Hace ya algo más de una década el gran público –y gracias en parte a ‘Gran Hermano’– a Manuel Ruiz, Queco, un cordobés que nos hizo cantar a todos eso de “tengo una cosita que su peso en oro vale”. En mi caso, ya en mi juventud escuchaba canciones de él, como aquella del ‘Caballo maldito’ que solían poner en Radio Pinomar, una radio low cost muy famosa en Málaga a la que todos llamábamos para dedicar canciones.
Queco es un poco una thermomix de la música que hace de todo: compone, produce, representa artistas, y desde hace un tiempo también los forma en sus escuelas Yo canto, que tiene una sede abierta en Córdoba y otra en Málaga, que se inaugura este próximo jueves 17 de abril.
¿Cómo llega a meter los pies en el mundo de la formación? ¿Qué tiene de operístico su mítico ‘Aserejé’? ¿Cómo fue su paso como autor eurovisivo, ahora que se cumplen diez años de la experiencia? Él nos lo cuenta en una entrevista.
Entrevista a Manuel Ruiz Queco
Pregunta muy original: ¿Qué son las escuelas Yo canto?
Yo canto es una escuela de formación artística integral, destinada al cantante de cualquier estilo: pop, rock, flamenco, la malagueña o el teatro musical, el que sea. No es una escuela de guitarra o piano, solo está dedicada a la del cantante. Después va destinado no solo al sector profesional, sino también al ocio o a la diversión y a quien tenga ganas de aprender a cantar, su técnica vocal, su estilo o su interpretación. Trabajamos con un método muy personal bajo un tutorial diseñado en exclusiva para nosotros Liliana Aracil y Miguel Manzo, dos de los mejores en técnica vocal en este país, con un método que actualizamos anualmente según estilos y edades, y ellos se dedican a supervisar a nuestros docentes para que la calidad sea la exigida. No somos el clásico método lírico en el que te tiras dos años diciendo “la la la la” pero todo mirando que el alumno se divierta, sea profesional o no, porque si no se aburren y el aburrimiento es muy malo.
Cantante, autor, productor, mánager… ¿Te da tiempo para meterte en el mundo de la formación?
Sí, porque ya producir no produces. Antes hacíamos unos cuatro o cinco discos de clase a al año: Felipe Conde, Pastora Soler, Las Ketchup… Y ahora solo graban discos en clase a los cinco o seis que venden en este país y el resto nada, no hay discos. Y quien tenga un buen directo será la productora o editorial que maneje los hilos, y en ese sentido será Yo canto, y no tengo la menor duda.
Con ‘Aserejé’ me retiré como productor
¿No te dio el ‘Aserejé’ como para retirarte?
Realmente me retiré como productor, di un paso atrás, tras quince años en esa faceta. Pero en este país parece que a quien triunfa no le dan más oportunidades, y si en el primer año vendes siete millones de discos tienes que andar buscando trabajo porque ya no te llaman, creen que vas a cobrar mucho o que no vas a producir lo que te pidan. Es mejor estar a la sombra, aunque aprendí mucho en ese tiempo, y aprendí a disfrutar, porque he producido discos de cinco meses en el estudio, encerrado, en los que no has vivido, inmerso en la producción, y no lo he disfrutados.
‘Aserejé’ tenía algo de ‘Sugarhill Gang’ pero también de ‘Carmen’ de Bizet.
En ese tema no dimos puntá sin hilo, fue muy meditado, y pensamos en melodías españolas o asociadas a España y que se conociesen en el extranjero, y una de ellas fue la ‘Habanera’ de ‘Carmen’, que sirvió un poco de inspiración para la estrofa, “mira la que se avecina a la vuelta de la esquina…”. Está ahí sin estar, que es la forma de componer un poco subliminal, que en el trasfondo se la clavas.
‘Aserejé’ se inspiró en la Habanera de Carmen de Bizet’
Este año se cumple una década de tu paso por Eurovisión, sin duda un año raro en el Festival.
Yo ni siquiera fui al Festival. La propuesta surgió de la nada y no lo teníamos previsto, y el tema no era ni mucho menos para Eurovisión, era el tema de presentación del nuevo disco de Las Ketchup. Y desde Televisión Española nos llamaron, que si Las Ketchup estarían dispuestas a ir a Eurovisión y cogieron ese tema que iba a lanzarse de single, pero esa canción no tenía ni pies ni cabeza para llevarla a ese festival. Así lo decidió TVE, y así lo hicieron; yo realmente estaba al margen, y actuaba más como productor y autor del grupo que como compañía de discos. El tema no era propicio para Eurovisión, ni ellas eran unas artistas eurovisivas. Ellas trabajaban en grandes escenarios del mundo, pero no dábamos la talla porque no teníamos una preparación buena. En ese sentido, para eso creé Yo canto, porque una vez te pasa el tren de la fortuna por delante tienes que tener a los artistas preparados para eso. Además si te digo la verdad jamás he seguido eurovisión, y siempre me ha pillado el mismo día en mayo me lo he topado como “¡coño, hoy es Eurovisión!”.
Bloody Mary estaba hecho para salir del paso, y el grupo era un cachondeo
Fue lo contrario del ‘Aserejé’, que sí tenía esa proyección internacional desde su creación.
Sí, exactamente, y la varita mágica en la música no existe para dar con algo realmente bueno y genial que cale en la gente. Y ‘Bloody Mary’ estaba hecho para salir del paso, en un disco que se hizo tras intentos de Las Ketchup con Carlos Jean y otros productores. Yo me quedé al margen, yo no iba a hacer nada con ellas, y el grupo pasó de ser algo serio a un cachondeo y ellas no se lo tomaron como algo serio casi nunca; había que hacer un segundo disco, obligados, y fue lo que hicimos, meternos en un estudio y no tardamos más de mes y medio en componerlo y grabarlo.
¿Alguna vez has jugado al Singstar y has cantado algún tema propio?
Sí que he jugado con mis hijos al Singstar, y creo que sí que he llegado a cantar el ‘Tengo’ con ellos, y no sé si alguno más. Y también he jugado con ellos al ‘Guitar Hero’, más que al ‘Singstar’.
Siempre me he imaginado ‘Tengo’ cantada por Rocío Jurado.
‘Tengo’ lo cerré para mí, y yo que siempre como autor he estado dando temas para la gente dije “es ahora o nunca”, porque quería cumplir ese sueño de meterme en una gira grande y de verme otra vez en los escenarios y disfrutar un año de esto que tanto luché y peleé y que tras un accidente tuve que dejar y dedicarme a la producción. Entonces dije “voy a parar, voy a prepararme un par de años”. Y la compañía me pidió un segundo disco, y no lo hice; fue una recopilación de éxitos, regrabé los temas y me retiré, porque entendía que esto de la música iba a menos. Con ‘Tengo’ fui número 1 e hice 80 conciertos, pero otros que estaban muy arriba estaban entonces ya tocando suelo.
Camela o Fito y Fitipaldis son como la Coca Cola, mejor no cambiarles la fórmula
Alcanzas dos pelotazos y sabes que la industria va a cambiar.
Y hay que reinventarse. En la música todo cambia; mira, no sé, Miguel Bosé, empezó con ‘Superman’, y luego cambió, y volvió a cambiar. La gente no quiere leer el mismo libro diez veces, pocos pueden hacerlo. El Barrio, Fiti y Fitipaldis, o Manolo García, que pueden tener una estructura y seguir funcionado, son excepciones, o Camela. Pero son cuatro o cinco los que son como la Coca Cola, que es mejor no cambiarle la fórmula porque se la cambias y se viene abajo. Pero los demás, todos tienen que reinventarse.
¿Y cómo está la industria para los que dan sus primeros pasos?
Ahora la gente que empieza lo tiene más sencillo que antes, tenemos internet que te permite coger una guitarra y un piano y mostrar lo que haces de manera rápida, y que te lluevan ‘likes’ o ‘me gusta’ sin tener un disco grabado. Yo con mi primer disco y me iba a Madrid en mi coche, pagándome mi pensión, visitando todas las compañías que no siempre te recibían, buscando productores, y se tardaba mil años en grabar un disco. Ahora hay tanta gente que yo, como productor, cuando recibo una maqueta, o un vídeo grabado con el móvil por whatsapp, los veo y no me decido, y son productos que hace quince o veinte años habría elegido muchos de ellos sin dudarlo. Pero ahora necesito ver un animal de escenario que cautive a la gente. Hoy día no se venden discos, solo se hacen conciertos, y por ello yo me tengo que asegurar que los artistas que yo tenga posean una formación muy buena, y que se suban a un escenario y lo defiendan perfectamente.
A los que hacemos música andaluza o flamenco solo nos queda Radiolé
¿Qué otros proyectos tienes entre manos?
Estamos en pleno proceso de lanzamiento de Marina, de Jerez, que sale a la venta el día 8, el videoclip sale el 25 y la única pena que nos queda a los andaluces es no tener un sitio donde sonar a nivel fuerte. Tenemos una radio como Canal Fiesta que da fiesta, donde no sonamos, suenan más gente de otros países, y el único portal abierto que nos queda a los que hacemos flamenco o música andaluza es Radiolé. Y seguir con Yo canto, que es un negocio muy nuevo, pionero, y la intención no es solo Málaga y Córdoba sino abrir unas cincuenta escuelas en los próximos tres o cuatro años.
Me cuesta tanto creer que TVE les llamara para que Las Ketchup fueran a Eurovisión sin más. Todos sabemos cómo actúa TVE, y si no hay un cheque de por medio o una compañia discográfica interesada y dispuesta a cubrir gastos, no eligen a dedazo a nadie. No tiene pies ni cabeza, pero bueno, es su versión.