Por JoniPod
Acostumbro a quedar cada cierto tiempo con mis compañeros de la facultad… No, ninguno del grupo ha saltado (todavía) a la fama, pero cada vez que nos vemos damos gracias al tipómetro, a los bollos industriales de la cafetería o a esas optativas de ética periodística de poder estar todos colocados (profesionalmente hablando) y tener trabajo dentro del gremio.
Uno de los habituales es ponernos en plan Consuelo Berlanga con su chubasquero programa noventero «¿Qué fue de…?». Vamos haciendo repaso de fulanita, que sigue de redactora y ha vuelto a cambiar de cadena, quiere dejar la tele pero no sabe cómo… menganito, que está de corresponsal para tal periódico… Pero en las últimas quedadas el tema de moda es «Beatriz Trapote» y todos me paraban en el supermercado (como a MatriTrini que en paz descanse) pidiendo que le dedicara un post en Sufridores en Casa.
Como bien decía el otro día la amiga y colega de facultad Patch, uno no se despierta todos los días con el café en la mano, y una compañera de clase en portada de Interviú en la otra. Porque en la facultad de periodismo de la Complutense estábamos más masificados que el primer día de rebajas del Corte Inglés, pero ella pasaba menos desapercibida que Agatha Ruiz de la Prada en un funeral.
Muchas «señoras que» de los pueblos de España llegan tarde a misa de 12 para que las otras señoras aprecien ese nuevo modelito que han comprado en Venca. Algo así le pasaba a nuestra Beatriz, que solía llegar al aula una vez empezada la clase, con lo cual era imposible no notar su aparición estelar.
La concursante de Supervivientes repite en cada entrevista que da, que ella no quiere ser famosa, sino reconocida por haber estudiado sus 5 años de periodismo. Damos fé de ello porque se sentaba sieeeempre en primera fila, para tomar nota de las lecciones que nos daban los profesores, en unos años en los que el debate era «si la prensa gratuita tenía futuro» y «el boom de Gran Hermano».
En aquellos años, la chica era rubia, un rubio tan natural como el de Lydia Lozano claro, y era muy frecuente verla en dos modalidades bien diferenciadas de estilismo, demostrando su versatilidad. Unas veces venía como si se hubiera caido en el armario de Zara esa mañana, y pintada como un retablo, luciendo ese cuerpazo que ahora todos los mecánicos de España han colgado en sus talleres gracias a Interviú. Otras venía directamente en chandal, sí en chandal porque ella lo valía…y porque era profesora de aerobic y llegaba con el tiempo justo de aparecer en Ciudad Universitaria. De ahí que en clase fuera bautizada como Barbie Camionero (por lo tosco de su voz de entonces) o Norma Rural (por ese quiero y no puedo…)
Nos hemos puesto en modo Hormigas Blancas a buscar su foto en la orla que servidor tiene de la promoción pero no…no aparece… Igual ya sabía que acabaría siendo famosa y decidió no participar… ¿o acabó más tarde la carrera? Otro dato que tampoco nos concuerda es que en algunos medios se cita que la Trapote nació en 1982, pero iba a nuestra clase donde todos habíamos nacido, como pronto, en 1981. ¿Era acaso una niña prodigio y la adelantaron de curso? ¿Se quita años como la Obregón?
Abrimos el email de aludidos para ayudarnos a resolver todas estas cuestiones, mientras damos todo nuestro apoyo y prestamos nuestros móviles prepago para que, cuando sea nominada, la chica vuelva a los platós, que queremos que siga demostrando su vocación periodística y sus ganas de pasar ¿desapercibida?
Y para los que seáis fans de verdad, podéis pedirle amistad en Facebook o echarle un vistazo a su perfil, que la muchacha se ha ido a la isla y se ha dejado sin configurar la privacidad de las fotos: ahí la veréis junto a Victor Janeiro, vestida de flamenca o con papá Humberto.
Muy fuerte, justo el otro día comentábamos las chicas lo de la primera fila de clase, si es que esa ya estaba pensando en SEO y salir mejor posicionada en los buscadores. Por cierto, atención al Hola, donde hasta ahora cada vez la llamaban de una manera distinta (distinta a Beatriz, of course). Gracias por la mención, salao!
Grande!!!
Si es que las sorpresas en los desayunos son muuuchas… Feliz Semana!
¡¡qué bueno!! ¿qué habrá sido del chándal? (¡menuda memoria)
Joer ke fuerte…¡¡Si es ke todos tenemos un pasado!!
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es curioso que todos los que pasamos por la facu nos acordamos de ella…siendo tantos jeje
Pues si eso es fuerte, imagínate ver a tu amor de niñez y juventud a la que no te dejó ni rozarle una teta enseñar las mamellas en el Interviú por haber salido en Gran Hermano. Su abuela se quería morir. Ahora nadie se acuerda de ella, pero en el pueblo de sus padres todos tienen la revista en casa.
Me imagino que algún día se planteará si valió la pena venderse así por una fama efímera y breve, mientras que su familia tendrá que llevar colgado siempre el sanbenito de «la familia de la fulana de interviú»