Victoria Vera vuelve tras siete años de silencio

Por Fran Álvarez*

La musa de la Transición, mito erótico y actriz de culto, regresa a los escenarios con ‘Salomé’ de Oscar Wilde. Repasamos su carrera y su sorprendente filmografía

Victoria Vera ha regresado a las tablas dirigida por Jaime Chavarri y acompañada por Manuel de Blas y José Carlos Illanes entre otros estupendos actores. ‘Salomé’ se mostró al público el 3 de marzo en el Teatro Fernán Gómez de Madrid. Un estreno envuelto en polémica tras la espantada del productor poco antes del mismo. Las actrices Maite Brik y posteriormente Ana Marzoa también abandonaron el proyecto que Victoria Vera rescató asumiendo la producción y tildando a su anterior productor de irresponsable y de actuar de mala fe. Los incondicionales de la actriz podrán disfrutar de una ‘Salomé’ mística y más metafísica que sensual. Un proyecto que lleva años gestando y del que se siente muy orgullosa. ‘La Salomé’ de Victoria Vera danzará esplendorosa en Madrid hasta el 3 de abril iniciando una gira que la llevará por toda España. No se pierdan a este espíritu libre e independiente que puede presumir de una carrera teatral envidiable, con grandes hitos televisivos en su currículum y con una vida cinematográfica absolutamente maravillosa para todo amante del cine de género, serie B, cine de destape y rarezas inclasificables.

Hablar de Victoria Vera es hablar de tesón, perseverancia, carisma y amor a la profesión. Una actriz luchadora, sin ataduras clientelistas, libre, independiente, que huye de etiquetas, sectarismos, cortijos y capillas. Una mujer transparente y al mismo tiempo misteriosa, absolutamente decidida a no airear su vida privada pero encantada de mostrarnos su belleza esplendorosa a lo largo de 35 años en las 9 portadas que ha protagonizado para la revista Interviú, la última en 2011. Muy probablemente esa libertad le ha ido pasando factura en lo profesional hasta el punto de llevar unos 24 años sin hacer cine, si exceptuamos su trabajo en el cortometraje ‘Muñecas’ (2010) de Paco Pérez. La propia actriz ha declarado en varias ocasiones sufrir el veto de una presunta mano negra que le obligó a abandonar el cine cuando se encontraba en el mejor momento de su carrera.

Victoria Vera comenzó en el TEM  (Teatro Estudio de Madrid), siguió en el TEI (Teatro Experimental Independiente) y continuó con su primer gran éxito profesional a la edad de 15 años en ‘El diario de Ana Frank’ (1971). Hito en su carrera teatral ha sido el montaje ¿Por qué corres Ulises? (1975) de Antonio Gala, dirigida por Mario Camus y rodeada de grandes como Alberto Closas y Mary Carrillo. La actriz se rebeló contra la censura protagonizando en esta función un desnudo al desprenderse del imperdible que sujetaba la túnica sobre su escote. Después vendrían grandes montajes teatrales como ‘El adefesio’ (1976) de Alberti, ‘Las amargas lágrimas de Petra von Kant’ (1985) de Fassbinder, ‘Lulú’ (1993) de Wedekind, ‘El yermo de las almas’ (1996) de Valle-Inclán o ‘La decente’ (2008) de Mihura. También ha montado compañía y ha producido en muchas ocasiones con notable éxito de taquilla y público.

La actriz puede presumir de una carrera teatral deslumbrante y una, cuanto menos, especial y poco conocida carrera cinematográfica. Más de veinte películas que incluyen coproducciones internacionales, ‘españoladas’, ‘destape’, ‘terror’, ‘cine fantástico’ e incluso una nominación al Oscar. Repasemos los grandes momentos que en el celuloide Victoria nos ha hecho vivir y alucinar hasta enmudecer. ‘El diablo cojuelo’ (1971) de Ramón Fernández supone, según el currículum oficial de la actriz, su primera aparición en el cine español a la edad de 15 años, y en ella comparte pantalla con Alfredo Landa y con Máximo Valverde, mito erótico de la transición y con el que repetirá desnudos en alguna que otra película más. Le seguiría, un año después, el cortometraje ‘El mundo dentro de tres días’ de Diego Galán en el que comparte protagonismo con Maria Elena Flores, actriz olvidada pero muy famosa en los ochenta por su participación en el programa infantil ‘La cometa blanca’ y recuperada a finales de los noventa para protagonizar los famosos anuncios del detergente Bold.

Vera fue obligada por su representante a participar en sus siguientes cuatro películas de las que más tarde se arrepintió. La primera ‘Celos, Amor y Mercado Común’ (1973) de Alfonso Paso que comparte créditos con Josele Román, Tony Leblanc y Eva León, la actriz que luego sería la asistenta de José Manuel Parada en ‘Cine de Barrio’. La segunda ‘Los nuevos españoles’ (1974) de Roberto Bodegas con Jose Sacristán, Maria Luisa San José y de nuevo Josele Román. En tercer lugar ‘De profesión: polígamo’ (1975) de Angelino Fons con la valenciana Lola Gaos, Manuel Summers y Chumy Chúmez, y la última de estas cuatro ‘Las adolescentes’ (1975) de Pedro Masó, rodada en Londres y en la que abundan las escenas subidas de tono y que es considerada una joya del género ‘softcore-sexploitation’. Victoria se enfadó con el director al darse cuenta en pleno rodaje que el protagonismo de las escenas de la película se lo llevaban el resto de las actrices. Genio y figura. El tema principal de la banda sonora corre a cargo de Mocedades y su canción ‘La gaviota’ tiene momentos memorables: “Adolescente, adolescente, gaviota joven sin plumar. Vuelve a tu nido, vuelve a tu gente, gaviota vuelve ya”. Esto ocurrió dos años después de la eurovisiva ‘Eres tú’.

Decidida a cambiar de registro protagoniza ‘El colegio de la muerte’ (1975) de Pedro Luís Ramírez, un intento fallido de emular el éxito comercial y artístico de ‘La Residencia’ (1969) de Narciso Ibáñez Serrador. Un año después la recupera Pedro Lazaga para participar en otra ‘españolada’, la secuela de la exitosa ‘Yo soy fulana de tal’. La película se titula ‘Fulanita y sus menganos’ en la que interpreta a una prostituta que sufre y se desespera al descubrir la homosexualidad de uno de sus amantes. El film caricaturiza, como era habitual en el cine de consumo de la época, a las parejas del mismo sexo. En 1978 protagoniza junto a Fernando Rey y Paco Marsó, el que fuera marido de Concha Velasco, ‘Rebeldía’ de Andrés Velasco, una película esteticista y pseudo intelectual sobre la lucha de clases y la escala social que basa su gancho comercial en el desnudo integral de la protagonista. Victoria nos vuelve a deslumbrar.

Los ochenta son sin duda la mejor década cinematográfica de la actriz. Protagoniza ‘Black Jack’ (1980) de Max H. Boulois y comparte planos con el maestro del terror Peter Cushing. Trabaja con el director de la película criptogay ‘Diferente’ Luis María Delgado en la coproducción hispano mexicana ‘El niño de su mamá’ (1980), y participa en varias producciones americanas de serie B como la inclasificable ‘Gorilas a todo ritmo’ (1981) de Sebastián de Almeida o ‘Leviathán’ (1984) en la que comparte el terror a los monstruos perrunos con el cantante Alice Cooper. En 1986 protagoniza la rocambolesca ‘El vivo retrato’ de Mario Menéndez en la que da vida a una joven enamorada de un científico que es capaz de clonar seres humanos a partir de bebés que compran a prostitutas para venderlos a familias pudientes. También interpreta un personaje masculino al encarnar a su propio hijo; una decisión arriesgada pero con un resultado más que notable. Y llegamos a 1987, el gran año de la actriz. Participa en el Festival de Berlín con ‘Testigo Azul’ de Francisco Rodríguez y protagoniza ‘Asignatura aprobada’ de José Luís Garci, junto a Jesús Puente, el entrañable presentador de ‘Su media naranja’ de Tele 5. Con ella consiguen una nominación al Oscar de Hollywood como mejor película extranjera en 1988. Después trabajará con el director de culto y marido de Esperanza Roy, Javier Aguirre en ‘La diputada’, y se codeará con Peter Fonda y Anthony Quinn en varios rodajes, pero ya nada volverá a ser lo mismo.

En televisión son memorables sus trabajos en muchos Estudio 1 y en series como ‘Cañas y barro’ (1978), ‘El jardín de Venus’ (1983-1984) o ‘Ninette y un señor de Murcia’ (1984). No podemos olvidar su participación en el programa de música y variedades de TVE ‘Señoras y señores’  junto a Maria José Cantudo, Ángela Carrasco, Norma Duval o Paloma San Basilio. En 1993 también la reclamó Chicho Ibañez Serrador para el programa ‘Un, dos, tres’ y la actriz nos enamoró con un monólogo delicioso de Baltasar Porcel dedicado a Julio Verne. En  2007 volvió a TVE para participar en el programa de entretenimiento ‘Mira quien baila’ con enorme éxito.

La musa de la Transición, como la bautizó Paco Umbral, de belleza turbadora y enorme recorrido profesional vuelve, como ella misma declara, “en su mejor momento”. En la recámara un proyecto cinematográfico que define como ‘bellísimo’. No se siente olvidada por el público y no trabaja con más asiduidad porque solo quiere hacer lo que le gusta. Insiste en estar al margen de cualquier sectarismo ideológico y del clientelismo por las subvenciones. Siente que actualmente es todo muy convencional, vulgar y banal y afirma que el país se ha vulgarizado. Victoria Vera, diva, divísima.

*Fran Álvarez es Licenciado en Arte Dramático por la RESAD de Madrid y Máster en Producción de Cine y TV. Adjunto a la dirección de Producción para la compañía Yllana desde hace ocho años y editor en Channelvideoone, magazine de tendencias audiovisual.