8 puntos que tienen en común el Rocío y Eurovisión

Esta mañana hablaba en Café Olé de Radiolé con Joaquín Hurtado y Marta Agüera cuando esta última locutora me llamó pesado por hablar de Eurovisión cuatro meses antes. Sin ser nada de eso yo. Ese ataque tan gratuito venía de su propia experiencia, de quien llama pesada a la gente que habla de la feria o el Rocío meses antes, y yo le aclaré que al fin y al cabo son más o menos lo mismo. Una celebración que tiene un día grande, pero para el cual hay que prepararse.

Así, masticando este pensamiento, llegué a encontrar todo lo que tienen en común

1. Su carácter internacional. El Rocío está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, e incluso hay hermandades rocieras en el extranjero, por ejemplo en Bruselas, siempre con la Virgen como hilo conductor. Del carácter internacional de Eurovisión no hace falta decir mucho, pues reúne a decenas de países cada año y en este caso con la música como hilo conductor.

2. Suelen celebrarse en el mes de mayo. La fecha del Rocío (el día de Pentecostés) y de Eurovisión varía cada año, y lo mismo hay Eurovisión en abril que Rocío en junio. Pero el mes más habitual es el de mayo. Este año la final de Eurovisión se celebrará el 13 de mayo, y los almonteños sacarán en procesión a la Virgen del Rocío el 4 de junio.

3. Hay que prepararse modelitos para poder darlo todo. Los devotos de Eurovisión y del Rocío sacan sus mejores galas para el día grande. Unos optan por batas de cola y trajes cortos, mientras que otros lucen banderas atadas al cuello y pintadas en la cara. De hecho, a veces hay modelitos que coinciden, como el que Isabel Pantoja usó para cantar a la Virgen del Rocío, similar al de Edurne cantando ‘Amanecer’.

Y así sería una mezcla de ambas.

4. El que va, repite, o al menos lo intenta. Ambas festividades enganchan al que ha ido a vivirlas y en muchas ocasiones repite algún que otro año. Así, cada año vemos en las revistas fotos de Fran Rivera o María del Monte camino a la aldea, y en Facebook a nuestros amigos eurofanes posando delante del escenario en el mejor de los casos o desde la tercera planta del recinto donde se celebre con el logo de Eurovisión de fondo. Y ya no hablemos de Zubiris, Perrellis o Monettas que van a Eurovisión varias veces en la vida y como máxima representante de su país.

5. Lo importante es el camino. El día que se saca a la Virgen del Rocío en procesión, al igual que la final de Eurovisión, es solo el broche de oro a un recorrido que ha durado meses en la que se ha preparado todo al detalle. Los rocieros viven su máximo fervor haciendo propiamente el camino al Rocío, ese en el que Carmina se lavaba los pies con Coca Cola, mientras que los Eurofans hacen lo propio estando pendiente de las preselecciones de todos los países.

6. Las fiestas previas al gran día, con música antigua para alegrar el cotarro. Como festejos donde se promueve la cultura hay mucha fiesta previa donde se escuchan siempre las mismas canciones; en el Rocío la ‘Salve Rociera’ y derivados, y en las de Eurovisión ‘Euphoria’ y otros éxitos de ayer, de hoy y de siempre.

7. El acceso VIP. En el Rocío solo los vecinos de Almonte pueden portar a la Virgen, mientras que en Eurovisión los socios de OGAE son los que pueden andar como Pedro por su casa.

8. Los homosexuales. Y es que sin mariquitas, ni Eurovisión ni el Rocío serían lo mismo. Nadie como un sodomita grita guapa, guapa y guapa, da igual que sea a la patrona de Almonte que a Pastora Soler.