Resucitando formatos, hoy: Furor

Por Rusty

Una semana más (estoy un poco monográfico, lo sé), me he propuesto seguir con la labor de resurrección televisiva. No tengo muy claro si quiero que este programa vuelva, porque sin duda, es una de las mayores horteradas que ha parido la televisión mundial. Y atención, porque volvió en las autonómicas (esa especie de cementerio de elefantes televisivos que ya recuperó hitos como el Grand Prix, entre otros). Hablamos, como no podía ser de otra manera después del título del post, de Furor (Furor, nanaranaranaaanaa).

El 3 de octubre de 1998 se estrenaba en España esta aberración televisiva de dos horas de duración que tanto me gustaba (uno ha tenido sus momentos horterescos, y por ello pide perdón), y cómo no, en Antena3. La guerra de sexos y la democratización del karaoke fueron los grandes pilares de este formato televisivo, que se basaba principalmente en la competición entre dos grupos de famosos para conseguir imponerse musicalmente y así ganar el deseado premio… Agárrense… Una camiseta del programa. Sí, asi de duro, una camiseta a cambio de tu dignidad. Y para muestra, un botón:

La dinámica era la siguiente: Divididos en «el equipo de los chicos» y «el equipo de las chicas», los famosos se enfrentaban en varios duelos musicales y de habilidad visual (sí, efectivamente, algunos invitados tenían más cataratas que neuronas, y les ponían pruebas de habilidad visual, hay que ser cabrón) mientras el presentador, juez imparcial, otorgaba los puntos y minipuntos (gran concepto el del minipunto) a su antojo, y algún cantante de moda amenizaba la noche en riguroso playback.

Pruebas para todos los gustos: Canciones incompletas que había que completar, textos de distintos colores que tenían que ser interpretados por los poseedores de los distintos micrófonos, e incluso recuerdo una pareja de rusas que cantaba del revés (sí, rollo satánico total) y los concursantes tenían que adivinar de qué canción conocida se trataba. Entre prueba y prueba,había dos formas de entretener a los famosos y disipar un poco la tensión (ya ves tú…): El popurrí, en el que ambos equipos se juntaban para interpretar grandes temas como Eva María se fue, y los mensajitos anónimos y libidinosos que se enviaban unos a otros, sin tirar para nada de tópicos de género (guiño, guiño). Mientras tanto, el público, compuesto por 250 hombres y 250 mujeres, animaba a sus representantes con canturreos dignos de La Ruleta de la Suerte, y el equipo de realización se lo pasaba pipa metiendo rótulos absurdos cada dos segundos.

¿Recordáis quién era el encargado de coordinar todo esto? Efectivamente, el hombre de la sonrisa impertérrita y con más tics de la historia del audiovisual, el hombre que revolucionó el concepto del amor propio, Alonso Caparrós y sus anabolizados pectorales. Y respecto a los concursantes, los de siempre, digamos que lo más digno que pasó por allí fue la gran Carmina Ordóñez, que en gloria esté. ¿Quién creéis vosotros que participaría ahora en furor? Yo propongo a Lucía Lapiedra y Pipi Estrada, que además de enfrentarse musicalmente, seguro que discutían en directo, y eso, amigos, sube la audiencia…