El traje de Massiel en Eurovisión es una auténtico icono dentro del mundo eurofan ibérico. La Tanqueta de Leganitos ganó el Festival de Eurovisión de 1968 en Londres con un diseño floreado de Andrè Courréges que costó 50.000 pesetas de las de entonces y que ella misma pagó de su bolsillo con tal de lucir mona mientras le cantaba a la mañana que ve su juventud.
Sin embargo, hoy quiero hablar del otro modelito icónico que Massiel llevó en Eurovisión pero en la de 1969, cuando entregó el premio a Salomé y a las demás ganadoras de aquel año, que se repartieron el trofeo como si eso fuese un bingo y lo dividieron entre cuatro.
Massiel lució en el año en el que abandonaba el trono un modelo del diseñador Chicho Sánchez, compuesto de un vestido de pedrería y un hermoso abrigo de chinchilla. En Olevisión señalan que en concreto fue elaborado «con la piel de 103 chinchillas, con seis mil brillantes suecos y con varios miles de cristales checos».
El abrigo estuvo asegurado en un millón y medio de pesetas, casi nada, pero muy asegurado y tal, pero luego se lió parda por culpa del abriguito de las narices.
Y es que la cosa es que al parecer Massiel no pagó al peletero su despampanante abrigo, y fue denunciada para que lo devolviese. El caso llegó a juicio, y Massiel fue defendida por la abogada Concha Sierra, según leo por EFE.
Debió ganar el juicio o llegar a algún tipo de acuerdo, porque en 1975 en prensa volvemos a conocer noticias de él, porque fue atacado por los nazis. Más o menos.
En la edición del 2 de agosto de 1975 de la revista Triunfo Massiel relató cómo su casa había sido asaltada por dos jóvenes de ultraderecha que maniataron a Adelina, la asistenta doméstica, (que literalmente fue internada en una clínica psiquiátrica por el shock) y la esperaron en casa.
Massiel casualmente llegó con dos hombres a casa y tras una lucha dialéctica al final los asaltantes se fueron, aunque antes hicieron estragos en su casa. Sobre su piano escribieron «Beethoven, sí» y a un cuadro de Massiel le pintaron bigote y flequillo a lo Hitler. Además, en el abrigo de chinchilla pintaron una esvástica en color rojo. Un eurodrama que en la web Agente Provocador podéis leer de manera más extensa.
Como último dato, tengo que decir que buscando documentación para este post, por cierto, me he encontrado con una entrevista al DJ Matías Cantabella que cuenta como gran anécdota profesional haber servido un whiski a Massiel mientras llevaba puesto este abrigo de chinchilla.
Investigación de hemeroteca a tope… Pobre Massiel, en esa época no existía el animalismo, ni el orgullo gay, ni las feminazis… Hay que perdonarla por este traspies, jaja. Pobres chinchillas, eso sí.
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Yo deseo saber qué fue del juicio, pero no encuentro rastro de la sentencia
… pero se siguen usando las pieles, animalismo o no… hay orgullo por miles de cosas , muchas contradictorias y el feminazismo va de capa caída… sobre todo por falta de presupuesto cada vez más…( todo requiere dinero, con dinero…baila el perro…)
Que eurodramático es todo!