Los supermercados siempre ha sido algo fascinante para este blog, una fascinación que ya quedó patente en el post llamado ‘La vida de supermercado de un sufridor en casa’. Sin embargo, toda España quedó prendada de los supers en los años 90 (¿te has pillado ya ‘No me toques los 90‘, escrito por servidor?) gracias a la televisión, que vio en estos establecimientos donde comprar zanahorias, compresas y lavavajillas Coral un escenario donde se podían vivir aventuras o incluso concursar. Repasemos los principales hitos.
Supermarket
Antena 3 tuvo con ‘Supermarket’ uno de sus primeros programas diarios. Enrique Simón (y también Belinda Washinton, aunque nadie la suela recordar) estaba al frente de este programa, que comenzó emitiéndose al mediodía, y que tiempo después comenzaría a emitirse de tarde.
En ‘Supermarket’, ambientado en un supermercado, varias parejas competían con pruebas tipo el ahorcado, adivinar precios o las tradicionales preguntas y respuestas para conseguir el mayor tiempo posible. Se podía pedir eslóganes publicitarios, nombres de productos del que te daban la definición y casi cualquier cosa que te pudiesen pedir. Una vez finalizada las rondas de acumular tiempo, los cuatro tres equipos tenían que gastar dicho tiempo en hacer una compra, y la que hiciese la compra más cara ganaba el importe, y pasaba a una últimas prueba que era como una ginkana en la que había que buscar tres productos siguiendo pistas en la que una te llevaba a la siguiente.
Para la prueba principal había ciertas normas, como que no podían echar más de cierta cantidad del mismo producto (hasta cinco, para que así no acabasen con las existencias de anticongelantes o linternas, que era de lo más caro), y además si se cogían ciertos productos en promoción valían más. Recuerdo que en ese sentido se promocionó mucho el rollito Bifi, que era un salchichón ideal para comer en el recreo del colegio que a mí me daba mucho asquete. Y también existían los corpóreos, unos señores disfrazados de muñecos que incluso nombre propio (no me acuerdo de ninguno, pero eran tipo «el ratón Willie») que también sumaban dinero a la compra.
2. Carros de juego.
Antes de sacarse unas oposiciones y y estar hasta que se jubile al frente de ‘Saber y ganar’, Jordi Hurtado fue el presentador de una réplica de ‘Supermarket’ en Televisión Española, que tenía notables diferencias como que en lugar de emitirse de lunes a viernes sólo lo hacía los viernes. En la prensa le dieron mucha caña a TVE por copietear a Antena 3, incluso llegaron a tildarlo de plagio. Aunque en la mecánica había diferencias, como pruebas que se desarrollaban en una cocina, e incluso ¡había un invitado en cada programa! Un lujo catódico.
Aquí eran cuatro concursantes quienes estaban en un supermercado, y allí respondían, oh sorpresa, a preguntas sobre gastronomía o productos de consumo. Eso sí, los premios eran más generosos, pues según te fuesen eliminando podías ganar 100.000 pesetas, 200.000, 300.000 pesetas o incluso un coche, si eras el último y tenías un poco de suerte en un panel que era una especie de juego de la oca de 25 casillas con más preguntas y respuestas. Aunque el programa también podía hacerte la marranada de que tras eliminar a tus rivales, si te pasas y no entrabas en la casilla 25 de manera exacta te fueses sin nada, salvo un fuerte aplauso.
3. El súper. Historias de todos los días.
A inicios de los 90 España vivió una «culebronexplotation» que hizo que importásemos desde Venezuelas joyas como ‘Cristal’, ‘Rubí’, ‘Abigail’, ‘La dama de rosa’ o ‘Topacio’, entre otras series. Pero tardamos en tener nuestra propia telenovela diaria, de esas con embarazos, infidelidades, traiciones y lo que surja. Tras alguna producción autonómica, en 1996 se estrenó en Telecinco ‘El súper, historias de todos los días’, donde un supermercado de barrio servía de escenario para todas estas tramas. Natalia Millán se hizo enormemente popular en esta serie, donde interpretaba a la pobre Julia, una cajera normal y corriente que acabaría descubrieron su verdadero origen familiar; lo típico. Yo no veía de manera fiel la serie (no aguantaba a Chisco Amado, el galán, que me parecía un Pedro Royán low cost), pero a veces la dejaba solo por ver a Rosa Campillo (porque salía en ‘Tesis’ ya que me dio una perra muy fuerte por la película de Amenábar) y por Paca Gabaldón, que antes se llamó Mary Francis y participó en una de mis películas favoritas, ‘La tonta del bote’.
4. Los anuncios.
Ahora mismo en televisión se anuncian muchos supermercados, y en los 90 también claro, muchos de los cuales ya no existen o han cambiado de nombre, como es el caso de Continente o Pryca, o sencillamente ya han dejado de invertir en publicidad en medios, como Mercadona, aunque para hacer esa publicidad machista en televisión que hacían casi mejor.
Además, resulta interesante ver las modas de la época a través de los anuncios, como este del citado Continente que recreaban una máquina de la verdad como la del programa de Julián Lago en aquel entonces -o como ‘El detector de mentiras’ de Mattel, si me apuras-.
¿Algún supermercado televisivo que añadir a la lista?
Fuente y Fotos: Guestofaguest.com
En «Supermarket» participaban tres equipos de dos personas cada uno, no cuatro equipos.
Como omisiones… hombre, muy mal no mencionar el que creo fúe úitimo programa con vuestra musa de presentadora: «Tomates y pimientos». Patrocinadísimo por Caprabo, una de las condiciones que tenían que cumplir era haber hecho la compra en un súper de la cadena. Creo.
«De sol a sol», con su Señora Bardem y Beatriz Rico era de los 2000, ¿no?
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