‘Policías’, y brevemente en ‘Aída’.
Me gustó muchísimo hacerlo. Pero te voy a decir la verdad: no tengo tele desde hace mogollón de años, y no sigo nada. Te acostumbras a no tenerla, y no la echas de menos para nada.
¿Podría decirse que la televisión es como el tabaco?
Pues debe ser. Yo dejé de fumar una vez y miraba a los que fumaban diciendo ¡qué asquerosidad, cómo podía yo! Aunque al final volví a fumar. Y de la televisión, si quiero ver algo, lo busco a través del ordenador. De Francia me gusta mucho los telediarios.
¿Ves diferencias con los telediarios de aquí?
Una diferencia brutal, el telediario es otro mundo, y me hace mucha gracia el español porque siempre preguntan a la gente: el vecino que dice que el otro era una persona muy simpática, o cuando llueve y sale otro diciendo «uy, la que ha caído». ¡Me fascina, da igual que sea por un crimen, unas rebajas o una tormenta! Y hay menos tiempo para deportes y más para cultura. Es más seriote, y el de aquí por eso me divierte más el de aquí.
¿Te han propuesto alguna vez presentar televisión, o ir a ‘Tu cara me suena’ de invitada, o similar?
Como presentadora no, y ¿qué es ‘Tu cara me suena’?
Un programa donde famosos imitan a otros artistas.
Yo no me atrevería a hacer eso, soy muy tímida.
Pero no serías Lola Dueña, sino que interpretarías un personaje, por ejemplo, Tina Turner.
Yo para hacer de Tina Turner tendría que tener la mejor maquilladora del mundo, cambiar de raza y un año de preparación. Pero tiene que ser divertido.
En cine has interpretado en varias ocasiones a personas con poderes extransensoriales, o con poderes especiales, ¿cómo predices que va a ser tu futuro?
Entre Madrid, París y Buenos Aires.
En Buenos Aires tienes un proyecto de teatro en Buenos Aires, aunque no quieres soltar mucha prenda sobre eso.
Hacer teatro es algo que llevo mucho tiempo diciendo que quiero hacerlo, y es como vivir en el campo, que llevo treinta años diciendo que lo voy a hacer y lo haré. Cada vez estoy más cerca, y no quiero decir nada para que no se fastidie; además, si lo cuento y luego no se llegar hasta ahí… No. Cuando salga te lo cuento feliz de la vida.
¿Te gusta el festival de Eurovisión?
¡No! Pero mi mejor amigo de París, Gonzalito, que es de Madrid, va todos los años, se saca su billete, se va allí, y yo lo vivo todo eso a través de él.
¿Qué proyectos tienes entre manos?
Tengo pendiente ‘Incidencias’, de Corbacho y Cruz, que se estrena el 1 de enero, en la que soy Nuria, una agente de seguridad privada que cuida a Ernesto Alterio, que interpreta a José María. Ha sido un placer trabajar con estos dos directores, y con Ernesto Alterio no podía trabajar, ¡me partía! ¡qué buen actor es! No podía ni mirarle, en cuanto le miraba la cagaba, porque me reía. También tengo pendiente ‘Los ogros’, de la que estoy orgullosísima y se estrena el 16 de marzo en Francia, Léa Fehner, una tipa estupenda. Y el año que viene se estrenará ‘Zama’, de Lucrecia Martel, que es de Buenos Aires y me he enamorado profundamente de ella.
Foto principal: Madamme Suzanne