Sufridores en Casa en una mesa electoral

Por JoniPod

En el post del lunes te contamos quienes serían los candidatos que conformarían nuestra lista electoral si «Sufridores en Casa» se presentara a las próximas elecciones municipales. Lo de ver a Mayra de alcaldesa nos pilla un poco lejos aunque nos haría más ilusión que a Lola Flores encontrar su pendiente, pero lo que si hemos podido constatar de primera mano es cómo transcurre una jornada electoral. Sí querida lectora, últimamente te hacemos unos post que riete tú de los «Diario de…» de Mercedes Milá, y de los creadores de «La Primera Comunión de un Sufridor en Casa» o «El Festival de Eurovisión de un Sufridor en Casa», ahora llega «Un Sufridor en Casa en una mesa electoral».

En la vida te puede llamar el amor a tu puerta, con caravana incluida, vhs y zumo de naranja, el cartero, AVON o hasta los de callejeros, pero llega un día que la que te llama es la democracia. Una carta en casa de mis padres me informaba de que había sido elegido como Sufridor para el 123 como vocal en una mesa electoral en Canarias. A mi que me informen que soy vocal de entrada me recordaba a «La Ruleta de la Fortuna» o «Cifras y letras», ¿quienes serían mis compañeros consonantes?».

Siempre habia tenido curiosidad por ver cómo transcurria una jornada electoral y poder tuitear grandes topicazos como hacen los periodistas de la tele. El hecho de haber podido vivirla me permite reproducir grandes frases prefabricadas como «esta es la fiesta de la democracia», «la jornada ha transcurrido con normalidad»o «se cierran los colegios». Pero más allá de eso, lo que me sirvió la experiencia fue para comprobar que por mucho que quieran darle solemnidad, la jornada electoral viene a tener grandes paralelismos televisivos y ahora os contaré por qué…

Yo llegué a primera hora de la mañana, y lo primero que nos tocó hacer fue montar la cabina «secreta» en la que los ciudadanos podian depositar el voto, teníamos que llenarla de papeletas de los diferentes partidos y colocar una cortina negra muy apañada que se supone te da privacidad, lo que vendría a ser como el confesionario en un reality. Yo hubiera puesto un par de antorchas al lado de la cabina e igual que votabas al partido de tu pueblo, podías elegir que candidato merecía la inmunidad esa semana. Éramos tres, así en plan jurado de Factor X, nos pusieron nuestra mesa, pero en lugar de pulsadores… ¡llegaron las urnas!

Un canario random que igual vota al Cabildo que a Geno
Un canario random que igual vota al Cabildo que a Geno

Para mi desilusión las urnas no las traían ni Kim ni Janine con aplausos del público, nos las colocaron sobre la mesa, precintadas unos señores de mantenimiento del colegio. Concretamente eran tres, porque en Canarias además de al ayuntamiento y a la comunidad, se vota al Cabildo. Colocadas las tres urnas a mi me dieron ganas de decirle a la chica (insoportable por cierto, una de esas que trabajan en un juzgado de pueblo y se creen por encima del bien y el mal, con una sonrisa más falsa que la boca de Mister Potato) que coordinada la mesa que por qué no metíamos serpientes, barro y cucaracha y jugábamos a «Gente con Chispa». Invitábamos a los candidatos a la alcaldía junto con Karina o Elsa Anka y a ver quién tenía más aguante.

No jugamos a eso, pero si que recibimos la visita de las autoridades locales. En mi pueblo no vota ningún famoso, y el aspirante al Cabildo de Gran Canaria que si que es de mi pueblo, vota en otro colegio, así que tuve que conformarme con dar la mano a los aspirantes a alcalde, así como al actual, que acabaría revalidando su título, como los campeones de la ronda de preguntas en el «Un, Dos, Tres», que repetían la semana siguiente. Todos recurrían de nuevo a los grandes tópicos como «espero que la jornada transcurra tranquila», «es una gran labor la que hacéis», y peloteos varios con los interventores de sus respectivos partidos, que a la mínima montaban un «Sálvame Deluxe» criticando a los del partido contrario. Para vuestra información, nuestro hijo predilecto más famoso es Braulio, representante de España en Eurovisión 1976. Sí, el señor de Eurovisión 76 que cantaba sobran las palabras es de mi pueblo.  Que es más guay que en tu pueblo haya uno de OT, porque a Braulio le votaban en toda Europa, siento pionero de lo que una década más tarde sería la CEE.

Si Braulio fuera alcalde, podríamos organizar el HiperDinoVisión
Si Braulio fuera alcalde, podríamos organizar el HiperDinoVisión

Topicazo o no, lo cierto es que el día fue tranquilo y la gente venía a votar con total normalidad. La novedad este año es que tú como votante podías depositar los sobres en las urnas, aunque previamente se los pedías a la persona junto con su DNI. «¿Me permite los sobres?», y yo cogía el sobre sepia, el blanco y el verde. En ese momento me sentía Paula Vázquez en el Euromillón y me daban ganas de decir «elige un color» y vamos a por el logotipo de Pascual.Había gente que se negaba a darte sus sobres, pensando que se los ibas a cambiar en plan anuncio de detergente: «mira, te cambio tu voto, por este, que gobiera más blanco». Y cuando mirabas el censo para comprobar los apellidos, era como cuando a Raffaella Carrá en «Hola Raffaella», le daban un listado de nombres y teléfonos para comprobar y llamar. Como anécdota, un señor que liado entre sobres y DNIs, casi mete su documento de identidad en la urna, eso es tomarse la democracia de forma muy personal.

El otro gran momentazo llegó por la tarde, cuando tú tienes que decir en alto el nombre de la persona que viene a votar, miras el DNI y dices en alto: «Maria de la O xxxxx». Sí, querida lectora, la auténtica Maria de Fontaneda la O se había personificado en mi colegio electoral para votar, no venía con los ojitos morados ni tenía pinta de sufrir, pero nos dio un ataque de risa mayor que haberte cenado a Miliki con payasitos de guarnición. Y luego otra chica a la salida tropezó como Mayra

Cuando daban las 8 se cerraban los colegios, como cuando Mercedes Milá dice eso de «se cierran los teléfonos», y cuando tú te las prometías muy felices porque el día se te había hecho entretenido, llegaba la peor parte… ¡el recuento de votos! Porque estamos en pleno 2011, era de los Smartphones y las Tablets, la red 3G, el ADSL y en las elecciones es todo más analógico que el mecanismo de un chupete. Así es, tocaba abrir las urnas y empezar a contar los votos uno a uno, a mano y a máquina.

Cuando sacamos esa cantidad de sobres, a mi me vino a la mente cuando en el Juego del Euromillón hacian la lluvia de cartas para elegir al vuelo la ganadora, pero aquí todas valían, bueno, casi todas, que tuvimos votos nulos y en blanco. Muchos sobres venían lacrados, como en la tele, pero ningun incluía códigos de barras o pruebas de compra, sí esos que tuvimos que declarar nulos como el que habia puesto una cruz sobre el nombre del candidato, o los que habían escrito mensajes en la papeleta como «eres el mejor fulanito» o «apoyamos tu candidatura, vas a ganar».  Yo pensaba que el módulo de «Democracia 1» ya lo superamos a base de ver hasta la saciedad los documentales de Victoria Abril Prego o de que, desde 1977 hemos votado más que a España en Eurovisión, pero no. Todavía te encontrabas con papeletas así, ¿os acordáis que antiguamente daban libritos explicando cómo votar?

Contabilizabas los votos de cada partido, como cuando en el Gran Prix las chicas de Ramontxu se ponían a contar en alto cuantas pelotitas habían conseguido los de VillaConejos en la prueba: «noventa y sieteeee, noventa y ocho votooooos». Los interventores de los partidos estaban ahí vigilándote, como el señor de la UER que sale siempre en Eurovisión, o el señor notario florero que aparece siempre en Miss España. Hablando de Eurovisión, tú pensarás: «claro, una vez recogidos los votos, los vuelcas a un sistema informático que en la central de votos recopila todo», porque si en Eurovisión tienen ya un sistema informático que hasta permite alterar el órden de votación para mantener la intriga hasta el final, en España, para algo tan importante, las Tecnologías de la Información estarán más desarrolladas que las tramas de «Física o Química».

Victoria Abril caracterizada para contar los votos de Rita Barberá
Victoria Abril caracterizada para contar los votos de Rita Barberá

Vivimos un revival de Eurovisión 1973, y la coordinadora, sí, la insoportable, que por cierto se daba un aire a Maria José Campanario, llamaba por teléfono para dar los votos: «Coalición Canaria, 131, Partido Popular, 89…». Yo no salía de mi asombro, y para más INRI, tuvimos que firmar tropecientas mil actas, sobres, documentos… y la suma de todos los votos se hacia, ¡con una calculadora! Sí, emulas a Silvia Marsó y dices «Han sido 415 votantes,a  3 votos cada uno hacen un total…» pero no suena ninguna fanfarria, solo los bostezos de los representantes de los partidos que tienen ganas de irse a sus fiestas para celebrar las victorias o derrotas.

Porque como dice Mayra, a veces se gana, y a veces se pierde. Y visto cómo está el panorama, empiezas a plantearte si lo de las elecciones no deja de ser otro concurso o show de la tele… Y hasta aquí puedo leer.


Blog sobre televisión, música, cine y lo que surja, siempre desde un punto nostálgico y humorístico. Emitiendo de manera ininterrumpida desde 2009.

5 thoughts on “Sufridores en Casa en una mesa electoral

  1. jajajaja, este post ha sido genial, Jon!! Eso sí, yo he sido apoderado este año y las papeletas de las cabinas teníamos que ponerlas nosotros, aunque las cabinas ya venían montadas. Los miembros de la mesa no tuvieron que montar nada, jajaja.

  2. Victoria Abril….preparada para contar los votos de Rita. Soberbio. ¿Sabes? Yo quiero que me ser presidente de mesa…sería como mi propio programa de LLuvia de Estrellas…que ilu!

  3. Juas! Me ha encantado este post porque me he sentido muy representado, no como con los políticos XD

    A mí también me tocó ser vocal y me pedí concretamente la A, que para eso era vocal primero.

    En mi cole no votaba la Espe, afortunadamente. A pesar de vivir al lado, la Condesa del Venenito ejercía su derecho (y nunca mejor dicho) en otro centro cercano.

    El único famoso que vi fue Gabino Diego.

    Yo también tuve mi ración de mujer-rancia-que-parece-que-le-va-la-vida-en-ello que hizo que la ‘cornada’ electoral fuera aún más tediosa.

    Y también vi muchos paralelismos con concursos, pero muy añejos y muy 1.0. Parece mentira que a estas alturas todo sea tan rudimentario y cutre.

    Confío en que no me vuelva a tocar y si así fuere, que al menos se puedan contabilizar los votos con un iPad la próxima vez =)

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