¿Nos echamos una partida al Misterio, de CEFA?

Querida lectora, ¿nos echamos una partida al juego de mesa Misterio, de CEFA?

«Los hechos se desarrollan en el Castillo de Transilvania, cuando un excéntrico aristócrata y la servidumbre que allí vivía desaparecen en extrañas circunstancias. Los únicos datos que se tienen están basados en leyendas y supersticiones de las gentes del lugar, sobre los monstruo que en él habitan y que en las noches de luna llena reresan y atacan a todo aquel que ose vivir allí». 

Así era la introducción de Misterio, que en realidad no era más que una réplica cañí del Cluedo de Parker. En ambas, se metían tres cartas en un sobre, y los jugadores realizan preguntas con tres variables a los demás, que en caso de tener una de las cartas, se la enseñarán al que la pida y este apuntará en un papel lo que ha visto.

Pero Misterio no era una copia de Cluedo, conste, tenía hasta diez diferencias. Sutiles, pero diferencias al fin y al cabo.

1. El troquel de las cartas. Algo muy básico y molón: las cartas estaban recortadas en forma de ataúd. ¿Quién no quiere cartas rectangulares al uso pudiendo jugar con cartas-tumba?

2. Mecánica. En Cluedo había que adivinar quién mató al señor Cadavery, en qué habitación y con qué objeto realizando pregunta al resto de jugadores, en Misterio tenemos que averiguar quién es el asesino, en qué estancia se cometió el crimen… y también la víctima. Porque allí se ha escrito un crimen, pero hay menos pistas que del paradero de Nadiuska, por lo que debes sacar tu Jessica Fletcher interior. Además, en lugar de estar ambientado en una casa,  la acción sucedía en un castillo, y así, en vez de decir «La señorita Amapola, con el candelabro en el vestíbulo» se pregunta «el Conde Drácula a la condesa en el laboratorio».

3. Los personajes también eran diferente, claro. Mientras que en Cluedo siempre moría el señor Cadavery, aquí las víctimas eran las típicas personas que viven en un castillo en una película de terror: un conde, su mujer la condesa, el ama de llaves, la doncella, el mayordomo y el jardinero.

Y como posibles asesinos, en el juego original americano eran todos unos señores pijos con nombres de colores, como la Señorita Amapola, el Coronel Mostaza o la Señorita Celeste, mientras que aquí ¡había monstruos! El Dr Jeckyll y Mr Hyde, el Conde Dr´cula, Frankenstein, el Hombre Lobo, el Fantasma y la Momia eran los posibles asesinos en potencia.

4. Mis- Te – Rio. Para justificar el nombre y la dinámica, el jugador tenía que encontrar las tres claves para resolver el misterio. Así, Mis era el asesino, Te los asesinados y Rio el enclave. Aunque las cartas de «Rio» tenían un gusto por el detalle menos exquisito que las de Mis y las de Te.

5. La bruja de Salem. Algo que no existía en Cluedo y en Misterio sí es la carta de La Bruja de Salem, que te permitía ver una de las cartas desde el primer momento, lo que hacía la partida más rápida.

6. Casillas especiales. Un tipo de casillas exclusivas de Misterio son sus casillas especiales.Si caías en una con inscripción de cobra, escorpión, araña o murciélago, podías ir a otra casilla con el mismo dibujo y así acortar camino.

7. Casillas trampa. Cosecha propia era también las casillas trampa. Si caías en una, te tirabas un turno sin jugar. Un clásico.

8. Los detectives. Las piezas para moverte por el tablero no eran simples peones, no. Eran pequeños detectives cabezones que te ayudaban a interiorizar tu personaje.  A mí me encantaba pintarles con lápiz ojos y boquitas para hacerlos más humanos.

9. Las miniaturas. En Cluedo uno acusaba tal que «el profesor Mora con la cuerda en la biblioteca». En Misterio, además de formular la hipótesis de muerto, asesino y lugar, debías poner una cartita de cadáver con el nombre de tu muerto y una peana con la carta del asesino al lado. Así, «El hombre lobo mató a la condesa en la alcoba» se recrearía tal que así.

Claro que esto no era necesario y retrasaba el juego, por lo que se podía obviar. Pero oye, mira, tenías esa oportunidad de recrear el crimen en su máximo esplendor.

10. La edad para los jugadores. Admito que no tengo un Cluedo de la época a mano y no sé qué edad era la idónea para jugarlo. Sin embargo, el caso de Misterio era muy desconcertante, ya que en las instrucciones pone que era de 9 a 99 años, por lo que no podías jugar con tu hermana pequeña de 8, ni con tu bisabuela de 100. Sin embargo, en la caja sí que permiten que juegues con la madre de tu abuela, ya que dice que la edad era de 9 a 90. ¿En qué quedamos?

Y ahora, pregunta clásica y nostálgica ¿quién jugó en su más tierna infancia a este maravilloso juego de esa?