Ya sabemos que en esta vida hay museos para todos los gustos, y para muestra, el museo de cera de las apariciones de Fátima. En Mijas (pueblo, no costa) hay un museo que tiene mucho encanto, un recoveco muy pequeñito llamado El Carromato de Max. Y digo lo de pequeño porque se trata de un museo de miniaturas que antaño estuvo en un carromato de madera a lo ‘Freak show’, y que actualmente tiene como sede una recreación de ese carro pero ya de obra.
En este museo (fundado por Juan Elegido Millán, conocido como Profesor Max) se fundó en 1972, y es esencia de Sufridores en Casa en estado puro. Nada más llegar nos encontramos un libro que repasa la historia del museo, y se hace hincapié en la cantidad de famosos que han ido a visitarlo, aportando como prueba recortes de prensa.
Entre ellos está la vedette Esperanza Roy, el torero Jaime Ostos, Raphael y Natalia Figueroa, Julio Iglesias y Rocío Durcal, quien acudió con su suegra, la madre de Junior, intentando pasar desapercibida con una gorra y unas gafas de sol. De hecho, en el artículo cuentan que Rocío acudió al pueblo solo para ver este museo, y que dedicó unas palabras en el libro de visita. «A Max, para que estas maravillas las siga poniendo en todas las partes del mundo», escribió Marieta.
El museo consta de varios cientos de piezas, entre las que hay pequeñas esculturas y pinturas. Así, encontramos esculturas realizadas en materiales curiosos como chicle, tiza, garbanzo, huesos de fruta, en un fideo, en una cerilla (¡espectacular la bailarina sobre cerilla!) o en corcho, en el que hay tallado un paisaje oriental.
En lo que a pintura se refiere, hay una corrida de toros pintada sobre una lenteja, una réplica de Las Meninas de 5×8 milímetros, la cabeza de Nefertiti en un grano de arroz, el rostro de Abraham Lincoln en la cabeza de un alfiler, las siete maravillas del mundo pintadas en un solo palillo de dientes o el Cristo de Dalí sobre una chincheta (chincheta un poco más grande de lo habitual, eso sí).
En “otros artículos” encontramos utensilios de casa como jarras y vasos diminutos, joyas, una pajarita de papel milimétrica, una frase escrita en un pelo, y varias pulgas disecadas y vestidas, que me recordó al personaje de Emma Ozores en el ‘Un, dos, tres’. Y lo más famoso, sus cabezas reducidas.
De las dos que hay, la más popular es una “cabeza reducida por los indios jíbaros”, tal como reza el panel explicativo, la cual es “única en el mundo. Los cabellos fueron analizados por el FBI y pertenecen a un hombre de raza blanca caucásico, según documentos que obra en nuestro poder”. Que suena rollo ‘Expediente X’ low cost.
Lo de los paneles es gracioso, ya que de algunos artículos nos dan datos precisos del autor, el año y el material, y en otros directamente nos dicen “escultura en garbanzo” y a volar, sin más información.
Si os gustan los museos y os gusta lo kitch esta es la mejor opción. Y además, los tres euros que vale la entrada (más info y más fotos en la web del Ayuntamiento de Mijas) está destinado a fines benéficos, para una asociación de personas con enfermedades mentales. Recomendado en la Guía del Sufridor Viajero desde enero de 2016, que es cuando fui a visitarlo e hice todas las fotos de este post.