En breve en Cuatro se estrenará un reality sobre muchachas que descubren la fe y se meten a monja, en un intento de decir que la santidad puede molar tanto como el pecado. El docu-reality se llamará directamente ‘Quiero ser monja’ y cinco son las aspirantes a hermana. Como estamos en semana santa y pega hacer un post así religioso, y para estar ligados a la actualidad ¿qué mejor que repasar las monjas más guays que hemos visto en la televisión y o el cine?
Entre tinieblas
¿Quién no querría pertenecer a un convento en el que las monjas se llaman Sor Estiércol, Sor Rata de Callejón o Sor Perdida, y hacen cosas tan guays como drogarse con ácido, dar de comer a animales salvajes o escribir novela romántica bajo seudónimo mientras esconden de la policía a una cabaretera? Solo Pedro Almodóvar podría hacer una película así de religiosa. Hace ya unos años comentamos que esta peli, según se lee en muchos sitios, sirvió de inspiración para el taquillazo ‘Sister Act’, aunque allí las monjas eran más modositas, del estilo a la de la obra de teatro ‘La llamada’ de Javier Calvo y Javier Ambrossi.
Y también se hizo una versión teatral a inicio de los noventa, en la que había menos monjas en el convento e hizo que algunos personajes se fundiesen en uno solo, como le pasó a Rossy de Palma, quien nos contó en 2014 cómo vivió aquella experiencia teatral.
Merece la pena recordar que años después en ‘Todo sobre mi madre’ Almodóvar presentaría una nueva monja, la hermana Rosa (Penélope Cruz) quien se queda embarazada de Lola, una transexual seropositiva a la que interpretó Toni Cantó travestido.
Hermanas
En los noventa Telecinco hizo mogollón de series con títulos englobados en una profesión: ‘Periodistas’, ‘El comisario’, ‘Médico de familia’… Y una serie sobre monjitas, ‘Hermanas‘, en las que había personajes muy psicotrópicos como el de Amparo Valle, que hacía de una monja cascarrabias a la que se le aparecía la madre fundadora de la orden, encarnada por Chus Lampreave, o Anabel Alonso, experta en dar masajes en los pies. Pilar Bardem hacía de la rígida pero con corazoncito madre superiora, y Ángela Molina daba vida otra que en su juventud fue una oveja descarriada y tuvo un hijo al que dio en adopción, con el que se termina reencontrando y éste, al final, acaba casado con otra aspirante a monja. Un show. Y todo ello rodeado de niños huérfanos que están de acogida en el convento. ¿Sería esto influencia de ‘Sonrisas y lágrimas’ y de que Julie Andrews acabase quitándose los hábitos para hacer de madre de siete niños que perdieron a su progenitora?
La novicia rebelde
Rocío Dúrcal encabezó esta película (remake de ‘La hermana San Sulpicio’) que fue la última en la que le vimos cantando. La Dúrcal interpreta a una monja enfermera que ve la vida de un modo diferente; y es que aquí las hermanas, sin duda, son muy diferentes, entre otras cosas porque todas llevan hábitos de colores diseñados por Pertegaz. Casi nada. Como curiosidad, ‘La novicia rebelde’ es como se llama en América Latina ‘Sonrisas y Lágrimas‘.
Las monjas de ‘Los años desnudos’
En la imprescindible película de Félix Sabroso y Dunia Ayaso, interpretada por Candela Peña, Mar Flores y Goya Toledo, conocemos las aventuras de tres actrices de la época del destape que participan, entre otras, en una película en la que hacen de monjas y acaban enrollándose las unas con las otras. El rodaje de la misma es una delicia, sobre todo cuando preguntan que, dado que luego se doblará el audio, si pueden recitar números aleatorios en vez de decir sus diálogos. Arte puro.
Sor Citroen
No podía faltar la monja más célebre de Gracita Morales. La hermana Tomasa se saca el carnet de conducir, algo que se le da peor que a Daniel Diges contar un chiste, y por ello la apodan Sor Citroen. Una vez más asociamos monjas con niños huérfanos (Nando y Luisi), y mucho drama para hacer una comedia agridulce. Si a día de hoy se hiciese un remake posiblemente no veríamos la escena en la que van a pedir limosnas por las casas y Sor Citroen se encuentra con una mujer maltratada, y la hermanita justifica los malos tratos diciendo que le va la marcha; y cuando va a hablar con el marido de la señora, éste le dice que cómo no le va a pegar si es una manirrota que no sabe coser ni cocinar. Tela marinera.
Las monjas de la serie Celia
En la noventera serie ‘Celia’ de TVE la niña protagonista es tan incorregible que los padres la mandan a un internado de monjas, a las que también volverá locas. Y es que la rubia criatura, interpretada por Cristina Cruz-Mínguez, es capaz de decirle a las monjas que las sagradas escrituras deben estar mal porque una ballena no se puede comer a un hombre como sucede con Jonás. De los seis episodios que tuvo, mi favorito es ‘Ni santa ni martir’ y en él Celia, cual las protagonistas del programa de Cuatro, intenta abrazar la fe y hacerse santa o mártir, y para ello intenta ir a África para que le corten la cabeza y así llegar a la santidad. Harta de que se escape, o de que se deje pegar por otras compañeras, las monjas acabarán prohibiéndole ser santa o mártir. Muy fuerte.
Eso de monjas al cargo de colegios o internados siempre ha dado mucho juego. Yo siento debilidad por la película estadounidense ‘Superstar‘, protagonizada por Molly Shannon que hace de una adolescente un tanto especial que estudia en un centro católico, en el que las monjas son DJs o dan clases de gimnasia si así lo requiere el asunto.
Sofía Mazagatos poseída
La Miss España Sofía Mazagatos nunca llegó a tener una gran carrera como actriz o presentadora, pero pese a ello protagonizó ‘Las pasiones de Sor Juana’, cinta en la que hace de una estudiante que se obsesiona con Sor Juana Inés de la Cruz hasta el punto de que la mística acaba poseyéndola. Una rareza casi imposible de encontrar.
Parchís
El grupo que interpretó éxitos como ‘Corazón de plomo’ se convirtió temporalmente en ‘Las rockeras de Santa Teresita’, tema incluido en ‘Las locuras de los Parchís‘ y que interpretan vestidos todos de monja, incluído los niños. Atención a Tino, que ya daba muestras de adolescencia como una gran cantidad de vello, el cual intentaban disimularle con unas grandes medias. Por cierto, seguimos esperando el documental que prepara Frank sobre los trapos sucios del grupo.
Sor Mariana Concepçao
La monja por excelencia del ‘Un, dos, tres’. En dos etapas diferentes, con casi veinte años de diferencia, Chicho puso a una amiga pintora a hacer el papel de una monjita que desempeña su trabajo en África y que tiene grandes conocimientos en vudú. ¿La recordáis?
Las monjas de los anuncios
En los spots televisivos hemos visto muchas veces a monjas molonas, de esas que hacen que te den ganas de meterte en un convento. Como por ejemplo cuando Paz Padilla se enfundó los hábitos para vender turrones Lacasa, en la que daba vida a una hermana con debilidad por el dulce. Y eso que la gula es pecado.
O aquella otra que pedía un milagro pero no para acabar con las guerras o el hambre en el mundo, sino para pedir un detergente que sacase la roña del suelo. Así se anunciaba Xampa en el año 1991.
Ese mismo año, otra marca también utilizó una monja a la hora de vender un producto. Hablamos de Talens y su pegamento flexible, ideal para pegarle la picha al David de Miguel Ángel apuntando hacia arriba o hacia abajo, según el gusto de la monja que lo arregle.
Las monjas estafadoras
Un clásico en el audiovisual es que alguien para robar o estafar se vista como una hermanita de la caridad; de hecho, el ‘Sor Citroen’ ya pasaba. Repasemos algunas. Como Ana Obregón en ‘Farmacia de Guardia’, donde interpretó a ‘Sor Aleluya’, aunque allí robaba con fines cuasi benéficos. Pero tú me dirás que cómo ayuda a los desfavorecidos sisando, por ejemplo, unas botellas de champán.
Malea Gracia en ‘Poniponchi‘ también era una estafadora que le robaba a la protagonista su equipaje tras ponerse un hábito. Al final de la película el personaje reaparecía para morir y ser enterrada en El Retiro.
Y no olvidemos la película ‘Hermana ¿pero qué has hecho?’ con Lina Morgan haciendo de una monja y una cabaretera, y una de las dos ha cometido un crimen pero no se sabe cual. Atención a Beatriz Rico en el papel de una de las atracadoras.
¿Qué monjas echas de menos en este sagrado listado?