Casi cualquier serie tiene uno o varios capítulos dedicados a la Navidad en alguna de sus temporadas. En ‘Pepa y Pepe‘ vimos cómo la familia se ajustaba el cinturón para comprar una moto a una de las hijas, en ‘Celia‘ el rey mago Baltasar volaba, y en ‘Médico de familia‘ Montserrat Caballé atropelló a Anita, por recordar algunos casos de casos. Pero por norma general son capítulos amables, de todos felices y reunidos, como los juegos Geyper.
En la serie sueca ‘Pippi Calzaslargas’ la Navidad también tuvo su protagonismo, en concreto en el episodio 9 llamado ‘La Navidad de Pippi’. Un capítulo en el que Pippi roza la depresión, pero pongámonos en antecedentes.
Previosuly on ‘Pippi Calzaslargas’ vimos ‘Pippi y las primeras nieves’, capítulo 8, en el cual el invierno ya aprieta fuerte en el pueblo, y caen las primeras nevadas. Pippi se encuentra con sus amigos Anika y Tommy y estos le cuentan que van a darles vacaciones de Navidad en el cole, por lo que a Pippi le da una envidia muy grande y asiste a la escuela solo porque le den vacaciones a ella también. Además, unos ladrones intentan robarle a la cría pelirroja su maletín de dinero, pero ella consigue hacer una bola gigante de nieve y los derrota.
‘La Navidad de Pippi’ comienza con un mercadillo navideño, en el que la tía Pastelius -la gerente del orfanato, que está emperrada en que Pippi se vaya a su ospicio- le dice a la pecosa que qué pena de ella, que va a pasar sola la Navidad, pero Pippi le dice que nada de pena, que ella come tanto que llega a dolerle la barriga.
Pippi prepara la Navidad en su casa y se pone a hacer galletitas, pero no hace una hornada, sino que llena la casa de galletas en un claro síntoma de trastorno obsesivo compulsivo, e invita a Anika y Tommy, quienes no dan abasto con tanto manjar. Tanta galleta hay que incluso le dan al caballo Pequeño Tío de comer una, pues es un alimento esencial en la dieta de todo equino, según el pensamiento de la Calzaslargas. Y luego se van todos juntos a patinar sobre hielo, mas cae la noche.
Tomy y Anika se van a su casa a pasar la Nochebuena y cenan con sus padres, porque se ve que en Suecia eso de reunirse con toda la familia no se estila, y se dan los regalos. Pero allí no hay Papá Noel ni nada, allí los padres y los hijos se dan los regalos a la cara, dejando claro que los han comprado o fabricado ellos; a Tommy por ejemplo le regalan una divertida máquina de vapor que solo sirve para mirarla, y Anika le regala a su madre un agarrador hecho de costura para que no se queme cuando esté cocinando. Porque allí la única que cocina es la madre. Además, todos juntos se ponen a cantar villancicos y bailar alrededor del árbol haciendo el ganso, un árbol al que no le falta detalle: tiene luces eléctricas, y además le encienden bengalas, por lo que si se descuidan salen ardiendo y Tomy y Anika se quedan sin madre, como Pippi. Los dos hermanitos piensan en su amiga, pero claro, piensan que la Calzaslargas siempre está feliz, y que es remotamente imposible que esté triste en Navidad. Pero se equivocan.
Mientras, Pippi Calzaslargas está en su casa solita y le da los regalos a sus amigos los animales: al Pequeño Tío, el caballo, una bufanda, y al Señor Nilson, el mono, un ramo gigante de plátanos. Y también tiene un detalle con el ratón que vive en un agujero de la pared, para el que prepara una tabla de quesos, como el del anuncio de President.
Y es entonces cuando a Pippi le da una depresión muy grande, porque ella había preparado regalos para sus amigos, pero allí no había nadie a quien regalar. Pobrecita. Entonces abre la ventana y a viva voz desea feliz Navidad a su padre, el rey de los negros de una remota isla, y luego a su difunta progenitora. Como Pippi tiene poderes extrasensoriales comienza a hablar con su madre muerta, quien por lo visto le pregunta si se siente sola, y ella responde que no, y que ha recibido cincuenta regalos. Cuando se corta la llamada con el más allá la niña pelofanta reflexiona que igual se ha pasado al decir tantos regalos, pero claro, no quería preocupar a la madre, que bastante tendrá con lo de estar muerta.
Mientras asa una manzana en una hoguera Pippi considera suicidarse quizá debido a que se ha dado cuenta que está hablando sola desde una ventana, como Raquel Mosquera en la López Ibor, se produce el milagro. Anika y Tommy van hasta su casa junto a todos los niños del pueblo como si fueran los campanilleros por la madrugá. Muchos de esos niños jamás siquiera han visto a Pippi ni habían salido en la serie, pero resulta que ahora todos la quieren, y le llevan un regalo de Navidad: una trompeta. La Calzaslargas comienza a tocarla, bastante mal al principio, y le dice a sus amigos que trepen al árbol que tiene en el jardín porque allí hay regalos para ellos. Y todos se ponen a hacerle la pelota a Pippi en plan «jo, tía, qué buena eres, tecu» y a aplaudir gritando «viva Pippi».
Y entonces se produce el milagro: no aparece el padre de Pippi ni nada por el estilo, la niña sigue sola en Navidad, pero el niño Jesús le concede el don de aprender a tocar la trompeta de manera autodidacta e instantánea, y el capítulo acaba con la pizpireta pelirroja tocando la sintonía de la serie. Un gran «ooh».
¿Pipi recupera la esperanza? ????????????
y por qué no celebra la navidad con Anika y Tommy?
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Presuntamente porque Pippi siempre está feliz, y los padres no querrán hacer un plato más de comida