Si haces una encuesta a cualquiera sobre cuál es su personaje favorito de ‘Los Simpson’ posiblemente los nombres que salgan más votados serán los de Bart y Homer, y si acaso los de personajes secundarios tipo Ralph Wiggum o Milhouse. Pero poca gente diría que Marge, la madre abnegada del clan. Sin embargo, es un personaje lleno de matices, más de los que puedan pensarse a priori. Y de hecho, hoy vamos a ofrecer un pequeño manual para ser una Mujer Marge, entendiendo esto como una fiel esposa, buena madre y amante del arte y de la economía familiar.
Madre y esposa
Para ser una Mujer Marge sé siempre fiel y atenta a tu marido e hijos, aunque estos te desprecien la mayoría de las veces. Mima y haz carantoñas a tus hijos siempre que puedas, y cuando estos crezcan llena su hueco acunando, por ejemplo, un saco de patatas. Son más feculentas que un hijo tradicional, pero sirve para la misma función. Unos hijos a los que no hay que agasajar a regalos; si tu hija te pide que vayáis a limpiar animales llenos de petróleo como trueque por regalo de cumpleaños y Navidad, recuérdale que puede limpiar animales en casa, y que además ya gastó los regalos de cumpleaños y Navidad por un melocotonero con el que ya casi no juega.
Aconseja a tu hijos sobre cómo ser ellos mismos, y ayúdales por ejemplo a elegir el material escolar. Así, por ejemplo, recordemos cuando Lisa eligió un recogelápices en una tienda Ikea y Marg le recomendó que meditase mejor su elección y que escogiese otro que recogiese mejor sus lápices (aunque a Lisa no le gustó la idea de elegir un lapicero Pöpli, porque ella odia a los niños Pöpli). Si tu hijo te dice que hay un nuevo compañero que le acosa en el colegio preocúpate, no solo por el acoso en sí, sino porque esto le sentará mal a su acosador habitual. Y cuando tengas que regañar a tu marido, para no quedar de regañona crónica, ensaya antes con qué tono vas a hacer el reproche. La Mujer Marge es además experta en salud infantil, y sabe diferenciar si un hijo tiene miedo a una guerra nuclear, ansiedad por los exámenes o simplemente si tu hijo está raro porque ha vendido su alma.
Confía siempre en tu marido. Aunque luego te decepcione y resulte que sí compró aquel muñeco para fingir su propia muerte, pese a que te lo negase cuando le preguntaste al respecto.
Buena ama de casa
Una Mujer Marge es capaz de hacer cosas que ni una exquisita ama de casa haría, como por ejemplo planchar las bolsas de basura antes de ponerlas. Y todo tiene que estar muy limpio, especialmente si después va a venir una persona a limpiar la casa: no querrás que vea que en el cubo de la ropa sucia hay ropa sucia. Eso es de marranas. En lo que a cocinar se refiere, sorprende a veces a tu marido con un postre compuesto por tres postres. Y recuerda que los niños deben comérselo todo, hasta el helado. Recuerda pasar hasta 23 horas al día dentro de casa, lo cual traerá ventaja cuando tu hijo intente esconderse o escapar por la ventana de su dormitorio.
Economía
No están los tiempos para despilfarrar el dinero, y para ello tienes mil trucos que hemos aprendido gracias a Marge Simpson. Por ejemplo, puedes cambiar los filamentos de las bombillas fundidas (comprar bombillas nuevas es cosa de millonarios), o guardar el pelo que le cortes a tus hijos en tuppers y congelarlo para un caso de apuro. Y si vas a un centro comercial con descuento y ves un traje de Chanel (o de imitación) a un precio muy atractivo, cómpralo porque «es bueno para la economía del país»; ya sabes que con un poco de costura podrás estrenar traje cada vez que quedes con tus amigas. Y si tienes inquietudes empresariales, no dudes en montar un negocio de Pretzels o lacitos salados.
Pero ser ahorrativa no compite con ser avariciosa; si se da la oportunidad de sobornar a un anciano millonario para devolverle su osito de peluche, la Mujer Marge está a favor de que ofrezca una cantidad justa para después obligarle a duplicarla.
Religión
Hay que ser una buena cristiana, aunque tu marido te acuse de estar siempre de parte del otro (entendiendo por otro a Dios, a Ned Flanders o a la compañía eléctrica). Eso sí, ten en cuenta que Dios es un hombre, y pídele perdón si tu hija se cuestiona si Dios puede ser una mujer. Sin que te lo pidan, ofrécete para ayudar al párroco a dar consejo a los feligreses (lo que te valdrá apodos molones como «señora que escucha»). Si alguna vez te tildan de insana mental, reza a Dios para que no te declaren loca, aunque el doctor se asuste cuando afirmes que rezas a un Dios que está en todas partes, incluso contigo ahí y ahora.
Organización de eventos
No hay mejor regalo para una Mujer Marge que la oportunidad de organizar un cumpleaños o una boda en tu jardín, sin importar que quien se casa sea el gerente del Badulaque donde compras leche a precios prohibitivos o el conductor del autobús donde tu hijo va al colegio. Para ello hay que estar atento a todos los detalles, incluyendo, por ejemplo, el realizar dos tartas: una para los invitados y otra para que tu marido pueda destrozarla metiendo el dedo y comiéndose la decoración antes de tiempo. Aunque nada es comparable al placer de organizar tu propia boda, aunque no olvides que en este caso quizá deberías contar con la opinión de tu marido y no hacerlo tú todo.
Ocio y tiempo libre
Tienes que tomarte un tiempo para ti misma y buscarte aficiones para ser una buena Mujer Marge. Por ejemplo, puedes quedar con las amigas para jugar a los bolos locos, para lo que solo hay que darle una vuelta los bolso tradicionales pero usando guantes de horno para coger las bolas. La Mujer Marge tiene inquietudes artísticas con la pintura, aunque no lo ponga en práctica nunca (salvo en ocasiones puntuales, como que te contraten para pintar al jefe de tu marido, o aprovechar que el pueblo está inundado). Cuando no tengas nada que hacer, gasta tu tiempo libre en pequeñas tareas domésticas, por ejemplo, contar las mazorcas que hay en las cortinas de la cocina.
Lo importante para una Mujer Marge es saber disfrutar de los momentos de ocio. Si encartase ir con la familia a los karts, recuerda que lo importante no es llegar la primera, sino divertirse, aunque otros usuarios te piten y te manden a fregar. Y si tu marido quiere ir al cine a ver una película de corte erótico festivo, como ‘Showgirls’ (una película ideal para ver en Navidad), no te quejes porque sea misógina y se vean muchas tetas; si lees entre líneas podrás disfrutar de la amistad de la cabaretera y su amiga la que cose tangas. Lo único que debes prohibirte son los juegos de azar, pues la Mujer Marge tiene tendencias ludópatas.
La literatura también inquieta a la Mujer Marge, quien puede escribir una novela ambientada en la época ballenera si se lo propone. Pero recuerda dar las gracias a todo el mundo al inicio de la obra, incluyendo a Disco Stu y a tu médico de cabecera, el Dr. Hibbert. Recuerda inculcar a tu hijos el amor hacia los libros, pero evita los finales difíciles, aunque para ello tengas que comerte el último capítulo de la vida de Juana de Arco; al fin y al cabo, es más fácil que comerse la película de ‘Bambi’ (que ya sabemos que a Disney le gusta mucho crear un trauma).
Sexo
A la Mujer Marge le gusta practicar sexo en lugares donde la puedan pillar infraganti, pues eso aumenta la lívido. Se excita si le mordisquean los codos, y jamás sería infiel aunque llegue a tontear con otros hombres poderosos, como su profesor de universidad o su profesor de bolos. También puede fantasear con hombres inalcancables, como Lee Majors, actor televisivo protagonista de ‘El hombre de los seis millones de dólares’ o Burley, un hombre que aparecía en el envase de un papel de cocina. Ocasionalmente puede sentir bicuriosidad con mujeres como Lady Gaga, con la que se besó una vez y desfogó su fuego uterino pillando a su marido por banda. Puedes permitirte tener fetiches sexuales, como la chaqueta de Mr. Quitanieves de tu marido, y te divierte ver películas subidas de tono con tu pareja, por ejemplo, ‘Las eróticas aventuras de Hércules’.