Los libros del ‘Un, dos, tres’: El de 1987

En post anteriores hablamos del primer y segundo libro que salió del programa ‘Un, dos, tres’ allá por los años setenta. Hubo que esperar más de una década para que a las tiendas volviese un libro oficial del concurso de Chicho Ibáñez Serrador, más la espera valió la pena.

Si los primeros libros eran jueguecitos para que en casa te sintieses como Kiko Ledgard, en este nos encontramos un primer libro de historia del programa, ese que Chicho ideó y que muchos consideraban un gran error, dado el prestigio que éste tenía como realizador televisivo en series como ‘Historias para no dormir‘. De hecho, de este libro son las principales fotografías del programa que podemos encontrar con buena calidad en Google, por lo que tampoco me he molestado mucho en escanear imágenes concretas.

libro-un-dos-tres-mayra — Señoras que tienen el libro dedicado por Mayra Gómez Kemp

Así pues, resumimos brevemente los hitos de este libro:

En enero de 1972 comenzó su emisión con Kiko Ledgard de presentador, pero era muy diferente al ‘Un, dos, tres’ que todos pensamos. Lo básico ya estaba, las tres rondas diferenciadas, pero aún los programas no tenían una temática definida, ya que esto no tuvo lugar hasta la semana veintiuna. Don Cicuta (Valentín Tornos) y los cicutillas interpretador por Nacho Pérez y Javier Pajares (dos estudiantes reconvertidos en Tacañones) innovaban en la televisión al ser una figura contraria a los concursantes, a los cuales generalmente se les doraba la píldora, algo que muchos tacharon de progre (¿?). Las azafatas se elegían por su presencia física y su buena dicción. La primera tanda la compusieron Ágata Lys, Aurora Claramunt, Yolana Ríos, Blanca Estrada (antes de rodar ‘Misterio en la isla de los Monstruos’), Marta, Britt, Marisa, Ana, Pilar, Cyra y Sylvana.
En la segunda etapa del programa, que empezó en 1978, entraron nuevos tacañones: Pedro Sempson (Profesor Lápiz), Don Estrecho (Juan Tamariz) y Don Rácano (Paco Cecilio), que luego fue sustituido por Don Menudillo (Luis Lorenzo). Fue la etapa en la que la calabaza del programa se bautizó como Ruperta, que entonces era más mala que el novio de La Veneno y hacía al concursante volver a casa con las manos vacías. También nació aquí el trío Acuario con Mayra, María Durán y Beatriz Guerrero (actriz y dos azafatas del programa, respectivamente). El coche Seat 132 era el regalo más deseado, que sustituía a un Seat 124. Las azafatas fueron Victoria Abril (quien afirma que el ‘Un, dos, tres’ le pagaba las facturas que el cine no), María Casal, Beatriz Escudero, María Durán, Raquel Torrent, Meggy Schmidt, Christina Brodín, June English, Úrsula Green y Marta del Pino.
El programa regresa en 1982, sin Kiko Ledgard. Chicho piensa que podría presentar esta nueva etapa su paisano Chicho Gordillo, pero ya sabemos que al final la elegida fue Mayra Gómez Kemp. Entran como Tacañonas las Hermanas Hurtado: Paloma como La viuda de Poco, Teresa Hurtado como La Seño y Fernanda Hurtado como la casta Mari Puri. Se crea la figura de los Sufridores en plató, el premio máximo son tres coches y tras varios programas Ruperta es sustituida por Botilde.

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Noviembre de 1984, cuarta etapa. Conocemos al Chollo, la nueva mascota, que es siempre buena y generosa. Pero el público está acostumbrado a que el concursante se lleve un chasco -Botilde y Ruperta significaban volver con las manos vacías- por lo que se creó su némesis, el Antichollo. La quinta etapa, empezada en 1985, no tiene muchas diferencias con esta.
Y sexta (y última a fecha de publicación del libro) etapa, iniciada en abril de 1987. Entran como mascotas el Boom y el Crack (de nuevo una buena y una mala) y Kim Maning es la única azafata que se mantiene en su lugar desde la cuarta etapa. El premio gordo hasta el momento fue una libreta bancaria con cuatro millones de las antiguas pesetas además de un coche. Como curiosidad, el libro se publicó por las fechas en las que Nina se incorporó como azafata a ese concurso que luego ni menciona el nombre en las entrevistas.

Luego nos encontramos varios apartados dedicados a los famosos que han pasado por el programa como concursantes o invitados (incluido Luis Escobar, quien respondió «coño» por 25 pesetas), las azafatas y su evolución e mujeres floreros a cuerpo de baile del ‘Un, dos, tres’, los cómicos de la subasta, los mejores y peores regalos o el papel que los animales han tenido en el programa, como la vez que se escaparon unos ratones de sus jaulas para horror del público, o cuando metieron un elefante en el plató. Y como mayor joyita, un reportaje de cómo se graba un programa. En concreto, por las pistas que se dan, se trata del dedicado a las terrazas de verano, emitido en verano del 87.

En el libro hay omisiones varias sobre el concurso. Por ejemplo, no se menciona el personaje de Eugenia Enchufolls que durante unas semanas hizo el rol de parte negativa en sustitución de las Tacañonas, ni se habla de cambios en la mecánica de la ronda de preguntas que hubo durante un tiempo (no siempre se daban respuestas a una pregunta), o no se menciona azafatas como Marián Flores, la exmujer de Kiko Matamoros. Pero aún así es una gozada de libro, una auténtica joyita.

Ahora solo nos falta leer el libro del ‘Un, dos, tres’ de Miguel Herrero, único libro que ha salido dedicado al concurso más famoso de España desde hace casi treinta años. Casi ná.