En estos momentos, Telecinco tiene un programa estrella, con permiso de ‘Supervivientes’: la serie documental llamada ‘Rocío. Hablar para seguir viva’, en el que Rocío Carrasco, la hija de Rocío Jurado y Pedro Carrasco, está contando la trastienda de su vida, una historia muy diferente a la que se conocía a través de la prensa rosa. Este evento televisivo está despertando mucho interés, político incluso, y está dando voz a la verdadera protagonista de la historia y a nadie más. Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que Telecinco hacía series y miniseries de ficción con base real, con actores. Como ‘Mi gitana‘, la hoy prohibida biografía de Isabel Pantoja, ‘Paquirri’, ‘Carmina’, ‘Tita Cervera: La Baronesa’ o la imprescindible ‘Felipe y Letizia: Deber y querer’.
‘Felipe y Letizia: Deber y querer’ fue Emitida en octubre de 2010, narra la vida de la familia real desde que el entonces príncipe Felipe (Fernando Gil) anuncia en los medios de comunicación que ha roto con la modelo de lencería Eva Sannum hasta que se casa con Letizia Ortiz (Amaia Salamanca), la actual reina de España. Diez años después, poca gente recuerda esta maravillosa ficción escrita y dirigida por Joaquín Oristrell, y por ello, hoy queremos reinvidicarla con ocho razones para volver a verla.
1. Por Juanjo Puigcorbé y Marisa Paredes.
Juanjo Puigcorbé da vida al rey Juan Carlos I, al que imita su acento a la perfección, rozando en ocasiones la parodia. Representa a aquel monarca campechano, al que hasta vemos en chándal, al que su mujer Sofía le repasa los discursos de Navidad. Un hombre que parece trabajar, aunque no entiendes exactamente en qué, pero habla de cómo tiene “cinco audiencias por la mañana”, como si fuese algo muy difícil.
Por su parte, Marisa Paredes tiene una dicción imposible de imitar, que recuerda realmente a Sofía. Sus interpretaciones son una obra maestra, que bordea la parodia de Homo Zapping o de Polonia para terminar siendo en serio. Genios.
2. Por los helados.
No sé por qué, pero un recurso narrativo presente en la miniserie es el helado. Mi momento favorito es en el que la familia real está reunida, y aparece una doncella con una copa con una bola de helado y le dice al rey “Majestad, su helado”. Bravo por ese diálogo. En otro momento, vemos a Felipe comerse un Magnum junto a Letizia en un puerto, como dos enamorados normales y corrientes; ese momento quedará retratado por un detective de la reina, que quiere saber cómo se lo están pasando.
3. Por los diálogos sobre la monarquía.
De forma transversal, Felipe y Letizia: Deber y querer, nos habla de cómo la Corona de España se tiene que adaptar a los nuevos tiempos, aunque para ello tengan que pedir informes sobre el pasado y presente de la chica con la que se ve el Príncipe.
En una secuencia, Juan Carlos, en chándal, y Sofía, están desayunando, y hablando sobre el idilio entre ambos. “Conozco a mi hijo y te digo que va en serio”, dice ella, dando a entender que Juan Carlos no lo conoce en absoluto. “Quizá tengamos una forma muy antigua de pensar” reflexiona Sofía, sobre las mujeres que anteriormente interesaron a Felipe y que no acabaron pasando por el altar junto a él. “Somos una institución muy antigua. Funcionamos porque cumplimos con nuestras obligaciones. Tú y yo lo hemos hecho y sabes muy bien que no nos lo han puesto fácil”.
Lo mejor son esos los momentos en los que queda claro, de forma nada sutil, que el matrimonio real no es tan bonito como parece. En la misma escena se dice lo siguiente:
-(Felipe) Funciona con los sentimientos – defiende la griega, que siempre parece más madre que una monarca.
– Un rey no puede funcionar solo por los sentimientos.
– Yo lo entiendo, me casé contigo por amor.
– Por amor a mí y por amor a tu oficio, no lo olvides. Las dos cosas van unidas. Y si no van unidas, el oficio está por encima de todo.
Cuando Letizia conoce a los reyes, Sofía se la lleva al jardín a fumar, y habla de nuevo sobre la monarquía. Aquí, Marisa Paredes y Amaia Salamanca tienen un duelo interpretativo al nivel de ‘¿Qué fue de Baby Jane?’, y que explican que la relación entre ambas jamás haya sido óptima.
Algunos diálogos interesantes de ese momento son:
– Tienes un pasado que está al alcance de todo el mundo, un pasado que no se puede borrar. Y una reina no puede tener pasado, porque el pasado siempre es presente.
– “Hacer que el pueblo te quiera no es fácil. Al rey y a mí nos costó sangre hacernos querer. Es una labor diaria y continua, que no podemos deshacer de un plumazo”. Esta es mi frase favorita, sobre todo, sabiendo que él se ha tenido que ir de España por tener la saca llena de dinero conseguido de forma irregular.
–El amor es maravilloso, pero no basta – le dice también Sofía, invitando a Letizia a no fliparse. Y le recuerda que “En caso de divorcio, y de haber un hijo, sería propiedad de la Corona”, como si fuese un bien material.
Por último, hay que mencionar una escena del capítulo dos en el que Sofía está hablando con su prima y confidente Tatiana Radziwiłł, sobre las nuevas generaciones monárquicas y el hecho de casarse por amor.
– Nosotras también nos casamos por amor… – dice Sofía-. ¿O no?
– ¿Lo hicimos? ¿O pusimos amor a nuestra obligación de casarnos? – le cuestiona su prima, dando a entender que amor, lo que dice amor, pues tampoco hay, chica. De hecho, en la serie hasta se muestra que los monarcas no duermen en el mismo dormitorio, y lo más cariñoso que se dan es un beso en la mejilla.
4. Por utilizar el Telediario como elemento romántico de la comunicación no verbal.
Para empezar, ya Felipe se enamora de ella al verla en la tele, y sigue su informativo cual adolescente ve ‘OT’. Al poco de conocerse, Felipe le regala a Letizia unos pendientes, y ella es reacia a aceptar el presente. Pero luego cambia de opinión, y justo antes de salir al aire en el informativo, se los pone, dándole a entender al Príncipe de Asturias que sí le han gustado.
En ese momento, la Reina Sofía le está viendo muy contento ante la tele, y le pregunta si ha habido una buena noticia. “La mejor”, responde Felipe.
5. Por Alfredo Urdaci.
El actor David Bagés da vida Alfredo Urdaci, el jefe de Letizia en el Telediario. Épico es el momento en el que se recrea aquella rectificación en la que Urdaci se refirió a Comisiones Obreras como cecé oó.
6. Porque Felipe se baña en la piscina con camiseta.
Esto sucede, mientras discute con Letizia sobre un discurso que ha escrito, al que según la periodista le falta “intención dramática”. Quizá es una metáfora de que nunca se ha desnudado realmente ante Letizia la profesional de la información, o algo así.
7. Por las infantas Elena y Cristina.
Durante toda la serie Felipe y Leticia: Deber y querer, la reina Sofía parece que solo quiere ayudar a Elena, como si no se pudiese valer por sí misma. Cristina, sin embargo, es más independiente y va a lo suyo. Como detalle, Felipe llama a la mayor de sus hermanas “Helen”. No sé por qué todos no llamamos así a la madre de Froilán, la verdad.
8. Por el título.
Desde que se conocen, Felipe le dice varias veces a Leticia lo que debe y lo que quiere, lo que puede y lo que debe. En su primer encuentro ella ya le saca temas de actualidad política, porque es más periodista que otra cosa, pero él no se moja.
– No puedes tener opinión política?
– Puedo, pero no debo.
Al final, el querer ganó al deber. Suponemos.