Hace un par de décadas, en los años 90, los niños leían a ‘Fray Perico y su Borrico’, ‘El Pirata Garrapata’ o a ‘Manolito Gafotas’. Pero en las estanterías de los dormitorios infantiles empezaron a hacerse hueco una colección a lo Barco de Vapor pero en la que los protagonistas no vivían aventuras con amigos de las nubes, ni estaban pegando brincos por ahí, ni ayudaban a encontrar a un ladrón de sombras, sino que eran chicos normales y corrientes que vivían aventuras con vampiros, monstruos de las lagunas o que descubrían que el simpático bibliotecario era en realidad un alien malvado y pirado. Hablamos de los libros de ‘Pesadillas’, de R.L. Stine.
En mi caso, empecé a leer ‘Pesadillas’ un poco tarde, con unos trece años. Y digo tarde más que nada porque ahí yo ya había devorado libros de Agatha Christie que había heredado de hermanas o tías, o aquel ‘Misery’ de Stephen King que vendían en los kioskos a 500 pesetas. Así que una historia de un espantapájaros viviente, un blandi blup llamado ‘Sangre de monstruo’ que cobra vida propia me parecía poca cosa comparado con cómo se cargaban al cabrón de Simeon Lee en ‘Navidades trágicas’, o cómo Annie Wilks le cortaba las piernas a Paul Sheldon para obligarle a escribir nuevas aventuras de ‘Misery’.
Pese a todo, ‘Pesadillas’ me despertó mucho la atención a pesar de haber leído cosas «más de mayores», y por cumpleaños y demás me pedía los volúmenes llamados ‘Edición monstruo’, que costaba unas 1.500 pesetas y en un solo tomo te traía tres libros que por separado valían 700 pesetas, por lo que cundían más que lo que cuestan, como el Fairy. Entre mis favoritos estaba ‘Invisibles‘, de un chiquillo que descubría en su desván un espejo que le volvía invisible, aunque cada vez le costaba más volver a ser visible. Eso sí, a veces me daba coraje el tono infantiloide de algunos nombrecitos, como el profesor Tetrikus que da clases de piano en ‘Melodía siniestra’.
‘Pesadillas’ se convirtió en serie de televisión, que adaptaba los libros aunque a veces se les cambiaban las tramas hasta el punto de ser diferente el final. De ‘La repugnante cara del terror’ el monstruo del fango acababa muriéndose del aburrimiento cuando la niña a la que debía asustar comienza a darle la chapa en vez de salir despavorida, como en las novelitas. En España se emitía dentro de ‘El club Megatrix’ y actualmente está en Netflix, aunque faltan episodios. Además, se editaron varios VHS con capítulos, como el de ‘La máscara maldita’, con la niña Carly Beth cambiando su disfraz de pollito por una máscara que, como bien indica el título, está maldita y acaba apropiándose la vida de quien la lleva. De esta serie llegué a grabar muchos capítulos, que de vez en cuando revisaba y que me recordaban mucho a ‘El club de Medianoche’ que emitía Canal Plus.
Como los lectores de R.L. Stine iban haciéndose mayores y les iban saliendo pelos en los bajos, el autor sacó nuevas colecciones enfocadas al público más adolescente, cambiando los colegios por institutos. Así saldría la colección ‘La calle del terror’, que eran siempre rollo ‘Scream’, aunque sin asesinatos. Por ejemplo, en ‘La reina del baile’ la guapa de la clase recibía anónimos o flores marchitas que la hacían asustarse, y ‘Noche en la isla’ era rollo ‘Sé lo que hicisteis el último verano’. Aquí ya no había monstruos, pero sí chiflados psicópatas, o personas que tenían poderes sobrenaturales como el poder intercambiar tu cuerpo con el de otra persona. Y también sacaron los ‘Thrillers de R.L. Stine‘, con personajes también más maduros. Y no hay que olvidar unos libros de ‘Pesadilla’ a lo ‘Elige tu propia aventura’ y que según he leído por ahí lo más probable era que tu personaje acabase muerto al final del relato sí o sí, da igual el camino escogido.
El reinado de ‘Pesadillas’ fue en los años noventa, especialmente en la segunda mitad. Luego acabaron liquidando los libros en las tiendas tipo 20 duros, ya con los rebordes amarillentos, con ejemplares que acabarían en una esquina de un almacén; lo sé porque por coleccionismo así fue como me pillé algún que otro título que entonces no había leído, si bien en 2014 se reeditaron algunos títulos con nuevas traducciones, cambiando de paso el orden de la colección. Por ejemplo, ‘La noche del muñeco viviente‘ pasó de ser el Pesadillas nº 2 a ser el número 1, que antes era ‘La máscara maldita’. Pero ahora ‘Pesadillas’ vuelve a estar de actualidad, gracias a la película protagonizada entre otros por Jack Black y que se estrenó a finales de enero.
En esta película de ‘Pesadillas’ no se adapta un libro en concreto de R. L. Stine, sino toda su obra en general, y se crea una mezcla de monstruos a lo ‘Buenas noches, señor monstruo‘ pero en lugar de a Drácula, Frankenstein y Quasimodo tenemos al Hombre de las Nieves, el cuatro ruedas de ‘El coche fantasma’, las figuritas de jardín de ‘La venganza de los gnomos’ y al muñeco viviente Slappy, aunque con aspecto más cercano al Billy de ‘Dead Silence‘ que al Slappy pelirrojo que conocimos en la serie. La sinopsis es un poco ‘Jumanji‘, con toda la ciudad llena de monstruos que hay que parar, y hasta un toquecito de la película ‘Casper‘. Pese a que tenía muchas ganas de verla no acabó de encantarme, con una historia que tarda en arrancar y en la que el humor no cuaja mucho. Yo llevé a mis dos sobrinos de cuatro y seis años, que están acostumbrados a ir a ver películas al cine, y la más pequeña se quedó dormida, y el mayor soltó alguna risotada aunque no se le veía muy entusiasmado; eso sí, le despertó simpatías Champi, el amigo del joven protagonista, un chico feíto frito por tocar tetas.
Pese a todo, ver a Slappy haciendo perrerías en pantalla grande es una buena razón para verla, y también por el jueguecito de ir descifrando cada monstruo o bichito que aparece en la peli de qué libro era. Y por si no pillaste todas las referencias, el Huffinton Post publicó una recopilación de los 20 libros esenciales que puedes revisitar de cara a esta película antes de pasar por taquilla.
Cierro el post comentando que en Estados Unidos han sacado una colección de libros que adaptan la película de ‘Pesadillas’, tales como una guía de supervivencia a monstruos, uno llamado ‘La venganza de Slappy’, otro llamado ‘La noche de los monstruos vivientes‘, una novelización de la película, -un producto similar a la novelización de ‘Grease‘-, y hasta un libro de actividades que lo mismo resultan bastante entretenidos.
A mi me gustaría comprar los que eran estilo a Elige Tu Propia Aventura, pero no se como se llamaba esa colección ni donde comprarlos.