Si escuchamos el nombre de Raffaella Carrá a la cabeza nos puede venir la imagen de la diva italiana bailando hasta destrozarse las cervicales al son de «me explota, me explota, me expló», o quizá recomendándonos que «para hacer bien el amor hay que venir al sur». Incluso, podríamos verla sentada en el sillón de su programa ‘¡Hola Raffaella!’, con Rappel y Loles León por allí y con Tony Kamo hipnotizando invitados.
Sin embargo, la Carrá también tiene una carrera interesante como actriz, faceta para la cual se dejaba la melena si hacía falta. Esto del oxigenado cabello de Raffaella no es una metáfora, sino que literalmente la italiana que presentó la preselección de Eurovisión de 2008 se cortó el pelo a lo garçon para conseguir un papel en una película de coproducción internacional llamada ‘Comando al infierno’ (también conocida como ‘La batalla del último Panzer’).
Dirigida por José Luis Merino (director versátil que lo mismo te hacía una película de Tarzán que una de zombies) ‘Comando al infierno’ es una película bélica ambientada en la Segunda Guerra Mundial, en una trama un tanto etérea sobre misiones difíciles y desembarcos de países aliados en el conflicto. La acción se sitúa en Francia, algo que tiene su gracia ya que la película fue coproducida entre Italia y España. Y a ello le sumamos que Raffaella hace de la hija de un científico holandés, así que la película es como un poco la Eurovisión de la guerra con tanto país participando. Pero para más inri, los protagonistas son de origen americano.
En la promoción de la película en España se indicó que los protagonistas de este filme «violento y desgarrado» eran Guy Madison como el comandante de la patrulla y Raffaella Carrá, «la hija de un célebre científico apresado por los alemanes, y cuya belleza va a la par con su valor». El personaje de Raffaella, llamado Sara van Kolstrom, está secuestrada junto a su padre (Alfredo Mayo) pues los alemanes quieren que éste les descubra los secretos para la guerra bacteriológica.
Total, que los americanos tienen que recuperar al científico vivo o muerto para que no se líe parda. Por el camino se topan con su hija, la liberan y la travisten de soldado alemán, cortándole el pelo y tiñéndoselo, pues el comando está haciéndose pasar por alemanes para infiltrarse. Un caos.
En el libro ‘Spanish Explotation’ de Víctor Matellano, el director del filme José Luis Merino contó que cuando Raffaella se presentó para la película lucía una melena hasta la cintura, y que a él le daba pena cortársela para el papel de Sara, pero le había gustado su forma de trabajar. Así que mientras preparaban la película se reunieron los de producción y el representante de Raffaella, y en la oficina se encuentra con un chaval rubio con el pelo cortado a cepillo que le impresiona, tanto que piensa que si accediese a ponerse peluca él sería la perfecta Sara. La sorpresa viene cuando el chiquillo rubio resulta ser Raffaella, que sin ningún miedo accedió a cortarse el pelo para lograr el papel, el cual consiguió. Y se hizo colega del director y cuando éste iba por Roma se iba a cenar con la Carrá y ella le cocinaba y todo.
La gracia entre comillas del asunto es el papel de Raffaella Carrá en sí, pues dependiendo del cartel promocional ella es una de las protagonistas, con su nombre y su imagen bien grande como hemos podido ver más arriba… O directamente ni sale ningún rastro de la Carrá. Enigmas, Carmen, que diría Iker Jiménez.