Si de pequeño veías la serie ‘Dartacán’ seguro que de mayor alguna vez has hablado de la famosa obra de Alejandro Dumas y has hablado de Mosqueperros y Dartacán en lugar de mosqueteros y D’Artagnan. No pasa nada, es normal, fueron muchos años de reposiciones.
Igual no te acuerdas del todo, pero los Mosqueperros tuvieron una gran competencia animada en lo que al espíritu Dumas se refiere de la mano de Matutano con Los Tres Masqueseros. Tres ratoncitos que respondían al nombre de Ricitos, Torciditos y Bolitas que vestían como guardias de la casa real francesa, pero que en lugar de luchar contra el mal sencillamente querían queso por encima de todas las cosas. Durante un tiempo también estuvo Tubito, el recién llegado cual D’Artagnan, pero pronto se olvidaron de él.
Protagonizaron durante los 80 y principio de los 90 una serie de anuncios para televisión en los que se presentaban como «tus mejores amiguitos» y siempre iban acompañados de pegadizas canciones. ¿Recuerdas esta? «Aquí están estos Cheetos, Cheetos, Cheetos, son de queso para todos, presentamos… Los nuevos tubos. ¡Tubos para uno, queso para todos!«
O esta otra: «Aquí están, es Bolitas, con los cheetos más queseros, siempre corren tras el queso por donde quieran que van. Cheetos, cheetos, masqueseros,tus mejores amiguitos, ellos buscan las bolitas porque son su diversión».
Ricitos, Torciditos y Bolitas fueron imagen de mucho merchandising, como globos, una ciudad recortable en la que vivían los masqueseros, reglas o una colección de gomas de borrar de colores fluorescentes. Yo tuve varias de estas gomas por un familiar que trabajaba en un supermercado, porque yo tenía el problema de que el queso siempre me ha dado mucho asco y no podía ni aguantar el olor de esas papas fritas.
Llegado los 90 Matutano decidió modernizar su imagen, y los Masqueseros pasaron de ser unos mosqueteros a una especie de raperos o jugadores de béisbol o vete a saber qué. Vaya, que jugaron a ‘Cámbiame’ con las mascotas, y los dejaron con un nuevo look, algo que no sucedió con Carlota Corredera.
Luego llegaría un tigre muy chulesco llamado Chester Chetoos, que ya era conocido en Estados Unidos, y se zampó a los tres masqueseros, que pasaron a la historia. Pero siguen vivos en nuestros corazones.
Una vez me metí un cheeto «torciditos» en el culo.
Acabé en urgencias.