Rossy de Palma ha recibido en Málaga este fin de semana el premio ‘Guiño’ del Festival de Cine Francés de la ciudad, un encuentro cinematográfico que se celebra hasta el próximo 30 de octubre. Además, dentro del Festival se hizo el pre-prestreno a nivel mundial de ‘Graziella’, largometraje grabado en el país vecino y protagonizado por de Palma que se desarrolla en un entorno presidiario donde surge una particular historia de amor.
Gracias a la organización, pude entrevistar a Rossy de Palma durante un ratito para hablar de esta cinta y de otros trabajos suyos, desde ‘Estress’ a la obra teatral de ‘Entre tinieblas’ pasando por las redes sociales.
Entrevista a Rossy de Palma
Acabas de presentar en Málaga ‘Graziella’, donde haces un personaje que se refleja en Sofía Loren en ‘Una jornada particular’.
¡Ay, la has visto! ¡Eres el primeros que conozco que la havisto que no sean del equipo! Hasta ahora no podía comentarla con nadie. ¿Te ha gustado?
Sí, y eso que no suelo comulgar con el cine francés. Pero los guiños hacia la película italiana me ganaron. ¿Ni siquiera tú misma la has visto en pantalla grande?
Yo solo he podido verla de manera rápida en casa del director, y aquí en Málaga no podré verla porque tenemos cócteles y cosas así, pero tengo muchas ganas de verla en cine.
A mí me ha impactado mucho una escena que tienes jugando a la ruleta rusa.
Eso era muy fuerte, aunque tú no lo hayas vivido en primera persona. Y cuando estás grabando, aunque sepas que es de mentira y que son balas de fogueo, ponerte una pistola en la sien acojona, y encima piensas en el hijo de Bruce Lee que murió con una pistola de fogueo durante un rodaje. Para hacer esa escena esperamos mucho, y al final la hicimos rápidamente y salió a la primera. Ni yo misma sabía que si me saldría bien, pero el resultado ha sido bueno.
Haciendo esta película te has dejado literalmente la cabellera.
El director me quería cortar el pelo, y yo le dije que sí, pero que se viera en cámara. Que si lo hacía que no se quedase en el confort del camerino, y me puse flamenca y dije «¡ahora lo grabáis!» (risas). Quería raparme, cosa que no me importa porque yo me rapé yo misma años atrás, pero creía que no hacía falta. Que el hermano le corte el pelo a Graziella tenía que ver con aquella época en la que a las mujeres se las humillaba rapándolas. Yo misma he tenido tías abuelas a las que raparon por robar leche, para dejarlas marcadas en público. Graziella encierra mucha dulzura ya desde su nombre, y ha sido una película divina de rodar, con un equipo bastante pequeño pero con muchas ganas de hacerla. Ha sido como se hacía el cine antes, con mucho cariño y mucho amor, trabajando la sutileza y los detalles. Justo ahora va a hacer un año que la hicimos, que fue entre finales de octubre y principios de noviembre, y rodamos en una auténtica prisión. Ponerse en la piel de estas personas, estos perdedores con vidas anónimas ha sido encantador. Con el director, Mehdi Charef, el trabajo ha sido estupendo, pero mejor aún ha sido la relación con la productora Michèle Gavras, que hacíamos juntas las localizaciones, he sido su GPS y hasta la ropa la hemos comprado juntas.
Hablando de tus incursiones en el cine francés… ¿Para cuando veremos ‘La mecánica del corazón’, donde pones la voz al personaje de Acacia en su versión original?
¡Sí, se ha retrasado el estreno! Yo estoy muy orgullosa de que aquí la novela de ‘La mecánica del corazón’ haya triunfado por sí misma, porque en España nadie conocía a su autor, Matias Mathieu. Yo a Matias lo conocí cuando me vino con el libro porque quería que yo cantara en un disco sobre el mismo, y le dije que sí. Y me comentó que quería que algún día se hiciese película y yo le dije «sería perfecto Luc Besson». Y fíjate, que años después coincidieron en un programa de televisión y al final Luc Besson le produjo la película. Para las voces yo estuve en los estudios de Luc Besson de Normandía haciendo el doblaje. El rodaje de ‘La Mecánica del corazón’ ha sido muy largo, una labor muy ardua por el tipo de animación, pero el resultado ha sido magnífico. Yo ya lo pude ver en el preestreno en Francia. Para darla a conocer íbamos a hacer la rueda de prensa de presentación en el Instituto Francés el día que se anunciaba qué película española iría a los Óscar, que finalmente fue la de David Trueba. Y al final decidimos cancelarla porque los medios se iban a centrar en esta noticia y la presentación de ‘La mecánica del corazón’ se iba a ensombrecer, y la han retrasado un poco. Pero creo que pronto la podréis ver. Es una joyita.
¿Te has dado cuenta que en tu filmografía has hecho varias veces de periodista o comunicadora?
¡Es verdad, como tú! Ya en ‘La ley del deseo’ empecé así, y luego también en ‘Miss Tacuarembó’. Y ahora he hecho un cameo en ‘Sólo química’ de Alfonso Albacete, donde hago una entrevistadora de alfombra roja como la de los Óscar, pero la hago un poco pa’llá, un poco drogada, y me he divertido mucho. Pero ese es solo un cameo, y he hecho otro para la película de ‘Anacleto, agente secreto’ de Javier Ruiz Caldera, que se quedó encantado con mi papel de madre de Inma Cuesta en ‘Tres bodas de más’. En ‘Anacleto’ hago de madre de Berto Romero y de Alexandra Jiménez.
Como presentador, tuviste tu momento en ‘Estress’. ¿Qué recuerdos guardas de aquel programa?
Guardo muy buenos momentos, y eso que nos pusieron verde ¿verdad? Y odié a ‘Los Simpson’ desde el principio, porque los ponían antes. Y ahora mis hijos los adora y al final he acabado descubriendo que tienen gracia, con lo que yo los odié porque todos nos decían que ‘Los Simpson’ muy bien y ‘Estress’ muy mal. Pero lo pasábamos muy bien, nos pasaba de todo. Por ejemplo, cuando grabamos la cabecera, sin ponernos de acuerdo, Bibiana Fernández y yo nos hicimos un moño, y Loles León, que es muy «culo veo, culo quiero» dijo «si vosotras lleváis moño yo también». Porque ella se creía que nos compinchábamos para cosas y no la llamábamos, y siempre tuvo esta paranoia. Y se hizo en un croma blanco para poner las cabeceras, y como ella llevaba el pelo rubio platino y con el moño se perdía y se quedaba como si fuese calva (risas). Bibi estaba castaña por entonces, y yo estaba morena, y Loles con el rubio no se la veía. Loles nos tenía a todos en vilo, porque nos amenazaba diciendo cosas tipo «si no me hago el moño, me voy a casa». En otra ocasión, en el culebrón que había dentro del programa, yo era una madre a la que le habían quitado sus hijos y los iba buscando por el mundo y tenía que ejercer de prostituta, y Bibi era una dominatrix, y coincidió que los dos personajes tenían botas altas muy sexys. Y Loles tenía un personaje de señorona tipo Angela Chanin en ‘Falcon Crest’ que cuando nos vio las botas dijo «aquí hay dos cosas: o me pongo unas botas, o me voy a mi casa». Eran trabajos muy intensos, lo pasamos muy bien juntas y seguimos siendo hermanas las tres. Locas las dos, cada una en su estilo, y yo coherencia pura (risas).
Quiero preguntarte por tus cambios de nombres artísticos. ¿Cuando empiezas y dejas de ser Rosy Peor, Rosy von Donna y llegas a Rossy de Palma?
Rossy Peor me llamaban porque era parte del grupo ‘Peor Impossible’, sin más misterios.
Igual que hablamos de Tessa Zombies, por ejemplo.
Exactamente. Pero para ‘La ley del deseo’ yo quería tener un nombre artístico, no me quería llamar Rosa Elena, quería tener mi nombre civil protegidito de alguna manera. El apellido García de mi padre no me decía nada, aunque tengo un amigo actor Jose García, francés, que lo lleva estupendamente. Sencillamente, me gustaba la dualidad de tener mi nombre civil y mi nombre artístico, y como no se me ocurría ninguno Pedro Almodóvar me llamó Rossy Von Donna. Que yo en aquella época estaba super delgadita y no le veía el peligro, pero imagínate ahora que estoy fondona lo mal que me habría venido ese apellido (risas). No me gustó, pero no me atreví a decírselo en aquel momento, porque no me parecía elegante. Pero ese apellido no lo sentía mío. Y en unas fotos que hice con Alberto García Alix para la nueva colección de Manuel Piña me regaló un original y me puso «Rosa de Palma», y dije «oye, no suena mal, es elegante y suena bonito». Y entonces, cuando hicimos ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ le dije a Pedro que quería aparecer como Rossy de Palma y me dijo «Vale, pero no te lo cambies nunca más, no vamos a estar cambiando de nombre con cada película».
Hablando del universo Almodovar ¿Has visto tu réplica en ‘Chicas del montón?
No, algo me han dicho, de la serie y la obra de teatro, pero no he llegado a verla. Por cierto, que ahora van a estrenar el musical de Mujeres al borde de un ataque de nervios en Londres.
Precisamente, fuiste ‘chica Almódvar’ no solo en cine sino también en teatro con ‘Entre tinieblas’.
Eso fue un año en el teatro en el que lo aprendí todo, porque no me lo pusieron fácil, ya que al venir del cine pensaban que no iba a tener interés o no iba a saber ser actriz del teatro. Se lo propusieron a todas las chicas Almodóvar hasta que me llegó a mí, y querían que yo hiciese el personaje de la camella. Y yo dije que hacía de monja o no hacía nada, y acabé con un personaje que fusionaba a dos monjas de la película. El público disfrutaba conmigo y tenía unos aplausos maravillosos, lo cual se agradecía en una obra muy dura de dos horas y media de duración. En cine he trabajado en producciones más buenas o más malas o mediocres en España, Francia, Italia… porque me preocupaba más de lo que pasaba detrás de las cámaras que lo que pasaba delante, y he viajado y he aprendido idiomas. Pero en teatro me puedo vanagloriar de haber hecho cosas muy bonitas y muy cuidadas, porque sería incapaz de hacer teatro si no me gustase mucho.
Yo confieso ser friki de ‘Kika’.
Yo también, y ‘Kika’ ha vuelto con mucha fuerza porque en su época fue una incomprendida y han descubierto que es un películón aunque tuvo críticas feroces. A mí me fascinaba el personaje de Victoria, esa Andrea Caracortada vestida por Jean Paul Gaultier. Si yo hubiese podido, habría hecho los dos personajes, mi Juana y Andrea. Y curiosamente, a Victoria Abril le gustaba Kika, que era el personaje de Verónica Forqué.
Y Kika en un principio iba a ser Miriam Díaz Aroca según salió en prensa.
Yo tengo entendido que el personaje iba a ser para María Barranco, pero que no pudo hacerlo porque estaba embarazada, pero hay que tener mucho cuidado con estas cosas, que luego nos equivocamos todos. Pero fuese así o no, María habría estado estupenda como Kika, con esa gracia malagueña que tiene, que la quiero y que la adoro.
A día de hoy tienes gran actividad en redes sociales, aunque alguna vez te hayan causado algún problema, como pasó con ‘Supervivientes’.
Yo no tengo ningún inconveniente, pero yo no estoy en las redes para que me insulten. Carmen Lomana, que es amiga, le encanta entrar al trapo y responder, pero a mí si me insultan bloqueo y me quedo tan pancha. Vete a otras redes, que en las mías ya no entras. ¿Qué necesidad hay? Con ‘Supervivientes’ me expresé muy bien y dije que a veces, a veces, la audiencia es muy cutre. Y es que también es verdad.
¿Alguna vez te propusieron, como a Bibi, ir a la isla?
De ‘Supervivientes’ me han llamado muchas veces. La playa me encanta, y con cuatro cosas podría vivir, y como dice Bibiana, ¿sabes lo bueno que es que te paguen por adelgazar? Echaría de menos internet, que admito que estoy muy enganchada. Pero a la hora de la verdad, yo que soy madre soltera, no podría desconectar de mis hijos tanto rato, es imposible.
Jo, la verdad que se respira la química entre vosotros, me ha gustado mucho la entrevista, lo que hubiera dado por tomarme una cerveza con Rossy, tiene pinta de ser muy divertida.